Esmirna y Pergamo: La Iglesia Presionada y Comprometida

Por Ray C. Stedman.
Se ha dicho con frecuencia y con mucho de verdad, que los cristianos deberían vivir con el periódico en una mano y con la Biblia en la otra porque se necesita al uno para entender la otra. Los periódicos dejan constancia de los acontecimientos visibles que están sucediendo en la tierra en esta hora, pero la Biblia mira más allá al ámbito de lo invisible, donde los consejos de Dios determinan lo que pasará en la tierra y no podemos entender realmente la vida hasta que no veamos ambos reinos

Es especialmente la competencia del libro de Apocalipsis exponer ante nosotros ese reino. Al estudiar este gran libro aprenderemos mucho acerca de lo que sucederá en la tierra, así como lo que está sucediendo actualmente. Esto último lo tratan las cartas escritas a las siete iglesias. Toda la época de la iglesia aparece ante nuestros ojos gracias a la visión que nos ofrecen estas cartas. Para que estas siete cartas encajen en el periodo de tiempo que me ha sido asignado, es necesario que hoy echemos un vistazo a dos de ellas. De modo que les pido perdón si tenemos que echar un vistazo rápido a estas dos cartas, la carta escrita a la iglesia de Esmirna y la carta escrita a la iglesia de Pérgamo.

La primera va dirigida al ángel de la iglesia de Esmirna, que es una preciosa ciudad situada en la costa, a unas 40 millas al norte de Efeso. Era una de las ciudades más prósperas de Asia. Con la típica humildad de la Cámara de Comercio, los padres de la ciudad la llamaban «el orgullo de Asia. Se parece a San Francisco ¿verdad? Había una colina que se llamaba Pagos en la parte posterior de la ciudad y alrededor de la cima de la colina, existían una serie de templos paganos, formando algo parecido a un círculo, allí erigidos. Debido a que tenía el aspecto de una corona, también se le llamaba a Esmirna, «la corona de Asia lo cual explica una referencia que encontramos mas adelante en esta carta.

La ciudad era uno de los principales centros de adoración al emperador. Ya por el año 26 A.D., durante el reinado de Tiberio César, se erigió un templo a este Emperador, por lo que los cristianos de Esmirna se encontraban cada año con la necesidad de escoger entre decir «Jesús es el Señor o «César es el Señor. Esa era la prueba que los romanos aplicaban a todos sus ciudadanos, lo cual significaba que esta iglesia estaba sometida a una enorme presión y a la persecución porque no estaba dispuesta a decir «César es el Señor. Había al mismo tiempo una numerosa comunidad judía en la ciudad que era hostiles a la fe cristiana, como veremos.

El Señor Jesús dirige a la iglesia de esta ciudad de Esmirna las siguientes palabras:

«Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna: El primero y el último, el que estuvo muerto y vivió, dice estas cosas: Yo conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rico, y la blasfemia de los que dicen ser judíos y no lo son; mas bien, son sinagoga de Satanás. No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí el diablo va a echar a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.

Esa es la evaluación que hace nuestro Señor de esta iglesia y es evidente que es una iglesia que tiene graves problemas. El nombre de Esmirna significa mirra y es un nombre muy apropiado porque la mirra es un perfume, cuya fragancia se percibe al ser triturada. Aquí tenemos el caso de una iglesia que estaba siendo triturada por causa de la persecución. En Esmirna era sumamente difícil ser cristiano porque tenían que vivir constantemente entre dos extremos. Había en la iglesia un ambiente de rico y amoroso compañerismo que debió de alegrar sus corazones y fortalecer la fe de los asistentes, pero fuera de la ciudad se encontraban con una continua cruel y persistente hostilidad. Por lo tanto, los cristianos de Esmirna vivían entre estos dos extremos.

