Cuando llegasteis a ser Cristiano hubo un cambio grande en tu vida. Jesucristo tomó tu lugar, y murió por ti en la cruz. Todos tus pecados fueron puestos en Jesucristo, y él murió en lugar tuyo. En esa gran transacción Cristo tomó todos tus pecados y todas tus culpas, y tu recibisteis su justicia como tu posición eterna en Cristo.
El apóstol Pablo expresó este gran principio espiritual en las siguientes palabras. “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios” (II Corintios 5:21)
El apóstol Pedro hizo el mismo énfasis cuando escribió lo siguiente. “Porque Cristo también murió por los pecados una sola vez, el justo por el injusto, de manera que el pueda llevarnos a Dios, habiendo sido puesto en la muerte en cuerpo, pero hecho vivo en el espíritu” (II Pedro 3:18) Cristo llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia; por sus heridas ustedes han sido sanados” (I Pedro 2:24) El que estaba libre de pecado murió por el pecador.
JESUS MURIO COMO NUESTRO SUSTITUTO
Nuestra buena relación con Dios está basada en lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Jesús murió por nosotros. Él tomó nuestro lugar en la cruz y pagó el precio de nuestros pecados. La Biblia dice, “Por que la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23)
Hemos sido salvados por gracia por medio de la fe. Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado.” (Gálatas 2:16)
Justificación es una posición legal con Dios basada en la muerte y resurrección de Cristo y nuestra fe en él. La palabra que Pablo usa (dikaioo), viene de la corte legal Romana significando justicia. Por lo tanto, justificación es el pago legal y formal de la culpabilidad por Dios quien es el Juez. Es el pronunciamiento del pecador como justo, quien cree en el Señor Jesucristo.
Supongamos por un momento que muero por la noche y estoy ante Dios quien es el Juez Supremo del Universo. De seguro que me preguntara, ¿Wil Pounds, por que debería de dejarte entrar al cielo? Tú eres un vil pecador. ¿Qué vas a alegar?”
Mi respuesta sería, “Yo alego culpabilidad, su señoría.”
Mi abogado, Jesucristo, quien esta a mi lado y es el que habla por mí. El dice, “su señoría, es cierto que Wil Pounds es un gran pecador. El es culpable, sin embargo, Padre, Yo morí por él en la cruz y resucite de los muertos. Wil Pounds ha puesto su fe y á confiado en mi y por todo lo que yo hice por él en la cruz. Él es un creyente. Yo morí por él, y me ha aceptado como su sustituto.”
Dios viene a mí y dice, “¿Es eso cierto?”
Yo responderé a él, si, Señor! Esa es la verdad. Estoy clamando a la sangre derramada de Jesucristo para limpiarme de todo pecado. He puesto mi fe en Jesús para salvarme por toda la eternidad. Esto es lo que tú has prometido en tu palabra. Jesús dijo, “Por que de tal manera amo Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna.”
Dios responde: ¡Absuelto! Por orden de esta corte yo demando que seas puesto en libertad. El precio ha sido pagado por mi hijo.”
Por lo tanto, ahora puedo irme a casa y vivir con el Juez!
Justificación significa que en el momento de la salvación Dios soberanamente declara al pecador creyente justo a su mirada. El pecador creyente es declarado ser justo ante Dios.
En el momento que tu creísteis en Cristo como tu salvador personal, algo maravilloso ocurrió dentro de ti, te volvisteis una nueva persona, con nuevas motivaciones, nuevos intereses y nuevos principios. El Apóstol Pable nos dice que es lo que paso. De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (II Corintios 5:17)
Algo también sucedió a ti, fuisteis automáticamente e instantáneamente llamado a ser parte en la familia de Dios. Necesariamente no te sentisteis diferente, ni escuchasteis cantar a los ángeles, ni voces, pero fue en ese momento que llegasteis a la familia de Dios.
