El Padre Nuestro

La única oración que va a ser contestada con toda efectividad y que va a tener el resultado por el cual se ora, es cuando tu voluntad y la voluntad de tu Padre sea una sola voluntad.

¿Cuál fue el problema del universo?

La rebelión de Satanás y los ángeles caídos, porque se salieron de la voluntad de Dios.

 

¿Por qué fue que el señor Jesucristo pudo decir a Lázaro, sal fuera?

¿Y por qué le pudo decir a la higuera, sécate?

¿Por qué pudo decirle al leproso, -“Quiero, sé limpio”?

¿Por qué echó fuera demonios?

¿Por qué el Señor no fallaba, cuando Él quería hacer algo?

¿Sabes por qué?

Porque la voluntad del Señor Jesucristo, siempre estuvo tan perfectamente  armonizada con la voluntad del Padre, que cuando el Señor oraba, era porque el Padre estaba de acuerdo con esa oración.

Y es únicamente, cuando SU voluntad y la voluntad de los hijos están perfectamente armonizadas, que ocurren milagros, maravillas y prodigios.

Solo cuando la voluntad del Padre está en armonía con la voluntad del hijo, entonces se hace realidad esa promesa de:

“Pedid  y  se  os  dará”.

Y diréis a ese monte, muévete al mar y se moverá.

Pero cuando no está en perfecta armonía, no va a ocurrir nada.

En el huerto del Getsemaní, por un momento parecía que las dos voluntades no iban a estar unidas…

“…Padre, si es tu voluntad que pase de mi esta copa…”

Y de momento, las dos voluntades parecían que se iban a separar, pero inmediatamente, el Señor corrige, y dice:

“Pero, que sea hecha tu voluntad…”

Y vino la  crucifixión, seguido del milagro de la resurrección.

Pero muchas  veces, tú dices “es que yo he orado y orado y no he recibido contestación.”

Oh amados…la clave está, en que cuando tú le llamas a Él  Padre y sobre todo “Padre Nuestro”; tú estás diciendo:

“Mira Señor, únicamente anhelo que tu voluntad se haga en mi vida.”

“Pero es que mi voluntad es que te vayas de misionero y a los 6 meses  mueras.”…  Señor, si esa es tu voluntad, así sea.

Gracias Señor, no quiero más.

¿Te estás dando cuenta, por qué no sabemos orar?

¿Te estás dando cuenta, que al orar le exigimos  lo que deseamos, y no la voluntad de Dios? 

Porque oramos con egoísmo. Y el Señor Jesucristo nos enseñó en múltiples ocasiones durante su ministerio terrenal, que la oración no podía ser egoísta.

Toda oración debe estar dirigida a que nuestro Padre Celestial, sea glorificado en todo.  Así oró el Señor Jesucristo. Y así nos enseñó  a orar a nosotros.

Cuando tú oras conforme a la voluntad de Dios, tú buscas que su Nombre sea glorificado y oras sin egoísmo personal.

Porque conoces que la oración va dirigida a nuestro Padre.

Y conoces que su voluntad es amarte y bendecirte.

Vosotros pues oraréis así: Padre Nuestro que estás en los cielos”

Cuando sigues el modelo  de  oración del Padre Nuestro, tu oración siempre será efectiva y tus peticiones siempre serán contestadas, porque orareis conforme a Su voluntad.

 

Parte III

Toda oración, es una súplica del corazón, a un Dios todo poderoso; y toda oración, en el último análisis, es una petición. Se peticiona, se pide algo.

Muchos cristianos, no saben discernir  lo que significa pedir, y creen que pedir es decir dame.

Pero el Señor  nos enseñó a orar, nos dio un patrón de oración que  explica  lo que significa  en  realidad,  hacer una petición a Dios.

El Señor Jesucristo, nos enseñó en esta oración del Padre Nuestro, que fuera de los límites de la tierra, toda petición, tiene que ser dirigida al Padre.

Aquí en la tierra, tenemos peticiones y hacemos peticiones a nuestros familiares, a nuestros padres, a los hijos, al gobierno, al Ayuntamiento. Nosotros tenemos peticiones de todas clases, pero fuera de los límites de la tierra, toda oración que se haga, debe ser dirigida estrictamente al Padre. 

Jesús ha dicho: nunca ore a nadie más, ni a nada más, excepto al Padre directamente.

Por eso dirigir nuestra oración a alguien más o algo más que no sea el Padre, es ir en contra de las enseñanzas de las Escrituras y especialmente, de las enseñanzas del Señor Jesucristo. Las Escrituras, son tan claras, que bajo ningún concepto  debemos acercarnos a persona o cosa alguna, para pedirle o suplicarle, o de ninguna manera orarle.

El 2º Mandamiento, específicamente, prohíbe acercarnos a las imágenes, con el fin de adorarle o pedirle como nos  dice Éxodo 20: 4

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”

Así que cuando dirigimos nuestra oración al Padre, estamos claramente cumpliendo con las enseñanzas del Señor Jesucristo.”

Las primeras tres peticiones del Padre Nuestro, nos habla de la Majestad de Dios, por eso debemos decir:

“Santificado sea tu Nombre”

Cuando oramos al Padre, debemos hacerlo conscientemente de quien es Él. 

Tú y yo, no  tenemos otra opción, que inclinar nuestro rostro, en señal de mansedumbre, porque no puede haber orgullo de ninguna índole, cuando tú y yo, estamos delante de la Majestad de Dios. Por eso debemos decir:

“Santificado sea tu Nombre”

La oración es algo tan valioso, que en realidad, es el centro de todo lo que hacemos como discípulos. Los discípulos que no oran, son como un pez que no vive en el agua.

La oración debe ser  de acuerdo a la mente de Dios. Por eso es necesario el Espíritu Santo. Porque el Espíritu Santo, nos ayuda a orar, dice la Biblia.

Y el Espíritu Santo, intercede con gemidos indecibles.

Cuantas veces, a cuántos de ustedes el Espíritu Santo los ha despertado de noche, y ha puesto en su mente a personas o a un grupo de personas, o una necesidad individual, y ustedes se han puesto a orar.

Dios, desea que seamos  hombres y mujeres de oración.

Que el Señor te bendiga.

  

Dr. José Pérez, Ph. D. 

Ayuda en tu Crisis

Iglesia Evangélica Libre de España

Ministerio Más que Vencedores                                                      

www.EspanaparaCristo.com 

  

Deja un comentario