Pero fíjese de qué modo se revela el Señor a ellos. Les dice: «Yo soy el Primero y el Ultimo, soy el que estuvo muerto y vivo. Esos son dos situaciones extremas. La primera y la última, la muerte y la vida. Jesús se presenta como Señor de los dos extremos. El abarca todas las fuerzas y los acontecimientos entre estos dos extremos. Recordemos que cuando se encomendó la Gran Comisión le dijo a sus discípulos: «Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra. El es Señor de todas las fuerzas celestiales y terrenales, y esta palabra de su Señor les debió servir de gran estímulo a los cristianos de Esmirna

Existe una creciente escala de problemas que trastornan a la iglesia. Lo primero que el Señor dice es: «yo conozco tu tribulación. La palabra griega significa «aflicción que es una imagen de una tensión aplastante e interminable sobre ellos. La mejor manera de que entendamos cómo era esa situación sería recordando lo que hemos leído acerca del Holocausto en Alemania y las continuas presiones que tenían que afrontar los judíos a diario bajo el régimen nazi. Se veían todos los días perseguidos y molestados por todas partes. Fueron humillados y atacados sin la menor misericordia. Es la clase de aflicción que estaban soportando estos cristianos en Esmirna. Tal vez lo pudieramos actualizar un poco comparándolo con los sufrimientos de las iglesias en el este de Europa bajo la dura línea del régimen comunista.

La segunda cosa que les dice Jesús es que conoce su pobreza. «Yo conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rico. No sabemos exactamente cuál sería la causa de su pobreza. Esmirna era una ciudad próspera, pero es posible que esta pobreza fuese el resultado de las persecuciones que estaban experimentando. Sus casas habían sido saqueadas, les habían quitado sus posesiones. Eso era corriente en la iglesia primitiva en los tiempos de persecución. Es posible que tuviesen que recurrir a trabajos serviles para poder comprar alimentos baratos que les permitiesen sobrevivir. A pesar de lo cual el Señor dice que su comunión y compañerismo cristiano y sus familias eran verdaderamente ricas.

Recuerdo muy bien que durante la Gran Represión, cuando yo era un estudiante de secundaria, no teníamos demasiado que comer y no disponíamos de lujos. Solo podíamos costear lo que era absolutamente básico y hasta la ropa nos llegaba con gran dificultad, pero nos lo pasábamos estupendamente a pesar de no tener ningún entretenimiento en particular. No teníamos televisión; teníamos una radio, pero donde yo vivía las radios funcionaban con pilas y no se podían usar mucho tiempo. Con todo y con eso, lo pasábamos muy bien. Al pensar en aquellos tiempos lo considero como uno de los períodos más enriquecedores de mi vida, porque disfrutábamos la compañía unos con otros. Aprendimos de nuevo los gozos sencillos de las relaciones y de la comunión familiar. Alguien ha sabido captar estos sentimiento en una poesía con la que me he encontrado, que dice:

Yo contaba dólares mientras Dios contaba cruces. Yo contaba las ganancias mientras El contaba las pérdidas, Yo contaba mi ganancia por cosas obtenidas en tiendas, Pero el me media por las cicatrices que llevaba. Yo ansiaba honores y títulos importantes. El lloraba contando las horas que pasaba yo de rodillas, No supe nunca hasta que me hallé junto a una tumba, lo vanas que son las cosas por las que ahorramos para conseguirlas en nuestra vida. No lo supe hasta que un Amigo desde allá arriba dijo ¡Rico es aquel que lo es en el amor de Dios!

En los Estados Unidos tenemos un programa de televisión que se llama «El estilo de vida de los ricos y los famosos. En él nos presentan la riqueza y los lujos que disfrutan los ricos. Pero investigando más a fondo las vidas de las personas que aparecen, descubrimos que rara vez se encuentra entre ellas a una persona que sea feliz. Las riquezas no nos dan la felicidad y tampoco la fama. El testimonio continuo de este hecho se destaca por la tragedia de aquellas personas que se quitan la vida sencillamente porque se sienten desgraciadas e infelices, pero nuestro Señor dice que las verdaderas riquezas son las que proceden del interior, cuando el corazón está lleno de la gracia y del amor de Dios. Hay una experiencia de relaciones maravillosas con otras personas, pudiendo querer y considerar de enorme valor a esas personas y esa era la misma experiencia que tenía la iglesia se Esmirna.

