Salmos 78: 1-8
Escucha pueblo mío mi enseñanza; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. En parábolas abriré mi boca, hablare enigmas de la antigüedad, que hemos oído y conocido y que nuestros padres nos han contado. No ocultaremos as sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera la alabanza del señor, su poder y las maravillas que hizo. Porque él estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordeno a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; para que la generación venidera lo supiera aun los hijos que había de nacer; y estos se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Dios y no se olvidaran de las obras de Dios, sino que guardaran sus mandamiento; y no fuera como sus padres una generaron porfiada y rebelde, generación que no preparo su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel a Dios.
Mi meta y mi visión en este mensaje es el de dar un exposición bíblica sobre el ministerio de niños en nuestra iglesia, Belén (Bethlelem), y que esta exposición se aplique a nuestra situación actual para el entrenamiento de los niños.
Cuando Char Ranson fue llamada a nuestro ministerio para niños en agosto de 1984, ella escogió un modelo para los niños directamente de las escrituras. Usted puede ver que la mayoría de panfletos que ella preparó decían así: «Que nuestra próxima generación PONGA su esperanza en Dios.» Esto viene de salmos 78: 6-7. «Que la próxima generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantaran lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza.»
La Biblia claramente enseña que los padres tienen la responsabilidad primaria de enseñar a sus hijos la verdad sobre Dios y su voluntad. (Deuteronomio 6:4-9; Efesios 6:4) Pero la familia de la iglesia tiene una importante responsabilidad secundaria de asistir a los padres y confirmar estas enseñazas, y ayudar a los niños cuyos padres son negligentes en sus deberes (Mateo 18:5-6; Hebreos 3:12-13). Entonces es importante para todos nosotros en la iglesia que los casados y los no casados, viejos y jóvenes, niños y niñas entiendan la enseñanza bíblica detrás del modelo de enseñaza que hay en el ministerio de nuestros niños de Salmos 78: » Para que la generación venidera ponga su esperanza en Dios»
Meditemos en esto juntos en su propio contexto, específicamente los primeros 8 versos de este salmo. El salmo fue escrito aparentemente por Asaf, quien fuera un levita y líder musical al servicio del rey David (1 Crónicas 16:4-5). Es un salmo largo, de 72 versículos, y nos cuenta la historia de la desobediencia de Israel y de la repetida misericordia de Dios para con ellos desde el tiempo del éxodo, cuando Dios los sacó de la tierra de Egipto, hasta el tiempo de David. Por un lado es un salmo deprimente, porque nos enseña cuán misteriosos, testarudos y rebeldes son nuestros propios corazones. Pero por otro lado este salmo inspira esperanza a los pecadores por lo misterioso, paciente y misericordioso que es nuestro Dios.
Los primeros 8 versículos preparan el escenario para adentrarnos en este salmo y cumplir con este.
Dividiremos estos 8 versículos en tres partes.
Primero: estudiaremos los primeros 5 versículos los cuales llamaremos «La obra de Dios». Segundo: estudiaremos los versículos 1-4 y lo llamaremos «las obras de Asaf». Tercero: estudiaremos los versículos 6-8 y lo llamaremos «La meta y visión de Dios». Finalmente aplicaremos nuestra exposición de estas tres secciones a nuestro propio ministerio de niños hoy en día.
El trabajo de Dios
Primero veamos el versículo 5.
El establece el testimonio de Jacob y lo apunta a la ley de Israel la cual mandó a nuestros padres para que la enseñasen a sus hijos.
Notemos dos cosas.
1. Primero, Dios ha revelado su voluntad. El ha dado el testimonio de la ley. «El ha establecido su testimonio en Jacob y apunta su ley a Israel» nosotros empezamos aquí, pues esto es absolutamente básico. Si Dios no hubiese hablado, si él no hubiese dado instrucción sobre su voluntad o testificado sobre su obra, entonces estaríamos perdidos en las profundidades de un mar de confusión sobre el verdadero significado de la vida.
