Eviten toda conversación obscena

(Efesios 4: 29) Autor: Daniel Galarza
En el original griego la palabra utilizada para obscena, se encuentra en otros pasajes donde se refiere a frutas y peces en mal estado (descomposición). Por eso algunos eruditos prefieren la traducción corrompida Mt.7:17-18; 12:33; 13:48; Lc.6:43.
Que la palabra hablada sea edificante tiene relación con la edificación del Cuerpo de Cristo 4:12-13, 15-16. Tiene que llevar al crecimiento y a la madurez.


“Que sea de bendición”. Tiene el sentido de “hacer el bien”, es decir que haga bien, que traiga gracia a quienes escuchan. Esta expresión proviene del AT griego “Dar gracia” Prov.3:34; Ex.3:21 Santiago 4:6 y 1 Pedro .5:5 (Reina Valera)

El pasaje sugiere que lo dicho por una persona produce algún daño en el que lo escucha. ¿Qué puede producir daño en el oyente?
La deshonestidad; Falta de amabilidad; Vulgaridad; Quejas Calumnias; Expresiones de envidia y resentimiento; Críticas destructivas e infundadas

¿Por qué es tan serio herir a otra persona?
Porque no lo estoy reconociendo como igual a mí; Estoy violentando su derecho a ser respetado; Según Santiago 4:9 estoy afrentando a Dios pues el otro fue creado a imagen de Dios como lo soy yo; Lo estoy anulando; Lo he cosificado y lo he convertido en un objeto

I. La palabra manipulada o cómo maldecir sin maldecir (Mt.15:1-20)

La acusación de los Fariseos y Maestros de la Ley era que los discípulos de Jesús quebrantaron la tradición de los ancianos (enseñanzas de los rabinos) de lavarse las manos antes de comer. Jesús les contesta que ellos quebrantaron el mandamiento de Dios de honrar al padre y a la madre y de no maldecirlos.

¿Cómo lo quebrantaban? Enseñando a los hijos que podían evitar la obligación de ayudar a sus padres ancianos diciendo que con lo que podían ayudarlos ya lo habían consagrado como ofrenda a Dios.
La estrategia de los religiosos para violar el derecho de los ancianos a ser ayudados por sus hijos era anteponer a la obligación cotidiana, concreta (filial), una obligación intangible, ultraterrena y en su concepción superior (religiosa).

Por más de una década hemos sido testigos de como, desde el Estado, se violentaron los derechos de los ciudadanos: los trabajadores, los niños, los ancianos, etc.; en nombre de un bien superior: la estabilidad económica, la convertibilidad monetaria.
“Para poder aumentar las jubilaciones, primero tenemos que sanear la economía”
Hemos visto y oído como a través de los discursos se pretendió y se pretende cambiar la realidad. Se nos quiere hacer creer que lo que vemos, sentimos y vivimos no es tal, sino otra cosa. Se sostuvo y se sostiene un sistema de injusticia y exclusión social desde el discurso. “Estamos mal, pero vamos bien”

La palabra se utiliza como herramienta y a veces como un arma para amenazar, atemorizar y de esa manera ejercer el control social. “No podemos aumentar los sueldos porque se produciría una hiperinflación”

Vs. 8: De labios me honran, pero su corazón está lejos de mí

Los fariseos y maestros de la ley, especialistas en el arte de la comunicación y la manipulación del discurso pudieron separar lo que decían, de lo que realmente eran o hacían. “Esto que ustedes ven no es una injusticia sino un acto de adoración a Dios”

Vs. 11: lo que contamina a la persona no es lo que entra en ella sino lo que sale de su boca

Vs. 18: lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona

Vs. 19: del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, inmoralidad sexual, robos, falsos testimonios, calumnias

Pero Jesús, quien no hacía separación entre significante y significado, desnudó la hipocresía de ellos. Para él una injusticia era una injusticia. En el pensamiento hebreo de la antigüedad la palabra estaba unida a la esencia de la persona, reflejaba su carácter y su ser. Esto es muy notorio en la Revelación de Dios en el A.T. Lo que ellos decían reflejaba su egoísmo, su codicia, su ambición y los condenaba Mt.12: 33-37
La palabra de los fariseos era corrompida porque en lugar de hacer bien y traer gracia a los que escuchaban, sostenía una situación de injusticia y hacía el mal.

II. Crezcamos

En el libro de los Proverbios se resaltan las virtudes del buen hablar

12:18 La conversación del charlatán y del sabio

15:23 Respuestas adecuadas, respuestas oportunas

15:28 El justo medita sus respuestas, la boca del malvado reboza maldad

En el N.T. San Pablo recoge esta tradición e instruye a los cristianos en el mismo sentido

Col.3:16 y 4:6 – Que habite la Palabra de Cristo en toda su riqueza. Instrúyanse, aconséjense. Que su conversación sea amena y de buen gusto.

Dos ejemplos de como usar el lenguaje para edificar a otros:

Efesios 1:3-14

Estamos bendecidos con toda bendición espiritual; Fuimos escogidos por Dios; Fuimos predestinados para ser sus hijos y para alabanza de su gracia; Tenemos libertad y perdón de pecados; Nos hizo conocer su voluntad; Somos herederos con Cristo; Tenemos al Espíritu Santo como garantía de nuestra herencia

Filipenses 1:3-11

Doy gracias a Dios cada Vez que me acuerdo de Uds.; Oro con alegría por Uds.; El que comenzó la obra en Uds. la perfeccionará; Los llevo en el corazón.
Todos ustedes participan de la gracia de Dios.; Cuanto los quiero; Que le amor de Uds. abunde; Que Tengan conocimiento y buen juicio.

Conclusión

Con la palabra se puede construir o destruir Stg.3:1-12. Nuestras palabras revelan lo que está en nuestros corazones. Usemos nuestro hablar para edificación; para ayudar a la gente que nos escucha a crecer y no para dañarlos y destruirlos. Como nueva creación de Dios desarrollemos nuevos niveles de conversación, en lugar de utilizar nuestras palabras para herir utilicémoslas para alentar, alegrar, confortar y estimular. Como individuos y como comunidad sigamos construyendo discursos que traigan esperanza al que esta desesperado, consuelo al que está triste y afligido, perdón y reconciliación para los que están enfrentados, aliento y estima a quienes están desalentados y deprimidos.

Autores: Daniel Galarza

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