En tercer lugar Jesús dice: «conozco la blasfemia de los que dicen ser judíos y no lo son; mas bien son sinagoga de Satanás. Había una campaña de difamación en contra de estos cristianos y se estaban contando mentiras acerca de ellos. Sabemos, gracias a algunos escritos tempranos, que debido a que los cristianos hablaban acerca de comer y beber el cuerpo y la sangre de Cristo eran acusados de caníbales. Las personas les tenían horror, considerándoles como caníbales, que se comían unos a otros. Puede usted imaginarse la reacción que eso hacía que se produjese en cuanto a ellos. Además, debido a que se negaban a visitar los templos paganos y a reconocer a los dioses paganos, les llamaban ateos. Por consiguiente, eran tratados con desprecio en este mundo que estaba sumido de lleno en la idolatría. Los cristianos hablaban con frecuencia acerca de ser miembros los unos de los otros y de amarse unos a otros, por lo que además les acusaban de orgías sexuales. Se contaban toda clase de mentiras acerca de ellos, diciendo que cuando se reunían lo hacían con el fin de participar en toda clase de relaciones libertinas y lascivas.

La calumnia es una de las causas que produjo la mayor parte de las persecuciones a las que se vieron sometidos los cristianos primitivos, que procedían, según se nos dice aquí, de falsos judíos, que eran descendientes físicos de Abraham y tenían una sinagoga en Esmirna pero, al igual que sucedía con los fariseos, que acosaban y molestaban a Jesús, perseguían a estos creyentes, demostrando no tener el discernimiento espiritual que tenía Abraham y siendo, de hecho «una sinagoga de Satanás distando mucho de ser auténticos hijos de Abraham.

Resulta difícil soportar cuando se vive bajo la calumnia. Recientemente vi una entrevista que le hicieron al Dr. Everett Koop, el que fue anteriormente Cirujano General de los Estados Unidos, además de otra entrevista que le hicieron al Juez Bork, al que se le negó un puesto en la Corte Suprema. Estos dos hombres dieron testimonio de la dificultad y el sufrimiento que experimentaron a causa de las mentiras y las calumnias que se contaron acerca de ellos. Fueron acusados de cosas con las que nada tenían que ver, algo que les resultó muy difícil de soportar. Eso era lo que tenían que afrontar estos cristianos. En cierta ocasión leí acerca de un cristiano que estaba pasando por una época de muchos malentendidos y de ataques y no había gran cosa que pudiera hacer para defenderse a sí mismo. Un día vino un amigo, le cogió de la mano y le dijo lo mucho que se identificaba con él por lo que estaba pasando, pero mirándole fijamente a los ojos le dijo: «recuerda que todavía no te han escupido a la cara. Como es lógico, esto era una referencia a Jesús, al que sí le escupieron al rostro, además de golpearle, de arrancarle el pelo de la barba y le golpearon en la espalda con una cuerdas con pinchos en las puntas, además de mentir acerca de él. De modo que los cristianos que tengan que soportar malos tratos y a los que juzguen equivocadamente deben recordar que el Señor sabía exactamente lo que eso representa.

Pero lo peor aun tiene que pasar. Jesús dice: «no tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo va a echar a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados. Por cierto es la primera vez que se menciona al demonio en el libro de Apocalipsis. El Señor reconoce que él, que es el Primero y el Ultimo, va a permitir que sucedan estas cosas. El demonio hará que algunos vayan a parar a la cárcel. Aquellas cárceles romanas eran lugares espantosos, donde los prisioneros se tenían que enfrentar a cada momento con la amenaza de la ejecución, pero nuestro Señor nos dice estas palabras llenas de estímulo. Si tiene usted que enfrentarse alguna vez con esta clase de persecución aquí tiene usted tres cosas que le pueden fortalecer.

Primero, «algunos de vosotros seréis encarcelados para ser probados y lo que se debería de enfatizar es la palabra usted. Muchos leen estas palabras como si fuese Dios el que fuese a aprender algo por medio de esta prueba, pero eso no puede ser porque Dios ya conoce nuestros corazones. El sabe lo que podemos soportar mucho antes de que lo tengamos que experimentar y no aprende nada nuevo cuando nosotros somos probados. ¡Pero usted sí que aprende! Esta dificultad o problema se permite para que seamos probados. Es algo que hace para que seamos conscientes de lo mucho que aun nos queda por crecer y para eliminar esos apoyos superficiales sobre los que nos hemos estado apoyando y enseñarnos lo mucho que hemos aprendido a depender de la gracia y la fortaleza de Dios.

