Desde Un Sueño Al Palacio

Ezequiel 3:14-15 Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí. Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.

Cuando Dios los llamó, siempre tuvieron conflicto con el llamado. En Ezequiel 1, se dará cuenta de las excusas que puso para no hacer el trabajo que Dios quería. Dice que él se sentó por siete días atónito. Un día, yo también, de la edad que tienen muchos de ustedes, estaba en reuniones como ésta y veía a los pastores predicar, hombres que contaban testimonios, y me sentaba a soñar con el momento en que pudiera estar en ese mismo altar. La Biblia dice en Ezequiel 3:16-17 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.

Después de un tiempo de estar escuchando Palabra, vino a mí Palabra de Dios diciendo que era el momento de tomar el lugar que él tenía para mí.

Quizás llegaste en amargura hoy, y te has sentado atónito, has visto a los pastores, a mí y has pensado: “¿Cuándo será mi día?¨. Yo te digo que no estás perdiendo el tiempo, porque yo creo que antes de que termine este congreso, Dios te va a sacar para que vayas y hables su Palabra. Tú que estás sentado, que has soñado un día con estar en este altar, en ver algo grande para ti, no estás perdiendo el tiempo. Mientras que el mundo está viendo un partido, oyendo música, haciendo cosas que no son productivas, quiero que entiendas que has escogido el mejor lugar, porque Dios no te va a llamar en el estadio, ni en un concierto, sino del lugar donde estás ahora sentado, de la congregación. No tienes que esperar, porque si Dios lo hizo conmigo a los 19 años de edad, lo puede hacer contigo, pero tienes que creer y estar sentado hasta que llegue la Palabra para tu vida. No sé en cuál será, pero en uno de esos mensajes, Dios te va a sacar y te va a llevar al lugar donde siempre has soñado.

Génesis 37:1-9 Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán. Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Voy a dar un resumen del proceso de desarrollo de José. El mensaje se titula: “Desde el sueño al palacio”. He escuchado a muchos pastores utilizar esta Escritura, principalmente, el momento en que Faraón lo saca de la cárcel, pero si estudia la vida de José, tomó 13 años para que Dios cumpliera lo que le había dicho en un sueño, y tomó cinco etapas. Hay etapas que toda persona tiene que pasar para manifestar el sueño de Dios para su vida.

El primer nivel o etapa es: Tienes que tener un sueño. El plan de acción de Dios para la vida de José comenzó en el momento que él fue capaz de soñar, en el momento en que abrió su conciencia para soñar, porque se sentía amado por su padre. José y Benjamín eran hijos del mismo padre, pero de madres diferentes. Lo que hacía la diferencia no era el padre, sino la madre. Abraham de la misma manera, tuvo dos mujeres. Y sabemos que tuvo dos hijos, uno de la promesa y otro de la esclava, que era Ismael. La madre ponía la conciencia del joven, era ella quien hacía al joven libre o esclavo. José era hijo de la mujer amada, y eso provocaba que él quisiera soñar. La primera etapa es poder tener un sueño. Cuando voy a diferentes iglesias, y pregunto por sus sueños, la gente me da una lista de sus metas. Pero sueños y metas no son lo mismo, un sueño tiene una característica diferente a una meta. Las metas tú las puedes alcanzar realmente sin Dios, porque para alcanzar la mayoría de ellas, lo que necesitas es disciplina, trabajo. Un sueño no es rebajar de peso, sino lo que necesitas es dejar de comer todo lo que comes, hacer ejercicio. Puedes venir que oremos por ti, pero no por eso vas a rebajar, sino con disciplina. Tampoco necesitas a Dios para tener dinero. Dios no determina quién tiene dinero, sino que hay reglas, leyes, principios que Él ha establecido. ¿Quieres tener dinero? Lo único que tienes que hacer es trabajar duro, ahorrar, no malgastar el dinero, saber administrarlo, y tendrás dinero y Dios no está necesariamente en la fórmula.