Las personas que no orientan su vida en el testimonio de las Escrituras de Dios no pueden saber que es bueno para ellos o para sus propios hijos. Ellos pudieran tener una fuerte opinión sobre lo correcto y lo que ayudaría, pero esas opiniones estarían basadas en lo que ellos entienden que es bueno según algunas presiones culturales o alguna que otra tradición humana o alguna autoridad menor que nuestro Dios.
Pero las Escrituras dicen claramente que Dios estableció un testimonio; que apunta a la ley. Cristo Jesús ha ganado nuestra confianza y por él creemos en la revelación de Dios en la ley y en el testimonio. Dios nos ha dado una brújula que nos libra de perdernos en el bosque de la confusión del siglo XX, que es la brújula de la ley de Dios y el testimonio de las Escrituras.
Brevemente; ¿Qué es la ley y el testimonio referidos en el verso 5? Éxodo 31:18 nos da la respuesta:
Y dio a Moisés cuando acabo de hablar con el en el monte SINAB, dos tablas de piedras escritas con el dedo de Dios.
¿Qué estaba escrito en estas «tablas del testimonio»? Éxodo 34: 28 nos da la respuesta.
«Y Dios escribió sobre las tablas las palabras del pacto los diez mandamientos».
Salmos 78: 5 nos manda al monte Sinaí, donde Dios hace pacto con Israel para ser su Dios. Los diez mandamientos son la declaración central de cómo debemos vivir si nos sometemos al pacto y confiamos en Dios como nuestro Dios.
Pero existe algo muy crucial sobre las tablas del testimonio. Los diez mandamientos no empiezan con mandamientos. Ellos empiezan de la siguiente manera: «Yo soy el Señor tu Dios, quien te trajo de la tierra de Egipto fuera de la casa de la esclavitud» en otras palabras las tablas del testimonio no comienzan con un testimonio sobre la demanda de Dios, sino con un testimonio de la gracia de Dios y su poder por amor de las personas que él ha elegido. Con brazo extendido y manos abiertas Dios salvó a Israel de la esclavitud, antes de darles los diez mandamientos.
Entonces cuando Asaf dice en el salmo 78:5 que Dios estableció un testimonio en Jacob, y este apuntaba a la ley en Israel, él no solo nos dice que Dios nos dijo las cosas que debemos hacer. El quiere decir que Dios ha testificado sobre lo que él ha hecho y sobre que respuesta debiéramos tener. Esto será importante que lo recordemos cuando tratamos de entender la obra de Asaf en el verso 1-4.
1. Pero antes de que estudiemos ese punto, notemos otro asunto en el verso 5, es que Dios no solo estableció un testimonio, pero él también nos mandó a enseñarlo a nuestros niños. En la segunda parte del verso:
«Lo cual mandó a nuestros padres que lo enseñasen a nuestros hijos».
Esto significa que Dios no intenta hablar a cada generación de la manera en la que le habló a la generación que salió de la tierra de Egipto. Las generaciones subsiguientes deben aprender sobre la voluntad de Dios y el maravilloso trabajo de Dios por sus padres. Nuestros niños deben aprenderlo de nosotros.
Entonces hay dos cosas que debemos recordar del verso 5. Una de ellas es que Dios ha hablado; él ha dado la ley y el testimonio a su voluntad y a su trabajo salvador. La otra cosa que él manda, es que cada generación enseñe a esta ley y este testimonio a sus niños.
La obra de Asaf
Ahora en la segunda sección del salmo que podemos ver en los versículos 1-4, la cual llamaremos la obra de Asaf. La llamamos la obra de Asaf porque estos versículos describen qué Asaf hace en respuesta a la obra de Dios descrita en el versículo 5. En pocas palabras: Asaf obedece el mandamiento del versículo 5 y da a conocer la voluntad y obra de Dios a las próximas generaciones.
1) Den su oído, o mi pueblo, a mi enseñanza;
¡inclinen sus oídos a las palabras de mi boca!
2) En parábolas abriré mi boca;
Hablaré proverbios de la antigüedad
3) Las cosa que hemos oído y conocido,
y que por nuestros padres han sido contadas.
