Jesús dijo: «(1)Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre es el Labrador. (2)Todo pámpano que en mi no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve mas fruto. (3)Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (4)Permaneced en mi y yo en vosotros.
Como el pámpano no puede levar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi.. (5)Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer» (Juan 15:1-5)
El Señor declara, «Yo soy» El no dijo: «Yo tengo la vid verdadera»; Él dijo, «Yo soy la vid verdadera»
Esto significa que la vid verdadera es una persona – pero no solamente una persona – es Nuestro Señor Jesucristo.
Dios Padre es el jardinero, el labrador, el Que esta encargado de que la vid produzca fruto.
Este pasaje nos revela que cada rama la cual permanece en Él – cada creyente verdadero – continuamente esta siendo podado, limpiado. Note que la palabra «limpiará» esta conjugada en tiempo presente-futuro. Esto significa que nosotros constantemente estamos siendo limpiados y refinados para que de esta manera podamos producir mas fruto.
Por lo tanto, por medio de la Palabra de Dios (versículo 3), usted y yo podemos permanecer en Él, para que Él pueda llevar a cabo su labor en nosotros. Jesús dijo: «Permaneced en mi y yo en vosotros» En el versículo 5 Él repite nuevamente este pensamiento:
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer»
En Juan 15:16, el Señor declara, «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, El os lo de»
El fruto espiritual no es algo que uno pueda fabricar. La fuente del fruto espiritual es la presencia de Dios. Usted no tiene que fabricar nada; usted solo debe producirlo. Él es la vid verdadera, por lo tanto no siga buscando ese algo – Búsquelo a Él.
Quiero compartir con usted tres pasos muy simples los cuales le van a facilitar el que usted permanezca en la presencia de Dios, y por consiguiente, el que usted pueda producir fruto espiritual.
Uno: Obtenga un mejor conocimiento del Maestro
Jesús no estaba hablando de algún sentimiento. Él estaba hablando de permanecer en Su Persona Divina.
Comience a buscarle en su Palabra y por medio de la oración. No solo use una lista de oraciones, espérelo a Él y dele la bienvenida a su Presencia, ahí mismo, donde usted se encuentra. No se mortifique por llevar un horario o un orden del día. Dígale al Señor «Quiero Conocerte» – y ahí, espérelo, hasta que Él llegue. Pase mas tiempo con Él y llegará a conocerle mejor.
Jesús es quien produce el fruto, nosotros quienes los vemos nacer, por lo tanto, el fruto del Espíritu es realmente el fruto de Jesús. El fruto del Espíritu es el fruto del Maestro. Si usted quiere ver el fruto en su vida, debe de llegar a conocer la maravillosa y especial presencia de nuestro Señor quien es la fuente de vida del fruto del Espíritu.
Dos: Sea plantado firmemente, no permita malas influencias en su vida.
Salmo 1:1-3 declara:
«(1)Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; (2) Sino que le ley de Jehová esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche. (3)Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, Y todo lo que hace prospera»
Es imposible permanecer en la presencia de Dios si usted lleva una vida de pecado. Si usted goza de compañía inadecuada y le gusta ver profanidad en la televisión o en películas, entonces usted no podrá ser plantado propiamente y tampoco podrá producir fruto espiritual. Solo cuando usted se deleite en las leyes de Dios, es que será usted plantado junto a corrientes de agua.
Dios juzga a los pecadores (Eclesiastés 8:11-13) Por esto es vital el resguardarse de las malas influencias en su vida. La Biblia también nos dice que la influencia de un solo pecador, destruye mucho bien (Eclesiastés 9:18) también el bien puede ser borrado por razón de mala conducta (Ezequiel 3:20)
Tres: Plantados en la congregación correcta
El Salmo 92:13-14 declara:
«Plantados en la casa de Jehová. En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificaran; estarán vigorosos y verdes»
Usted no puede producir fruto si esta plantado en tierra árida. No solo debe de ser plantado en el medio ambiente correcto, pero también debe de ser plantado en la congregación correcta. Debe usted estar conectado correctamente – tanto a Jesús, quien es la fuente de vida, como a la iglesia.
Asegúrese de que usted se encuentra en la congregación adecuada, que usted esta siendo alimentado por un Pastor quien «… no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad» (2 Timoteo 2:15)
El Señor desea que usted produzca continuamente fruto – no el fruto que usted cultivó hace 20 años – sino fruto fresco. La parábola en Lucas 13:6-9 nos muestra que Dios es muy paciente durante este proceso. Dios está dispuesto a ayudarle a producir fruto, pero también espera que usted coopere con El de igual manera. Él le proveerá de fertilizante espiritual, Él le llenará de fuerza y energía y Él lo ungirá. Él le dará a probar de su Presencia para que en usted crezca la sed por Él, pero si usted continua ignorándole, eventualmente, será quebrantado (Proverbios 29:1)