Un sueño es diferente a una meta, porque sólo lo puedes lograr si Dios te lo da y te lo entrega. Un sueño por donde quiera que tú lo veas, todo era de Dios. José tuvo un sueño, él para poder reinar sobre sus hermanos, tenía que pasar por los diez, pues eran once y él era el menor. Si el mayor se moría, le tocaba el puesto de autoridad para el segundo, tenían que morirse diez para que a él le tocara, por eso es que Dios tenía que mover el mundo natural para que José pudiera tener lo que soñaba. Sólo Dios podía darle ese sueño. Hay gente que dice que José cometió el error de hablarlo a sus hermanos, pero cuando tú tienes un sueño, lo dices a todos, porque cuando Dios te consume con un sueño, no hay otra cosa que puedas hablar. Esta iglesia tiene un sueño de construir el otro templo, pero ese es el sueño que Dios ha dado. Y así es cuando Dios te da un sueño, de lo único que puedes hablar es de él. Los hermanos de José podían hablarle de cualquier cosa, pero él terminaba en lo mismo. Un sueño te consume de tal forma que de lo único que puedes hablar es de eso. Tienes que aprender a soñar.

Lo segundo que es importante que entiendas es que no todo el mundo va a entender e interpretar correctamente tus sueños, pero no puedes vivir con la interpretación que los demás le dan a tus sueños. Lo que quiero que entiendas es entre más resistencia recibió a su sueño José, él fue y soñó otro sueño, y ahora fue uno espiritual, porque el primero fue que había unos manojos delante de él. Fue a nivel de la tierra, no era respetado por sus hermanos, lo comenzaron a criticar, a resistir y lo que hizo José fue que soñó un sueño más grande, ahora lo elevó a un sueño espiritual, porque lo que vio fue doblarse al Sol y la Luna delante de él. Muchos tienen sueños provocados por su condición natural. Ellos se revelaron contra José, y ahora él dijo que no sólo sus hermanos, sino el Sol y la Luna. Muchos de ustedes han soñado con tener dinero, pero Dios te trajo aquí para que entiendas que El tiene un sueño más grande que cambiar tu condición natural, sino todo en tu vida. Abraham tuvo dos visiones: Dios le dijo “vas a tener hijos”, pero un día le dijo “yo te voy a dar una descendencia espiritual”, le dijo que iba a tener hijos como las estrellas. Porque nuestras condiciones naturales nos hacen soñar y encontramos resistencia, pero Dios nos da sueños más grandes. Hay jóvenes que han soñado que Dios les dé una casa, pero Él quiere darles el ser desarrolladores de casas para que puedan darle a otros. Esa es la diferencia de una meta y un sueño, la meta te cambia a ti solo, pero el sueño cambia a todos los que están a tu alrededor. La Biblia dice: “Pídeme y te daré las naciones por herencia”. Dios quiere elevar tus sueños de la condición natural a la espiritual, para que puedas ver que el sueño es más grande. Pero el sueño de tu condición es cuando Dios sueña a través de ti. Tu situación te hace soñar con algo y es grande, pero jamás se compara cuando Dios sueña a través de ti. Y Dios va a despertar aquí sueños todavía más grandes, no van a ser los manojos los que se van a doblar delante de ti, sino el Sol y la Luna.