4) No las ocultaremos a nuestros hijos
sino que contaremos a la generación venidera
las alabanzas del Señor, su poder y las maravillas que hizo.
Dos cosas queremos destacar de estos versos. Una es que cuando Asaf enseña a las generaciones futuras, él se enfoca en las profundas obras de Dios, no en los primeros mandamientos. Nótese en el verso 4: «Digan a las generaciones futuras sobre las gloriosas obras del Señor, su grandeza y las misericordias que él nos ha dado.» Esta es la razón por la que digo que es muy importante recordar el testimonio referido en el verso 5, el cual es más que los mandamientos.
Los diez mandamientos comienzan «yo soy él Señor quien te levantó de la tierra de Egipto, de las casa de esclavitud.» Así que Asaf declara a las generaciones futuras las grandes historias de rescate, juicio y las gloriosas obras de Dios; así comos las diez plagas de ranas, granizo, langostas, agua ensangrentada, los días de oscuridad; de como él dividió el Mar Rojo y el maravilloso maná y agua salida de la roca, etc.
Esta es una de las cosas que Asaf enfatiza: el mandamiento de la obediencia a Dios en el verso; él enseña a las generaciones sobre la grandeza de Dios en vez de solo lo que Dios demanda en su ley.
La otra cosa que Asaf dice es la descripción de su enseñaza como una «parábola» y como un «dicho oscuro.» Verso 2: «En parábolas abriré mi boca; hablaré proverbios de la antigüedad.» La razón por la que esto sale a relucir cuando usted lee los 72 versos del salmo, es que éstos no parecen palabras de la antigüedad. Parecen la historia real del pueblo de Israel en la cual éste se rebelaba ante Dios y su inmensa gracia.
Existen algunas palabras, imágenes y comparaciones que usted espera en la parábola. Por ejemplo verso 19: «Hablaron en contra de Dios. Y dijeron: ¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto? Y el verso 35: «Se acordaba de que Dios era su roca y el Dios altísimo su redentor» y el verso 6: «Entonces despertó el Señor como de un sueño como guerrero vencido por el vino.» Estas son las palabras, imágenes y comparaciones que usted encuentra en las parábolas. Pero tengo otra pregunta ¿Por qué Asaf dice que está hablando en parábolas y proverbios de antigüedad? ¿Podría ser que el salmo posee dos de los rompecabezas fundamentales de la historia de Israel y la deja para que usted y yo encontremos la respuesta?
1. El salmo posee un acertijo: ¿Cómo Israel pudo haber sido tan rebelde y testarudo una y otra vez? ¿Por qué ellos no aprendieron a confiar y a obedecer a Dios? Los versos 40 y 41 describen esta extraña rebelión: «¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, y le entristecieron en las soledades! Tentaron a Dios una y otra vez, y afligieron al Santo de Israel.»
2. El otro acertijo es ¿Por qué Dios debe ser increíblemente paciente y volver una y otra vez con misericordia a Israel en su miseria? El verso 38 describe esta extraña gracia: «Mas él siendo compasivo perdonaba sus iniquidades y no los destruía; muchas veces contuvo su ira y no despertó su furor».
El Salmo nos deja asombrados frente a la increíble debilidad del hombre y la increíble gracia de Dios. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo pueden estas cosas ser posibles? Esto provoca lo que las parábolas de Jesús usualmente hacían: causaban que te preguntaras acerca de ti mismo: ¿Pudiera ser mi corazón así hacia Dios? ¿Pudiera Dios ser tan bondadoso hacia mí?
Entonces sugiero que el salmo es una parábola y un acertijo, no porque todo el asunto sea una historia inventada, sino porque posee dos profundos acertijos: ¿Por qué Israel era tan incorregible y rebelde y por qué Dios estaba dispuesto una y otra vez a volver a ayudarles? En resumen, la obra de Asaf en los versos 1 al 4 fue el hacer lo que Dios le mandó en el verso 5, que fue declarar el testimonio de Dios a las siguientes generaciones, específicamente el testimonio de Dios acerca de sus gloriosas misericordias y maravillas, las cuales él mostró a Israel salvándole. Y Asaf hizo esto de tal forma que nos empuja a examinar nuestros propios corazones. ¿No seremos nosotros como Israel? ¿No sería la misma rebelión contra la ley de Dios y nuestro propio corazón? ¿No habría esperanza para nosotros de que Dios derrame gracia aunque sintamos que hemos desperdiciado nuestra última oportunidad?