En segundo lugar, dice que será por un tiempo limitado. El nos va a someter a prueba durante «diez días. No sabemos cuándo o cómo sucedió esto, pero sin duda es algo que le pasó a esta iglesia de Esmirna, pero lo que realmente nos anima es que el Señor puso límite a las pruebas y las pruebas no pueden pasar de dicho límite. ¡Ninguna fuerza ni poder terrenal podrán hacer que la prueba dure once días! porque lo que Dios había decidido era diez días.

En tercer lugar, nos dice: «sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. Sin duda, se supone que éste es un contraste con la Corona de Asia, los edificios que formaban el templo pagano, que había sido edificado en la colina de Pagos. Esta era una corona terrenal, un reconocimiento de la condición terrenal y algo de lo que la ciudad se sentía muy orgullosa. Pero nuestro Señor nos dice que nos dará algo mucho mejor, la Corona de la vida, la vida eterna. ¡Eso sí que es mucho mejor! El apóstol Pablo nos dice en Romanos «porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada. En otro lugar nos dice: «Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria. La Palabra de Dios nos anima constantemente haciéndonos ver que estas tribulaciones, estas pruebas y estas presiones a las que nos vemos sometidos son algo que tienen un enorme valor para nosotros.

Desde el punto de vista profético, esta iglesia es una imagen del período de la historia que va aproximadamente del 160 A.D. al 3200 A.D., cuando aparece Constantino, considerado como el primer emperador cristiano. A todo este período se le ha denominado «la época de los mártires aunque no fue el único período en el que los cristianos fueron mártires. ¡He dicho con frecuencia que el mayor número de cristianos que han perdido la vida por causa de su fe no ha sido durante el primer siglo, sino durante el veinte! Eso es algo que resulta bastante asombroso ¿no es cierto? Pero durante esa primera época fueron perseguidos de maneras que resultan absolutamente increíbles. Sus cuerpos fueron destrozados sobre el potro de tormento, les arrancaban las uñas, les colgaban de los pulgares, con frecuencia durante días enteros. Les envolvían en pieles de animales y les echaban para que los toros les acorneasen y les golpeasen de un lado a otro. Les cubrían el cuerpo con alquitrán y les prendían fuego en los jardines para iluminar las festividades de los paganos. Si quiere enterarse usted de los detalles horribles adquiera un ejemplar del libro «Fox,s Book of Martyrs (el libro de Fox de los mártires) y lea algo acerca de lo que tuvieron que padecer los cristianos primitivos.

Uno de los primeros fue un hombre llamado Policarpio, que fue obispo de esta misma iglesia de Esmirna. En el año 155 A.D., a la edad de 86 años, fue sentenciado a muerte siendo quemado en la hoguera por causa de su fe y por haberse negado a decir «César es el Señor. Cuando murió dio un elocuente testimonio de su amor por Cristo. El relato ha sido conservado para que lo podamos leer en el libro anteriormente mencionado. Cuando era un adolescente había conocido personalmente al apóstol Juan y probablemente había oído de sus labios la verdad tal y como la encontramos en Apocalipsis.

Durante esta época existían diez edictos diferentes de persecución de los emperadores romanos. En esta frase se predice que los cristianos «tendrían tribulación durante diez días. Desde el punto de vista histórico, hubo diez persecuciones diferentes, comenzando con la del Emperador Domiciano en el año 96 A.D. continuando con la de Diocleciano, el último emperador antes de Constantino. Esto se describe gráficamente en esta asombrosa imagen anticipada de la era de la iglesia. Ahora encontramos en el versículo 11 la petición que hace el Señor a las personas de esta iglesia:

«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venza, jamás recibirá daño de la muerte segunda.»

Si mira usted en su Concordancia a qué se refiere «la segunda muerte encontrará en los capítulos 20 y 21 de este libro de Apocalipsis tres referencias a la «segunda muerte donde se nos dice claramente lo que es. Es el terrible lago de fuego, el símbolo del juicio final de los que no se han arrepentido, de aquellos que han renunciado al evangelio de la gracia de Dios. Es algo que ha sido preparado para el demonio y para sus ángeles, pero lo compartirán los que escogen el camino del demonio. Esas personas vivirán siempre separadas de Dios, atormentadas en espíritu y alma, representado por el tormento que produce el fuego al cuerpo físico. ¡Es lo que se han buscado durante toda su vida! Las personas que dicen «no quiero tener nada que ver con Dios, no le quiero en mi vida al final consiguen lo que querían, teniendo que vivir durante toda la eternidad separados de la gracia, de la misericordia y del amor de Dios. Ese es el más espantoso tormento que puede soportar el espíritu humano y se describe gráficamente mediante el lago de fuego, llamado la segunda muerte.

