La Salvación para la Gloria de Dios Solamente

La salvación es la mayor expresión del amor y la justicia de Dios. A través de Cristo, Dios reveló Su gloria de manera incomparable, ofreciendo redención a la humanidad. Su gracia nos llama a vivir en adoración y agradecimiento, reconociendo que todo cuanto somos y tenemos proviene de Él. Descubrir el propósito divino en nuestra salvación nos impulsa a reflejar Su gloria en cada aspecto de nuestra vida.

La Salvación para la Gloria de Dios Solamente

La cruz puso de manifiesto un aspecto de la gloria de Dios que el universo, no había podido mostrar. De una manera extraordinaria, la cruz muestra al Dios santo e inocente tomando el lugar del pecador y sufriendo el castigo que debió haber caído sobre nosotros.

Y lo hizo por una sola razón: por las riquezas de Su gracia. Es nuestro deber reflejar de regreso a Él la gloria de Su gracia que llega a nosotros en la salvación.

El apóstol Pablo nos deja ver esa gran verdad en Efesios 1:3-14 que aparece más abajo. De manera intencional he resaltado las tres frases en esta porción de las Escrituras, donde Pablo nos muestra que fuimos salvos para la alabanza de Su gloria o de la gloria de Su gracia:

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.

En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

Cómo podemos reflejar la gloria de Dios a través de Su salvación

Dios nos ha concedido el regalo de la salvación por Su gracia y amor infinito. Como creyentes, tenemos la responsabilidad de honrarlo y reflejar Su gloria en nuestra vida diaria. A continuación, se presentan formas concretas en las que podemos exaltar a Dios por la salvación que nos ha dado.

  1. Reconocer nuestros pecados y arrepentirnos
    Cuando admitimos nuestras fallas ante Dios y nos arrepentimos sinceramente, reconocemos Su santidad y justicia. La Biblia nos enseña: «Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. (Salmo 51:4)
  2. Perdonar a quienes nos han hecho daño
    Dios nos ha perdonado en Cristo, y Él nos llama a extender ese mismo perdón a otros. Al hacerlo, reflejamos Su carácter misericordioso. Jesús nos dice: «Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.» (Mateo 6:14)
  3. Confiar en Dios en todo momento
    Demostramos la gloria de Dios cuando vivimos con fe, incluso en tiempos difíciles. La Escritura nos habla del ejemplo de Abraham: «Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.» (Romanos 4:20)
  4. Vivir de acuerdo con el Espíritu
    Una vida que refleje los frutos del Espíritu Santo glorifica a Dios. Jesús dijo: «En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.» (Juan 15:8)
  5. Ser agradecidos en toda circunstancia
    Dar gracias a Dios, incluso en medio de dificultades, demuestra nuestra confianza en Él. La Biblia nos anima: «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.» (1 Tesalonicenses 5:18)
  6. Buscar a Dios en oración
    Cuando oramos, reconocemos nuestra dependencia de Dios y le damos el lugar que le corresponde en nuestra vida. La Escritura nos exhorta: «Por nada estéis afanosos, sino que en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.» (Filipenses 4:6)
  7. Servir a los demás con humildad
    Seguir el ejemplo de Jesús sirviendo con humildad es una forma poderosa de reflejar Su gloria. Él mismo enseñó: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor.» (Mateo 23:11)
  8. Obedecer los mandamientos de Dios
    Nuestra obediencia a Dios demuestra nuestro amor por Él y nuestra gratitud por Su salvación. Jesús dijo: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.» (Juan 14:15)
  9. Compartir el mensaje de salvación
    Anunciar las buenas nuevas a otros es una manera poderosa de glorificar a Dios y hacer Su voluntad en la tierra: «Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.» (Mateo 28:19)

Nuestra vida debe ser un reflejo constante del amor y la gloria de Dios. A través de nuestro testimonio, fe, servicio y obediencia, mostramos al mundo el impacto de Su salvación en nosotros. Que cada acción nuestra sea un motivo para que otros vean la grandeza de Dios y lo glorifiquen.

Conclusión: La Salvación para la Gloria de Dios Solamente

Dios, en Su soberanía, diseñó la salvación para manifestar Su gloria y amor. Como creyentes, somos llamados a vivir de manera que honremos este regalo divino, reconociendo que nuestra redención es por gracia y no por obras. Al comprender que todo en la vida apunta a la exaltación de Dios, encontramos nuestro propósito más elevado: vivir en gratitud, reflejando Su grandeza en todo lo que hacemos. Que nuestra existencia sea un testimonio vivo de Su amor y misericordia, proclamando Su gloria al mundo.

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