Hay un nuevo estilo de vida que sigue a la conversión por que Jesús a través de su Espíritu Santo ha venido y ha tomado la residencia en ti. Él desea entrar y morar en tu corazón. (CF. Efesios 3:14-21)
Es radicalmente una vida diferente. La Salvación ha ocurrido, tengo nueva vida en Cristo; por lo tanto mi vida no puede ser la misma. No puedo vivir de la misma manera, por que ahora estoy en Cristo y no puedo tener el mismo estilo de vida.
Si, habrá tiempos en donde la derribaré, pero habrá cambios. El pecado viene de mi naturaleza pecaminosa. Estará allí hasta que yo sea glorificado con la venida de Cristo. La tensión constante existirá entre las dos naturalezas. Lea Romanos 7:1; Juan 1:6-9)
La esperanza de un cristiano es una esperanza viviente para hoy, y para mañana. Ahora que somos salvos por la gracia por medio de la fe, Cristo quiere vivir su vida a través de nosotros.
VIVIMOS LA VIDA CRISTIANA POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.
“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.” (Colosenses 2:6,7) ¿Cómo recibiste tú a Cristo? Le recibisteis en tu corazón por gracia por medio de fe.
La nueva versión internacional lo dice así, “Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús, vivan ahora en él, confirmados en la fe como se les enseño, y llenos de gratitud.”
El principio de la vida cambiada puede ser simplemente establecido en las palabras de Pablo en Gálatas 2:20. Pablo dice,”…no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” De nuevo él dice, “Cristo en vosotros….la esperanza de la gloria” (Colosenses 1:27).
La vida cristiana es el trabajo de Dios en ti. Es tu fe en la suficiencia de aquel que está en ti.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20) “Con Cristo he sido co-crucificado.” Cuando yo creí en Cristo fui unido con él, entonces tengo conexión con Cristo, que su crucifixión viene a ser mi crucifixión. Parte de mí murió allí en la cruz. Mi vieja naturaleza carnal fue quitada en la cruz. Ahora no vivo en la muerte allí, sino que vivo en el poder de la resurrección.
La vida que ahora vivo la vivo en la fe del Hijo de Dios quien dio su vida por mí.
Pablo amonesta a los creyentes romanos. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:11)
Nuestras vidas son identificadas con Cristo. Somos identificados con él en nuestro bautismo el cual es un símbolo maravilloso de su muerte y resurrección. Es también un retrato espiritual de nuestra co-crucifixión, co-muerte, co-resurrección con Cristo.
Si yo coloco una tarjeta de 3×5 en medio de las paginas de mi Biblia esa tarjeta viene a ser parte de mi Biblia. Y a todo lugar que yo llevo mi Biblia la tarjeta va allí conmigo. Si yo pierdo mi Biblia también pierdo la tarjeta 3×5. La tarjeta es ahora parte de mi Biblia, de igual manera yo ahora soy identificado con Jesucristo a través de su muerte y su resurrección, y la vida nueva que el Espíritu Santo me ha impartido la cual está en Cristo. Voy a donde él va. (Por favor lea y compare Juan 10:27-30 y Juan 15)
El deseo del Apóstol Pablo fue “Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia es que Dios por la fe; a fin de conocerle, e el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte…”(Filipenses 3:9-10)
“Por que si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10)
“De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: “El justo vivirá por la fe.” (Romanos 1:17, NIV)
CRISTO QUIERE VIVIR SU VIDA POR MEDIO DE NOSOTROS.
Es solamente la vida de Cristo—Su actividad, revestido de ti y desplegado por medio de ti, que últimamente puede encontrar la aprobación de Dios. Es el Señor Jesús sólo quien hace nuestros sacrificios sean aceptados por Dios.
Solamente lo que Cristo hace en ti y por medio de ti amerita la aprobación de Dios. Eso pueda ser la verdad más difícil de aprender en la vida cristiana. Jesús dijo a sus discípulos “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mi y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de Mi, nada podéis ” (Juan 15:5)
Queremos hacerlo nosotros mismos. Hacerlo a nuestra manera, y de la manera que nosotros pensamos que es la mejor. Queremos obtener todo el crédito. Ahora que somos salvos pensamos que podemos hacer todo en nuestras propias fuerzas humanas. Aun tratamos de conducir su trabajo en nuestra carne. Dios no tendrá nada de eso.