Segunda etapa: Tienes que aprender a hacer que todo lo que está al alcance de tu mano, prospere. La segunda etapa de la vida de José es que fue vendido y llegó a la casa de Potifar. La Biblia dice que todo lo que ponían en su mano, lo hacía prosperar. Porque muchos muchachos quieren subir del sueño al palacio. Pero debes de procurar que todo lo que tienes en tus manos, prospere. ¿Cómo Dios te va a dar un carro si la bicicleta no la cuidas? ¿Cómo piensas que Dios te va a dar una casa si el cuarto que pagan tus padres tienen que pelear contigo para que lo recojas? Te acuestas en un cuarto todo regado, soñando con una casa, pero no la vas a tener. Lo interesante es que quieres que tus padres se conviertan, pero ellos se van a convertir el día que vean resultados en tu vida. El mundo no se mueve por lo que sienten, sino por lo que ve. Tú puedes ir a un centro comercial y coger toda la ropa que quieres, pararte frente a la caja a orar en lenguas, y al final te van a decir: “Tienes que pagar”. Con lenguas no se compra ropa, sino con dinero. No puedes ir donde tu jefe y decirle: “Dios me dio una Palabra que yo sería grande, déme la promoción”. A tu jefe no le importa, sino que su vida se haga mejor porque tú estás ahí. Potifar estaba contento porque todo lo que ponía en sus manos prosperaba. ¿Qué vida ha sido mejor porque tú estás al lado de ellos? El problema es que los jóvenes queremos impresionar y ganarnos el respeto de nuestros amigos, cuando el que te puede promover es Potifar, olvídate de tus amigos. A mí me dicen que tengo favoritismos en la iglesia, pero yo pongo a los mismos porque ellos hacen mejor mi vida. En la iglesia, quienes se promueven son aquellos que sirven. ¿Quieres ser promovido en la iglesia? Yo no promuevo a alguien en mi iglesia por sus talentos. Todos quieren la túnica de colores, pero eso lo único que te da son problemas. Pero yo quiero la túnica de Faraón, porque esa nadie me la quita. La túnica de muchos colores se le da en la iglesia a los que tienen talentos. En la iglesia tenemos paciencia, te soportamos cosas que nadie te soporta, porque sabemos que Dios hará algo en tu vida. Ahora, el mundo no funciona así, sino por resultados. El mundo funciona porque te metes en el trabajo, llegas de primero, cinco minutos antes y sales cinco minutos más tarde que el resto, tú no te atreves a cobrar tu salario completo sabiendo que le robaste tiempo a tu jefe.

Hay gente que son como José, y dice: “hay cosas que debo cambiar”. Quizás yo tengo cinco hermanos, pero mi cama siempre estará recogida, mi escritorio ordenado, etc. En el segundo nivel debes entender dos cosas: Qué es lo que Dios puso en tu mano. Cuando tienes un sueño, debes ver qué tienes a tu alcance hoy. No puedes ir al palacio hoy. Quizás hoy no puedes comprarte una ropa cara, pero la que tienes que esté limpia. Lo segundo es que debes de saber lo que Dios NO ha puesto en tu mano. José se paró frente a la mujer de Potífar, él se quitó la ropa (ninguna mujer se la pudo haber quitado). José estaba solito con ella, pero recapacitó, vino una visión, vino su sueño y ahí no estaba ninguna mujer. Entonces dijo: “Tú esposo, mi amo, me ha puesto sobre toda la casa, menos sobre ti”. El mundo está buscando cristianos de integridad a quienes promover, porque necesitan alguien que pueden dejar con su esposa y no se acueste con ella. Tu jefe está buscando que si deja dinero en su escritorio, lo encuentre. Más importante que el talento, es la integridad. Tan importante es saber lo que Dios te dio como lo que no. Mientras más rápido aprendan esto, sus vidas van a ser diferentes. Una de las cosas que Dios no te ha dado, es el diezmo.

Primero soñamos, luego debemos ver qué hay a nuestro alrededor y qué podemos cambiar.