La meta de Dios
Esto nos lleva a la última sección de nuestro texto, los versos 6-8, la cual le llamaremos La meta de Dios, aquí aprendemos por qué Asaf escribió este salmo de la manera en que lo hizo para las siguientes generaciones. Y aquí aprendemos cuál sería nuestra meta en educar a nuestros hijos. El verso 6 es una continuación del verso 5 donde Dios nos ha mandado a enseñar su testimonio a nuestros hijos.
6) para que la generación venidera lo supiera,
aun los hijos que habían de nacer;
y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos,
7) para que ellos pusieran su confianza en Dios,
y no se olvidaran de las obras de Dios,
sino que guardaran sus mandamientos;
8) y no fueran como sus padres,
una generación porfiada y rebelde,
generación que no preparó su corazón,
y cuyo espíritu no fue fiel a Dios.
La meta de Dios en la educación de nuestros hijos tiene tres propósitos: ellos deben tener el conocimiento de Dios-verso 6: «Para que la generación venidera la supiera».
Creo que es correcto valorar el amor hacia Dios por encima del conocimiento de Dios. ¡El diablo tiene conocimiento de Dios y tiembla!, pero qué tragedia cuando vemos el orgullo demoníaco que el conocimiento puede traer, y cómo esto nos lleva a la conclusión errada, que la mejor manera de inspirar amor hacia Dios es apartándonos del conocimiento.
No puede ser; nosotros amamos a Dios por lo que conocemos de él, de lo contrario, nuestro amor sería un emocionalismo artificial.
El primer punto en la educación de nuestros hijos: es el de impartir un genuino conocimiento del testimonio y de la ley de Dios. Esto no nos lleva al orgullo, específicamente si nosotros lo hacemos en la forma que Asaf lo hizo. Entonces la primera meta de la educación es el conocimiento.
Segundo: La meta de la educación debe ser que nuestros hijos vengan y pongan sus esperanzas en Dios. El verso 6: «para que las generaciones venideras lo supieran y aun los hijos que habrían de nacer; y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos de tal forma que su esperanza esté en Dios», entonces el conocimiento nos lleva a la esperanza.
El conocimiento debe llevarnos a la esperanza. Lo que entra en nuestras mentes debe hacer un nuevo corazón. Si una persona yerra en la educación diciendo que el conocimiento no es lo más importante, sino el corazón, entonces otra persona yerra también diciendo que impartir conocimiento es nuestra única meta, no el cambio de corazón.
La palabra de Dios en muy clara en este particular: la meta de la educación es enseñar la verdad de tal forma que los jóvenes vengan a amarla y pongan su esperanza en Dios. Corazones cambiados es la meta de la educación, no solo el agregar más conocimiento. La meta es que ellos pongan su esperanza en Dios.
Tercero: La meta de la educación es la obediencia. El verso 7 dice: «Para que ellos pusieran su confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios » La educación tiene que ver en cómo nuestros jóvenes actúan, y también en lo que saben y lo que sienten. Nosotros no seríamos exitosos en la responsabilidad que Dios nos da si las mentes de nuestros hijos están llenas de conocimiento verdadero, pero su conducta es contraria a la ley de Dios. Por eso la esperanza es esencial, porque uno sintoniza su vida con lo que espera y «todo el que tiene su esperanza puesta en él, se purifica así como él es puro.» 1 Juan 3:3.
Así que el motivo de nuestro ministerio de niños en BELEN (Bethlehem) va directo al corazón de la educación. «Que las generaciones futuras tengan su esperanza en Dios.»
Resumen de la exposición
1. En resumen, hemos visto en el verso 5 la obra de Dios, él ha establecido un testimonio y ha señalado una ley, y nos ha mandado que los enseñemos a nuestros hijos.