Jesús está diciéndonos aquí sencillamente: «si escucha usted a lo que le está diciendo esta carta, si confía usted en mi en los momentos de presión y de persecución, le concederé el don de la vida eterna y no tendrá usted nada que temer de la segunda muerte. Es aquello en lo que se regocija Pablo en Romanos 8: «Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Por cierto, todos los cristianos hemos sido llamados a ser fieles hasta la muerte. ¿Lo sabía usted? Todos hemos sido llamados a permanecer fieles hasta que venga la muerte. Puede que esto sea algo que le suene extraño, ¡pero siempre he pensado que la mejor manera de morir como cristiano es siendo decapitado! Si yo pudiese escoger de qué manera quisiera morir, sería o sufriendo un repentino ataque cardiaco o siendo decapitado. ¡Ambas son muertes rápidas! ¡Y seguras! ¡Y creo que deben de ser prácticamente indoloras! No hay temor alguno. De modo que Jesús tranquiliza a aquellos ponen a prueba la realidad de su fe permaneciendo fieles hasta la muerte. En cuanto a la iglesia de Pérgamo…

«Escribe el ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice estas cosas: Yo conozco dónde habitas; donde está el trono de Satanás. Y retienes mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, quien fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Sin embargo, tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes allí a algunos que se adhieren a la doctrina de Balaam, que enseñan a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de lo sacrificado a los ídolos y a cometer inmoralidad sexual. Asímismo tú también tienes a los que se adhieren a la doctrina de los nicolaitas. Por tanto, ¡arrepiéntete! Pues de lo contrario vendré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.»

Esta iglesia contraste en gran medida con la iglesia de Esmirna, que estaba siendo sometida a persecución; esta iglesia se enfrentaba con la seducción y la corrupción. El demonio tiene solo dos enfoques. Si no consigue que nos dobleguemos bajo la hostilidad y la persecución empezará a tentarnos y seducirnos con algo peligroso. Entonces lo hace o bien por medio de la intimidación o de la seducción. Es o bien la violencia de un león rugiente o la corrupción de un ángel de luz. Pérgamo es la iglesia que está siendo minada por prácticas y enseñanzas corruptas. Nuestro Señor se identifica como el que tiene «una espada aguda de dos filos. Como ya hemos visto, ese es el símbolo de la Palabra de Dios que sale de sus labios. Es una espada de dos filos, que corta de dos maneras. Creo que eso se refiere al hecho de que la Palabra puede hendir el cráneo para llegar a la mente, y puede traspasar el corazón para tocar las emociones, despertándonos a la realidad. Por medio de la Palabra de Dios nuestras mentes comienzan a aprender la verdad que no vimos nunca con anterioridad. Vemos las cosas tal y como son y eso nos motiva a la acción. También puede afligir al corazón. Recuerde que en el Día de Pentecostés, cuando Pedro había terminado su mensaje, las gentes se afligieron de corazón, según el libro de los Hechos y preguntaron: «hermanos ¿qué haremos? Ese es el poder de la Palabra, que influencia tanto a la razón como a la conciencia.

Pérgamo era la capital romana de la provincia de Asia. Situada aproximadamente a unas 50 millas al norte de Esmirna. Era un centro de adoración pagana y existía un templo construido a César también allí. Aquí se le llama «donde tiene su trono Satanás es decir, donde gobierna Satanás. También se refiere a ella diciendo «donde mora Satanás es decir, donde tiene su central. Muchos eruditos creen que eso se refiere al gran altar de Zeus, que estaba en una colina que daba sobre la ciudad. Era un gran asiento, o trono, de cuarenta pies de altura, y cualquier ciudadano podía mirar allí en cualquier momento y ver lo que Jesús llama «el trono de Satanás y era un centro de adoración pagana que parecía ser el centro mismo del mal.