Tercera etapa: Las relaciones. Conexiones divinas. Una de las cosas que pasan en la iglesia es que somos los peores en relaciones. En la iglesia, como Dios me ama como soy, pretendo que me amen de la misma manera. El hecho que Dios te soporte no quiere decir que yo te tenga que soportar. Uno de los problemas de la iglesia es que no saben tratar con la gente. Jesús sabía cómo tratar con los fariseos, los discípulos, las mujeres, los niños, los mundanos. Este hombre sabía regañar a los fariseos y doblarse a atender a los niñitos. Él sabía decirle las palabras correctas, sabía tratar con la gente, a tal grado que la gente no tenía que hablar, él sabía el corazón de las personas. Él no había dicho nada y ya lo sabía. El tercer nivel en la vida de José es cuando entra a la cárcel y hay dos hombres con él. Había un panadero y un copero. Y cuando José estaba en la cárcel, vio el semblante de estos dos hombres, fue y les preguntó qué les pasaba. Si no tienes buena relación con la gente que tienes a tu alrededor, nunca prosperarás. En la iglesia queremos que lean nuestro semblante, porque lo que queremos es que todos se enteren de los problemas. Con la cara, tú sabes que algo está pasando, pero los que queremos prosperar no estamos buscando que lean nuestros rostros, sino ver lo que pasa en los demás. Y José fue y les preguntó a ellos, luego les interpretó el sueño a los dos. Tú vas a saber cuáles son las relaciones que te van a promover, después que interpretes los sueños de los otros. El panadero le dijo que veía las bendiciones y que todos toman de ellas, y José le dijo “en tres días te matan”. Al copero le dijo: “en tres días te sacan de aquí”. Él se dio cuenta quién tenía destino y quién no. Hay amistades que sus sueños están llenos de paja. Tú mismo puedes ser uno de ellos, aquellos pájaros se llevaban la bendición, la riqueza. Hay alguien ahora mismo a tu alrededor con quien Dios te ha conectado, quien te va a llevar a la victoria, ese hombre es el copero, porque era el que trabajaba con el vino, éste es producto o reflejo de prosperidad, de riqueza, de destino. José le dijo a aquel hombre: “Quédate y acuérdate de mí”. Lo mismo pasó en el desierto, ¿quiénes fueron los únicos que entraron a la tierra prometida? Los espías que probaron las uvas. Y por cuarenta años, los que se conectaron con ellos, entraron a la tierra prometida. Todo aquel que se conectó con Josué y Caleb, pudieron entrar. Tienes que interpretar los sueños de la gente que está al lado tuyo, mira quién ha probado las uvas. Yo me tengo que conectar con gente que tiene algo grande, hay jóvenes que tienen una visión más grande, que en tres días te vas a levantar, vas a crecer, te vas a levantar. Olvídate del resto. Mira al que está a tu lado y dile: “Si tú supieras, al lado de quién estás parado, me invitarías a comer esta noche”.

¿Cómo escoges los amigos? ¿Los escoges de acuerdo a sus sueños? Porque el sueño del copero se cumplió primero antes del de José. El copero salió antes y fue dos años libre antes que José. Hay gente que está pensando que no tiene dinero, que nada va a pasar con ellos, pero hay jóvenes que están en el mismo problema, pero tienen un sueño grande, poderoso. Josué y Caleb pasaron 40 años en el desierto con una sola cosa: probaron las uvas. Me los imagino caminando y dándose ánimo. Cada vez que vienes a la iglesia, Dios te ha mostrado las uvas, que hay conexión, que hay poder para tu vida, lo único que tienes que hacer es conectarte con la gente correcta después que interpretes sus sueños para que te promuevan al cuarto y quinto nivel.

Dios va a elevar el sueño de muchos de ustedes esta noche. “Señor, dame un sueño más grande”.

Estuve hablando de las etapas para pasar de un sueño, a tu destino. La primera etapa es tener un sueño. Observamos que un sueño es diferente a una meta. Vimos cómo Dios eleva nuestros sueños a un próximo nivel. La segunda etapa necesaria para alcanzar el destino de Dios para nosotros, es poder provocar que todo lo que está en nuestras manos sea prosperado. Muchos quieren alcanzar su sueño sin cambiar su medio ambiente; tenemos que aprender a ver lo que Dios ha puesto en nuestras manos y lo que no.