2. En el versos 1-4 nosotros vemos la obra de Asaf en respuesta al mandamiento de Dios: El declara las gloriosas maravillas de Dios a las generaciones futuras, y lo hace de una manera imperativa y urgente, en cuanto a la importancia y naturaleza de nuestro pecado y la gracia de Dios. Retrospectivamente yo diría que Asaf nos cuenta la historia del pueblo de Israel de tal manera que promueve la humildad y la esperanza. El nos enseña la increíble rebelión de nuestro corazón (pues por naturaleza no somos diferentes al pueblo de Israel), y nos muestra la increíble y paciente gracia de Dios. Entonces: ¡somos humildes por lo que somos y podemos estar esperanzados por lo que Dios es en sí mismo!
3. Y finalmente en los versos 6-8 nosotros hemos visto la meta de Dios: que es el conocimiento, la esperanza y la obediencia a Dios. Esta es la meta de toda verdadera educación cristiana. Asaf estaba en lo correcto al contarnos la larga historia del pueblo de Israel, porque el conocimiento es importante. Y lo hizo bien al contarla en una manera que levantara la pregunta sobre el pecado y la gracia, de manera que llevara la próxima generación a una esperanza en Dios y no en ellos mismos; y luego en el poder de la esperanza para cumplir los mandamientos de Dios.
Aplicación.
Primero: Diría que este es el mandamiento de Dios, especialmente para nosotros los padres, pero también para toda la iglesia, que el conocimiento de Dios sea enseñado a nuestros hijos, y que ellos sean atraídos por una confianza poderosa en su Santo Espíritu que los lleve a esperar en Dios. Martín Lutero lo puso de esta manera 457 años atrás: Nosotros estamos plagados del hecho miserable de que no percibimos la verdad. Todos vivimos como si Dios nos hubiese dado hijos para nuestro placer y recreación como subordinados; es como si nos diese sirvientes para usarlos tal como se usa una vaca o un asno para el trabajo del campo o como si nosotros estuviésemos para vivir solamente con la gratificación de nuestros subordinados, ignorándolos; es como si ellos vivieran de tal forma que nosotros no le diésemos importancia. Nadie quiere ver la educación o el entrenamiento como un mandamiento de la suprema majestad, quien estrictamente nos llama a cuenta y castiga por nuestras negligencias o que la necesidad de estar seriamente preocupados por nuestros jóvenes es muy importante. (Lo que Lutero dice, I, p. 140).
Específicamente me gustaría preguntarles a todos los padres, ¿Tienen ustedes algún tipo de plan para impartir el conocimiento de las Escrituras y de sus doctrinas a sus hijos, de tal forma que ellos sean capaces de permanecer firmes en la esperanza de la palabra, cuando enfrenten tristeza, dolor, placer, acoso y asfixiante secularismo?
¿Qué en sus vidas es más importante que enseñar a sus hijos la pura palabra de Dios? Solamente tomaría 10 minutos el cantar uno o dos himnos, aprender algún verso, leer una porción de las Escrituras y sacar una lección para la vida. Hazles preguntas de algún buen catecismo y haz una o dos oraciones con ellos. Si dices que estás muy ocupado, te ruego que vuelvas a revisar cuáles son tus prioridades, pues éste es un mandamiento de Dios. Esto probará ser una fuente de mucho más gozo. Un hijo sabio alegra a su padre, dice el Señor, y es la palabra de Dios que hace a su hijo sabio.
Me gustaría ayudarlo lo más que pueda, así que me comprometo, con la fuerza que el Señor me dé, ayudar a desarrollar una nueva sección que contenga varias preguntas para un catecismo con soporte bíblico, el cual los padres puedan utilizarlo con sus hijos y cuando todo esté preparado convertirlo en un pequeño libro para que otros lo utilicen.
Que el Señor nos dé la fuerza y voluntad en nuestras casas e iglesias para enseñar nuestros hijos el testimonio de Dios «para que las demás generaciones pongan su esperanza en Dios».
Amén
By John Piper. © Desiring God. Website: ministros.org