Existe una fascinante nota de pie de página de la historia en relación con esto. En los años 1880, hace unos cien años, un arqueólogo alemán trabajando en la ciudad de Pérgamo se llevó dicho trono, el asiento satánico, de la colina y lo trasladó a Europa. En la actualidad todavía se puede ver en el Museo de Pérgamo en la ciudad, que se encuentra ¡en Berlín del este! Durante unos 100 años el trono de Satanás ha estado en el Berlín del este. Si eso tiene o no alguna relación con el poderío de Hitler y de los nazis, es algo que dejo que lo juzgue usted mismo. Pero el Berlín del este es además donde se encontraba el centro de Hitler.

En su evaluación el Señor tiene en cuenta los puntos fuertes de esta iglesia. Lo primero que dice es: «retienes mi nombre. Se habían negado a cambiar su punto de vista con respecto a la persona de Jesús y se aferraban a la verdad acerca de él, considerándole como el Dios-hombre, combinado en una persona con dos naturalezas, tanto de Dios como del hombre y esa es una doctrina ortodoxa. Esa es la enseñanza de la iglesia desde su principio mismo y claramente evidente en las Escrituras. En contra de todas las influencias corruptas, que les rodeaban, esta iglesia siguió aferrándose a la verdad. Casi todas las herejías de la actualidad tienen su origen en negar la deidad de Jesús, pero tampoco debemos de negar su humanidad. Era Dios como si nunca hubiera sido hombre y al mismo tiempo era hombre como si nunca hubiera sido Dios. Ambas cosas son verdad. La iglesia de Pérgamo se había aferrado con fuerza a esta enseñanza.

En segundo lugar, eso era algo que hacían arriesgando sus propias vidas. Jesús dice: «no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, quien fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Antipas quiere decir «en contra de todos. No sabemos mucho acerca de este hombre, aunque se dice que fue el primer mártir bajo la persecución romana en Asia. Según la tradición le asaron dentro de una especie de toro de bronce que fue calentado hasta que estuvo al rojo vivo. Ese fue el precio que tuvo que pagar por ser fiel a la doctrina de Jesús, ¡teniendo que ponerse «¡en contra de todo!

Pero había dos errores que estaban minando a esta iglesia. Uno de ellos es el que se llama «la enseñanza de Balaam acerca del cual podemos leer en el capítulo 25 de Números. Balaam era un falso profeta, que había sido contratado por Balac, rey de Moab, para maldecir a Israel, pero cuando intentó hacerlo se encontró con que no podía. Cada vez que intentaba maldecirlos salían de su boca palabras de bendición porque Dios no estaba dispuesto a permitir que maldijese a su pueblo. Entonces para conseguir el objetivo para el cual había sido contratado, pagó a las muchachas hermosas de Moab y de Madian para que se paseasen ante los jóvenes de Israel, a fin de tentarles a que cometiesen inmoralidades sexuales. Como estas mujeres eran adoradoras de ídolos pudo, de ese modo, introducir la adoración a los ídolos en las tribus de Israel, consiguiendo de esta manera corromperles y tentarles al pecado. La situación comparativa con la que nos encontramos en nuestros días es la práctica de la pornografía y de la fornicación entre cristianos y la aceptación de la vida sin el matrimonio, de la convivencia sin contraer matrimonio, que con frecuencia es algo extendido en las iglesias de nuestro tiempo. Y ese fue el error de Balaam.

También se estaban dejando seducir por el error de los nicolaitas. Aunque es difícil saber exactamente quiénes eran estas gentes, el nombre significa «conquistadores de pueblos. Parece ser que afirmaban tener una relación especial con Dios. Profesaban ser los verdaderos beneficiarios de las revelaciones íntimas, que no eran hechas a otros, algo así como si tuvieran una línea privada con Dios. Presumían de ocupar el lugar del sacerdocio en el judaísmo y promulgaron ese error transmitiéndolo a la iglesia cristiana. Es posible que estas dos enseñanzas falsas funcionasen juntas. Una de ellas apela a la lujuria física, y la otra a la ambición por el poder ejercitado de una manera religiosa. Esto es algo con lo que todavía nos encontramos en la actualidad manifestado en la supremacía de los pastores que se colocan por encima de los laicos. Son hombres que afirman tener una relación más íntima con Dios, y que por eso se consideran mejores que el resto de las personas. Como es natural, la manera de enfrentarse a estas dos enseñanzas falsas es con ¡la aguda espada de dos filos! Jesús les dijo: «¡arrepiéntete! Pues de lo contrario, vendré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. La Palabra de Dios expone tanto el error de la inmoralidad como el error de la superioridad de los sacerdotes y esa es una de las razones por las que muchas iglesias se resisten a la exposición de las Escrituras.