La tercera etapa que vimos es la de las relaciones; como cuando José cae en la cárcel y fue capaz de relacionarse con la persona que lo llevaría a Faraón. Muchas veces nos reunimos y tenemos amistades basados en que nos gustan las mismas cosas, pero esa no debe ser la razón, sino que tú tienes un sueño en el cual yo me voy a ver. José supo con quién conectarse, luego que analizó el sueño. Tenemos que entender que hay gente de nuestro pasado, de nuestro presente y de nuestro futuro. Muchos queremos traer gente de nuestro pasado a nuestro presente. Pero con los únicos que debieras estar involucrado, es con los del presente que te llevarán al futuro.
Génesis 41:15-16. Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño y no hay quién lo interprete; mas he oido decir de ti que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón diciendo: Dios será el que de respuesta propicia a Faraón.

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Sabemos que Faraón tiene dos sueños, y lo interesante es que Dios le da a Faraón (un impío que no le sirve a Dios) un sueño que sólo un hombre de Dios le puede interpretar. Lo interesante es que Faraón buscó en todo Egipto a alguien que le interpretara el sueño y no encontró a nadie. Tienes que entender que hay gente allá fuera, que Dios les ha dado sueños y no pueden dormir porque no encuentran quién se los interprete.

La cuarta etapa, es saber en tu vida que sólo Dios es quien te puede dar la respuesta. Muchas veces, en la iglesia tenemos este mensaje de tanta autoestima, de tanto pensamiento positivo que ha espiritualizado el mensaje humanista de: “Yo lo puedo hacer, lo puedo lograr”. Cuando estudia la vida de Pablo y ve su desarrollo, se da cuenta que al principio decía: “Yo y Cristo”; a mitad del mensaje dice: “Dios y yo”, y luego cambia su manera de pensar y a lo último decía: “Ya no yo, sino ahora Cristo”. Mire el proceso de madurez de Pablo. José tuvo que aprender eso en su vida, porque Dios le da un sueño a José, pero todo lo que le pasaba en su vida no tenía nada que ver con el sueño de Dios. Lo interesante es que aquí no vemos al mismo joven que soñó años atrás. A los diecisiete años estaba decidido, soñaba diferente. Ahora es un hombre de 30 años que había experimentado soledad, rechazo, traición… El que estaba ahí era el mismo José hablando naturalmente, pero en el mundo espiritual era un hombre que había aprendido que sólo Dios le puede dar la respuesta. Sólo el favor de Dios te puede llevar a la dimensión que El te ha promovido. Tienes que tener habilidades, talentos, aprender a trabajar las relaciones, pero hay un punto en que llegas frente a Faraón y a entender que sólo Dios te dará la respuesta y te llevará al nivel que te ha prometido. Mientras más rápido entiendas eso, más rápido serás promovido al lugar de tu destino.

Verso 12

Cuando José fue llamado a la mayor oportunidad de su vida, ocurrieron dos cosas: 1. El no se podía parar delante de Faraón de la misma forma en que estaba en la cárcel. José tuvo que moverse rápido. Muchas veces, nos detenemos a hacer las cosas que Dios nos ha dicho; tenemos que estar listos a salir. 2. Dice que afeitaron a José (porque no te paras delante de Faraón, sin tu rostro afeitado). Uno de los problemas que tiene la iglesia, es que cuando llegamos a las oportunidades de la vida, la apariencia no dice nada. El mundo se deja llevar por nuestra imagen. La Biblia dice que Dios mira el corazón del hombre, pero te está diciendo que el mundo mira lo de afuera y nunca entrarás en nuevas oportunidades si la apariencia no es la correcta. El problema es que tratamos de espiritualizar nuestra apariencia. Si quieres tener éxito, tienes que rebajar, andar peinado, andar como gente de éxito; caminas como un empresario, porque el mundo se deja llevar por apariencias.; no es que juegues el juego del mundo, porque tú tienes un corazón recto, pero el mundo te va a dar una oportunidad de acuerdo a lo que ellos vean. La gente que ve en televisión, los cristianos los ve lindos. Usted viene a esta iglesia y ve una decoración completa. Cualquiera que entre dice: “Esta es una iglesia de excelencia”; esta decoración te inspira a soñar. Tienes que cuidar tu apariencia antes de pararte ante Faraón; luego tienes que ponerte ropa nueva, una nueva naturaleza en Cristo Jesús. Cuando estás delante de Faraón, no puedes ir como vamos muchas veces a la iglesia. Faraón no le preguntó cómo estaba su familia; si José estuvo en la cárcel, a él no le importaba lo que había en la vida de José. Muchas veces, queremos tener simpatía contándoles nuestras tragedias y problemas. ¿Te imaginas a Faraón que tiene un problema y empieza José a contarle sus problemas? A Faraón no le importa ninguna de esas cosas; no le importa tu pasado.

