Muchas personas tienen dones y talentos y están llamados a hacer grandes cosas para Dios, pero Él no les ha dicho: «Vayan,» porque todavía siguen aprendiendo a como ser más estables, fiables y confiables, no se sacuden de las cosas tan fácilmente, y en control de sus emociones.
Como cristianos, debemos vivir la vida que decimos representar, para que nuestros dones y talentos puedan ser liberados, no sólo por nuestro propio bien, sino por el bien de quienes nos rodean.
Estoy muy contenta de que estoy casada con un hombre estable. De todas las cosas que Dave ha traído a mi vida, le estoy muy agradecida por haberme enseñado el valor de la estabilidad.
Usted ve, al principio de nuestro matrimonio, el nunca sabia hoy en qué estado de ánimo me iba a encontrar el día próximo, ¡y yo tampoco! Las circunstancias que me rodeaban dictaban mi estado de ánimo-y era una forma miserable de vivir.
Podría levantarme pensando que iba a tener un gran día y luego algo me cruzaba en camino a las 9 am, ¡y se me arruinaba el resto del día por completo! Pero no tiene por qué ser así. Podemos controlarnos a nosotros mismos, pero hasta que no lo creamos, nada va a cambiar.
Lo primero que debemos hacer es dejar de poner excusas, como “¡Yo no lo puedo evitar! ¡Sólo soy una persona muy sentimental! ¡Si usted hubiera tenido que aguantar todo lo que tengo que aguantar, a usted le darían rabietas también!» Dios nunca le va a decir que haga algo que no pueda hacerlo sin antes prescindir de su ayuda. Y usted puede lograr mucho más si aprende a controlar sus emociones.
Si Usted Tiene Paz, Usted Tiene el Poder
Le guste o no, estamos en una guerra espiritual. Su enemigo, Satanás, viene contra usted de muchas maneras ¡y que si va a luchar, a luchar, a luchar en contra de usted! Por lo que necesita saber cómo enfrentarse a él.
Filipenses 1:28 (NVI) dice: «Y sin temor [ni por un momento] alguno a sus adversarios, lo cual es para ellos señal de destrucción. Para ustedes, en cambio, [la constancia y la intrepidez] es señal de salvación [la prueba y sello de su inminente destrucción], y esto proviene [una señal segura y pruebas] de Dios. »
Esta escritura está diciendo que Dios y el diablo nos están mirando. Si nos quedamos tranquilos, el diablo sabe que no puede molestarnos y que no nos vamos a dar por vencidos. Pero también es una señal para Dios de que nuestra confianza está realmente en Él.
No importa que diga lo mucho que confía en Dios, si está molesto todo el tiempo, entonces usted no está realmente confiando en Él. Y mientras usted está tratando de cuidar de sí mismo, Dios se echara a un lado y dirá: «Avísame cuando estés listo para Yo pueda entrar de prisa y ayudarte.»
El Mantener Su Paz Trae Madurez
Usted y yo tenemos el privilegio de no tan sólo de creer en Cristo pero el de poder soportar un poco de sufrimiento mientras esperamos que nos rescate, porque son los tiempos difíciles en nuestras vidas los que traen la madurez. Cada día que usted permanece firme en su fe y usted no recibe su gran avance, ese día está creciendo espiritualmente.
Jesús dijo: «En el mundo, tendrán tribulación.» El propósito de tener fe no es para poder evitar los problemas, es para pasar a través de ellos con paz y estabilidad.
Si en el único momento que puede alabar a Dios es cuando está en la Tierra Prometida, usted tiene un problema. Usted tiene que alabarlo a Él cuando este en el desierto. En realidad, si no alabamos a Dios en el desierto, nunca llegaremos a La Tierra Prometida. Todos tenemos que hacer lo correcto aun cuando se nos haga difícil, cuando no tenemos ganas de hacerlo. Es entonces cuando crecemos.
En Éxodo 14:13-14 (AMP), Moisés dijo a los israelitas, “No tengan miedo. Mantengan sus posiciones [firme, confiado, sin desmayar], que hoy mismo serán testigos de la *salvación que el
Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos!”
Tome la determinación de confiar en Dios. No importa lo que pase, mantenga su paz, permanezca en reposo, mantenga una actitud de alabanza y acción de gracias, haga solo lo que pueda hacer; y siga diciendo: » Dios está luchando por mí.»
Por Joyce Meyer.