Desde el punto de vista profético, este es el período que va desde la ascenso de Constantino en el año 320 A.D. hasta el papado del siglo VI. Durante esa época, tuvieron lugar los grandes concilios de la iglesia. El Concilio de Nicea, el Concilio de Calcedonia y otros, decidieron la auténtica doctrina sobre la persona de Cristo, quién era y cómo se combinaba a sí mismo, teniendo dos naturalezas. Pero fue además la época de la unión entre la iglesia y el mundo bajo el reinado de Constantino. (Por cierto que Pérgamo quiere decir «unión matrimonial y viene de la misma raíz de la que vienen los términos monogamia y bigamia). Constantino no era en realidad un cristiano auténtico. Adoptó muchas prácticas paganas y las introdujo en la iglesia, donde fueron aceptadas. El cristianismo era popular en aquellos días, y muchas costumbres paganas se incorporaron a ellas. Esto empezó cuando la iglesia se consideró como un reino mundano, como los demás reinos.

El llamamiento que hace nuestro Señor lo encontramos en el versículo 17:

«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, que nadie conoce sino el que lo recibe. Esto va dirigido a aquellos que están dispuestos a prestar atención a las advertencias de esta carta y se andan con sumo cuidado en lo que se refiere a la inmoralidad sexual y la superioridad espiritual. Si es usted una persona que se mantiene firme en contra de la inmoralidad sexual y el amor al poder religioso le será dado el «maná escondido. Fíjese que tanto el maná como el nuevo nombre son cosas secretas y son una imagen de la relación íntima. El maná, como es natural, fue el alimento con el que Moisés alimentó a los israelitas en el desierto. Jesús dijo en el capítulo 6 de Juan «yo soy el pan que desciende del cielo. El es el maná escondido. El es alimento para el espíritu interior, es el alimento que otros no conocen. En Juan 4, nuestro Señor envió a sus discípulos a buscar comida a la ciudad de Sicar. Cuando regresaron y se encontraron con que Jesús había estado atendiendo a las necesidades de la mujer junto al pozo él le dijo a la mujer: «yo tengo una comida para comer que vosotros no sabéis. El se estaba alimentando de la fortaleza interna que Dios el Padre le estaba dando. Eso es lo que le será dado a los que se resistan a la seducción de la inmoralidad y a los privilegios espirituales.

Juntamente con él se encuentra la piedrecita blanca con un nombre sobre ella. Las piedras blancas se usaban entre los romanos como una señal del favor especial. Como es natural, un nombre secreto es una señal de intimidad. Hace algunos años la conocida autora cristiana Elizabeth Elliott estuvo hablando aquí en PBC. Durante un tiempo la estuve llamando Betty Elliott porque ese era el nombre ese era el nombre que aparecía en el libro que había escrito ella acerca de su marido Jim. Un día me corrigió diciéndome: «¿Sabe usted una cosa? No me llamo Betty, me llamo Elizabeth. Eso era porque Betty era cómo la llamaba su esposo Jim en privado, así que empecé a llamarla Elizabeth en lugar de llamarla Betty. Un nombre secreto es una señal especial de intimidad. Si usted conoce al Señor Jesús y guarda usted su corazón, impidiendo que se deje arrastrar por las influencias corruptas del mundo que nos rodea, disfrutará usted de una intimidad con él en la que la nueva naturaleza que él le ha concedido a usted (reflejada aquí por un nuevo nombre), se volverá más fuerte y desarrollada y podrá tener usted una comunión preciosa y una gran intimidad con él.

Oración

Padre, te damos gracias por tu misericordia y tu gracia para con nosotros. Te damos gracias también por enseñarnos tan clara y contundentemente en estas cartas aquellas cosas con las que nos tendremos que enfrentar. Ayúdanos, Señor, a prestar atención a los que el Espíritu dice a las iglesias. Lo pedimos en el nombre de Jesús, amen.



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Nº de Catálogo 4191

Apocalipsis 2:8-17

Tercer Mensaje

19 de Noviembre, 1989



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