En la iglesia nos gusta escuchar cómo Dios levantó a alguien, los testimonios de lo que Dios hizo, etc. Créame que puedo pasar toda una hora haciendo una historia de cosas tristes de mi vida, de cuando mis padres se divorciaron, de los problemas que he tenido y ¿qué vamos a hacer con eso? Nada, eso no resuelve nada. Tienes que entender que al mundo no le importa tu pasado, por lo que pasaste, si no que te pares frente a ellos y le digas: ” Yo no tengo la respuesta, pero alguien me va a dar la solución”. Al mundo le interesa que vayas con tu jefe y le digas que te de ese departamento porque Dios te dará la solución, la respuesta.

La cuarta etapa es cuando llegas a la conciencia que sólo Dios tiene la respuesta. Es importante pasar por las primeras tres etapas; es importante tener las conexiones, amistades, pero tienes que saber que no hay amistades que te den la respuesta, sino sólo Dios; y ese día es el día en que eres promovido al lugar de tu destino, que tu confianza está solamente en Dios. El problema es que la iglesia espera dar testimonio de Dios, luego de los resultados. José se encargó de dar testimonio antes de que las cosas llegaran. Mete a Dios en tus problemas, haz de tus problemas los problemas de Dios. José lo que estaba diciendo es:” Si tú no recibes la contestación, es culpa de Dios”. Tiene que llegar un día en que puedas poner tus problemas a Dios; mientras tus hijos sean tus problemas, estarás frustrado, pero el día que hagas de tus hijos los problemas de Dios, las cosas van a cambiar. Yo no puedo controlar dónde están mis hijos, sus amistades, sus decisiones, pero tú Señor me has prometido que te vas a encargar de so. La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo tu y tu casa”. Jacob le dijo a Dios: “Si tú me bendices, yo voy a diezmar, voy a consagrar el 10% de lo que tú me des..”. Muchas veces cuando estemos delante de Faraón y tenemos las oportunidades, cometemos el error de querer alcanzar con nuestras fuerzas lo que sólo Dios nos puede dar. El cuarto nivel es vivir bajo el favor de Dios.

Hay una quinta etapa que tienes que aprender y es cuando finalmente recibes la correcta interpretación de tus sueños; el día en que Dios le da verdadero significado a tu vida. La Biblia dice que Jacob y sus hermanos llegaron delante de José, y José los tuvo postrados delante de él. Así que, por primera vez, José vio el sueño cumplido. ¿Cuál fue el primer sueño que tuvo? Que sus hermanos se doblaban delante de él. Y José pudo haber dicho: “Los tengo, se cumplió mi sueño”. Es más, a José le dio coraje, les metió una copa en los sacos y los torturó por un tiempo, pero se acordó que había un segundo sueño. EL primer sueño era tener a sus hermanos delante de él, pero Dios había dado un sueño más grande.

Génesis 45:1-5 No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo y clamo: “Haced salir de mi presencia a todos”, y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos. Entonces se dio a llorar a gritos, y oyeron los egipcios y oyó también la casa de Faraón. Y dijo José a sus hermanos: “Yo soy José; ¿vive aun mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos:”Acercaos ahora a mi, y ellos se acercaron y él dijo:”Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora pues no os entristezcais, ni os pese de haberme vendido acá, porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.

