¿Cuándo piensa en la palabra “tentación”, que viene a su mente? ¿Un montón de cosas que sabe que no debe hacer?, ¿verdad? Pero la verdad es que también somos tentados de hacer lo que está bien.
Mire, Dios y el diablo están constantemente en guerra por nuestras almas, ya que ambos quieren trabajar a través de nosotros para llegar a otras personas. Dios quiere que amemos a las personas y las bendigamos, y Satanás quiere que usemos las personas y le hagamos daño. Desafortunadamente, muchos de nosotros somos mejores en resistir las «tentaciones» de Dios en lugar de las del diablo.
La pregunta que necesitamos hacernos diariamente a nosotros mismos es: ¿Por cuál me dejaré persuadir? en otras palabras, ¿cuáles de las tentaciones voy a escoger?
Lo Que Aprendí de un Reloj y una Pulsera
Me acuerdo de este reloj que usaba. No valía mucho, creo que pagué alrededor de $ 20 por él. Bueno, un día alguién me dijo lo mucho que le gustó el mismo y de inmediato, Dios me tentó para que se lo diera. Debo admitir que resistí con éxito a esa tentación.
Puede haberlos bendecido grandemente, pero en todo lo que podía pensar en ese momento era lo mucho que me gustaba el reloj y como no quería desprenderme de él.
Otro día, yo llevaba una pulsera y un hombre me elogió diciendo: «A mi esposa realmente le gustaría una pulsera como esa.» Una vez más, Dios me tentó para que regalara algo. Ese día estaba fuerte en el espíritu y me la quite inmediatamente de mi muñeca y se la di a él. A mi carne no le gustó. Pero yo sabía en mi corazón que hice lo correcto.
Usted ve, cuando cedemos a la tentación de Dios, nuestra carne puede tener un dolor momentáneo, pero es un dolor con el que podemos vivir y en última instancia, ser feliz. Por otro lado, cuando nos negamos a las tentaciones de Dios, terminamos sintiendo remordimiento.
Aprendiendo a Ceder a las Tentaciones Correctas
Yo amo mí caminar diario con Dios. Me encanta ser dirigida por Él. Si usted va a seguir el liderazgo del Espíritu Santo, cada día será una aventura porque nunca sabrá lo que le pueda presentar en cualquier momento. Y creo que se necesita tener un acercamiento real con Dios para levantarse diariamente y seguirlo.
Simplemente funciona así: yo paso mucho tiempo con Dios, leyendo su Palabra y orando para que cada mañana cuando despierte estar preparada y seguir con mi día, Sus planes ya están en mi corazón. Sí, todavía cometo errores, pero cuando lo hago, no tengo que sentirme condenada, porque sé que quiero hacer lo correcto y confío en que Dios seguirá trabajando conmigo en los problemas de mi vida.
La buena noticia es que, siempre y cuando usted está continuamente buscando a Dios y avanzando en su caminar con Él, Él lo cuenta como si ya ha llegado.
Mayor es Aquel que vive realmente en usted que el que está en el mundo. Él le ha dado Su corazón y Él puso su Espíritu en usted, y por eso, usted es capaz de hacer todo tipo de cosas maravillosas que bendecirán a otras personas.
Así que cuando usted se despierte cada mañana, lo reto para que usted simplemente le pida a Dios: ¿Qué puedo hacer para bendecirte en el día de hoy? Y cuando Él le diga, no resista la tentación de obedecer.
Por Joyce Meyer.