El quinto nivel es cuando Dios sana tu corazón para poder hacer dos cosas contigo:

1. Darte la verdadera interpretación de tus hijos. Los hermanos interpretaron primero sus sueños, por eso lo vendieron. Así que por algunos años, José vivió por la interpretación que los hermanos le dieron al sueño. José dentro de todo ese proceso, tenía raíz de amargura, tenía dolor, tenía coraje… Tenemos un hombre que lo había resuelto todo, pero no se habían resuelto cosas en su corazón. Imagínese qué fuerte lloró que Faraón lo oyó. Por primera vez, José se dio cuenta del verdadero significado del sueño de Dios para su vida. La razón por la que José había soñado, es que estaba preparando provisión para su familia. Dios no lo hizo para dominar sobre su familia, sino para preservarla. Por primera vez, luego de un proceso de sanidad interior, se da cuenta que la razón de ser de su sueño, fue preservar a toda su familia. José tuvo dos hijos: Manasés y Efraín. Manasés significa: “Dios me hizo olvidar a mi familia”, porque por 13 años lo que motivó a José, fue olvidar lo que su familia le había dicho; Dios le hizo olvidar. José no quería saber de ellos. Luego dice que el nombre del segundo hijo fue Efraín, que quiere decir: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”. La prosperidad se convirtió en la manera de José, de volver a olvidar. Tú podrás olvidar sólo por un tiempo y hay cosas que no te van a dejar disfrutar correctamente del éxito que Dios te quiere dar. No puedes vivir más por la interpretación que el mundo le da al sueño que tienes. Lo único que Dios hizo fue acelerarlo a su destino para que su familia lo viera. Mucha gente no quiere que prosperes, porque te despegas de ellos. No todo el mundo puede tratar en su corazón con el hecho que Dios te bendiga primero a ti, que a ellos. Tengo 33 años de edad y hoy, aquellos que hablaron mal de mí, aquellos que no querían saber de mí, personas que eran amigos y familiares que no querían saber de mí, hoy te puedo decir que esos pastores han ido a predicar, han salido en televisión conmigo, algunos se han convertido en mis amigos.

Dios me ha dado una posición en Puerto Rico, que pudiera hacer algo en contra de ellos, pero Gloria al Señor, que Dios me ha dado el carácter para decir: “Podría hacerlo, me gustaría hacerlo, me traería satisfacción y que se enteren de lo que hice, pero he logrado entender que todo lo que he pasado era parte del proceso que Dios tenía para que hoy le preserve la vida a esa gente. Quiero que entiendas que Dios te va a adelantar para preservar a tu familia. ¿Crees que era fácil para José darle de comer a sus hermanos? ¿A su propio padre? Pero José tuvo un tiempo de sanidad interior donde Dios le dijo:” Yo te envié a ti, para preservar a tu familia”. El sueño que Dios te ha dado no todo el mundo lo va a entender, pero tienes que entender la razón para la cuál te lo dio. El te va a bendecir para que puedas rescatar a aquellos que sin ti ahora, no tuvieran nada. Un día te vas a encontrar con ellos en tu destino y tendrás la oportunidad de decirles: “No importa lo que haya sucedido, Dios lo que hizo fue adelantarme a ese lugar para bendecirte”.

Aquí hay jóvenes que un día el gerente de tu empresa será tu papá, tu mamá; aquellos que no creyeron en ti, serán tus mejores empleados, pero debes procurar tener tu corazón limpio, pero no tan sólo porque Dios te va a poner en un lugar para poder bendecir a otros, sino para poder disfrutar. Qué triste es llegar a prosperar, simplemente tratando de olvidar lo que te hicieron. Jacob, dice la palabra que fue a bendecir a los hijos de José. Cuando Jacob fue a bendecir a esos dos hijos, dice la Biblia que cambió las manos. La mano derecha era para Manasés y la izquierda para Efrain. Jacob puso primero la prosperidad, que al olvido. Una vez más, Jacob cambio las manos, puso primero a Efrain. Para José, fue siempre primero olvidar para prosperar, pero los últimos momentos de su vida, primero prosperó. Es mejor que no tengas una mansión, pero que la que tengas la puedas disfrutar. Yo creo que Dios te quiere con dinero, pero de qué te sirve alcanzarlas y no poderlas gozar. Y Dios quiere poner primero el gozo y el disfrute de lo que tienes, que tener que pasar toda una vida tratando de olvidar. No tienes que sanarte interiormente completamente para triunfar. José no estaba sano por trece años. El progresó con todos esos pensamientos. Dios fue trabajando con él poco a poco. Y ese joven vio que Dios lo había sometido. Yo he pasado por montón de experiencias y si no aprendes a doblegarte a los ojos de Dios, la vida te va a humillar, a doblegar. La biblia habla que había tres hombres en la cruz: Cristo y dos ladrones. Y la biblia dice que cuando fueron a buscarlos, Jesús había muerto, expirado, pero la Biblia dice que para que los otros dos ladrones hubieran muerto, les tuvieron que romper las rodillas. Uno de ellos fue salvo y el otro no, pero los dos murieron de la misma forma. Al único que no le tuvieron que romper las rodillas fue Jesús, porque El las dobló primero. El mundo te humilla, pero yo prefiero doblarlas con estilo, antes de que la vida te dé, te tumbe. Por eso es mejor, empezar todos los días desde abajo. Dios no tan sólo me va a sacar de esta situación, Dios tiene un propósito más grande para tu vida que olvidar tus problemas, necesita a alguien con un corazón recto que cuando esté en una posición de autoridad, pueda extender su mano. Dios no puede poner al joven que lo único que quiere es someter a sus hermanos, que cuando estés en posición de autoridad, sepas qué tienes que hacer con lo que Dios te ha dado.

Muchos de ustedes lo que necesitan hacer no es olvidar, porque nunca podrás hacerlo. Es más, no creo que sea necesario olvidar, porque si lo haces, dejas de saber todo lo que Dios ha hecho contigo. Lo importante es saber dos cosas: el verdadero propósito de por qué he pasado lo que he pasado. Dios nunca va a comprometer las experiencias negativas con lo que El tiene. Vas a ser un cristiano alegre, feliz, lo vas a poder disfrutar al máximo. Para muchos de ustedes, Dios lo único que tiene que hacer es poner primero a Efraín, que a Manasés. Dios te dice de ahora en adelante: “Efraín va primero”. De ahora en adelante, entenderás el propósito de Dios para tu vida, y entenderás que puedes disfrutar por encima de tus experiencias. Trece años de dolor, dificultades, pero toda una vida de disfrute. De ahí en adelante él fue feliz.

La Biblia dice en Exodo que cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, la gente cargó sus huesos. Lo que le pido al Señor es que cuando yo muera, ojalá que la gente quiera cargar mis huesos. Puedes tener éxito como José donde un día, cuando mueras, la gente quiera cargar con tus huesos porque vieron un corazón tan especial. Estos cinco pasos son porque muchos soñamos únicamente con dominar nuestra situación presente, cuando Dios tiene un sueño más grande; el mundo nunca se olvidará de ti, aún cuando partas con el Señor, tu familia no se va a olvidar de ti. Lo más grande que Dios hará contigo, es que te hará prosperar con un corazón tan limpio y tan grande, que tu familia querrá cargar con tus huesos. Quizás hoy quieras olvidar a tu familia, pero tus sueños van a provocar que ellos no se quieran olvidar de ti. La gente se olvida de tus logros, pero nunca se olvidarán de un corazón limpio.

Carlos es uno de los peloteros con un récord. Las condiciones para que eso ocurra, tienen que ser específicas. Ese record le ha dado fama, lo ha puesto en muchos lugares; lo ha puesto en ESPN, pero él tiene que entender que un día alguien va venir y romper ese récord, porque es un récord natural. Lo único que el mundo no se va a olvidar de Carlos, es el corazón que él tiene. El ha usado su fama, su tiempo para bendecir a jóvenes en todo el mundo. Vendrá gente que hará cosas mayores, pero de lo que no se van a olvidar, es que cuando estén en posición, usaron sus manos para bendecir.

Pastor Otoniel Font

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