Dios no aceptara nada si no es de la manera de él. Mucho de lo que hemos hecho en el nombre de Jesús será quemado porque lo hemos hecho en el poder y motivaciones carnales.
El apóstol Pablo dice:
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y lo obra de cada uno cual sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (I Corintios 3:10-15)
Hay una forma de actividad cristiana que es razonable para un consumo inmediato. Nos Impresiona a todos. Atraerá multitudes. Producirá aplausos. Siempre producirá hedor detrás de si, si proviene de la carne. Nunca reproducirá el fruto del Espíritu Santo.
LA VIDA CAMBIADA ES UNA VIDA DE FE
¿Puede surgir cualquier situación posible en cualquier circunstancia, Para la cual Cristo sea suficiente? ¿Puede surgir cualquier tipo de presión, promesa, cualquier problema, y cualquier responsabilidad por la cual el Señor Jesús sólo no sea suficiente?
¿Cuando yo reconozco la total suficiencia de Cristo en mi, existe alguna situación a la cual Cristo no sea suficiente? Entonces es una indicación clara que yo no estoy en la voluntad de Dios.
Cristo es limitado solo por la medida de nuestras disponibilidades a todo lo que él hace disponible a nosotros.
LA VIDA CAMBIADA ES UNA VIDA CONTROLADA POR EL ESPIRITU
Ya que la vida cambiada es un paso de fe deberá ser una vida que esta llena o controlada por el Espíritu Santo. Cuando somos llenos por el Espíritu Santo estamos permitiendo que el Espíritu Santo ocupe nuestra personalidad completa con la cualidad de Cristo.
Jesús dijo, “El que cree en mi, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él, pues aun no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aun glorificado” (Juan 7:38-39)
Cuando estoy bajo la influencia del Espíritu Santo yo estoy atraído sobre los recursos ilimitados de Cristo. La vida de resurrección de Jesús es impartida al verdadero creyente por la presencia del Espíritu Santo.
“Cristo vive en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20b)
Hace muchos años escuche a un evangelista argentino, Santiago Garaballe, dar una ilustración de un hombre que trajo un carro nuevo. Nunca había sido dueño de un carro en toda su vida. El carro venia con un poderoso motor. ¿Que sería de ese hombre si él terminara empujando el carro toda su vida? ¿Te imaginas que clase de vida sería para él? Cada ves que él fuera en el carro siempre sería necesario que alguien ande el carro y otra persona empujando! ¿Que pasa si alguien viene a él y le dijera, Santiago, Por que tu siempre andas empujando el carro? ¿Acaso es que no tienes gasolina en él?”
“ Por que, Si” dijo Santiago. “Vino con un tanque lleno de gasolina, pero no sabía que hacer con él.”
“Aquí, déjame enseñarte Santiago. Pon la llave aquí y empieza a encenderlo. Hombre, escuchas el motor arrancar….ahora si hay poder real. Ahora vamos a dar un paseo.”
En la vida cristiana tu tienes un motor fuerte bajo el fuelle, nada menos que la vida de resurrección de Cristo hizo disponible a usted por medio de la persona de Dios el Espíritu Santo quien vive en ti. Deja de empujar! Enciende el motor.Abandona toda tentación, toda oportunidad, toda eminencia de circunstancia, cada situación de amenaza a la energía divina de Cristo en ti.
Que maravilloso es estar en una intima y personal relación amorosa con Dios, que todo lo que tu necesites, en cualquier circunstancia, es siempre tuya, por la mano de Dios en ti.
DIOS TE HA DADO RECURSOS ILIMITADOS
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra..” (II Corintios 9:8). Wow! Esa es una promesa que Dios hace para todos nosotros.
“Gracia y paz sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús, como todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (II Pedro 1:2-4,)
Déjame ilustrar. Yo puedo decirle a este guante, “guante, levanta esta Biblia.” De manera que ese guante no podrá hacerlo. Tiene todos los recursos. Tiene un dedo grande, otros pequeños, y forma de una mano. De tal manera que es imposible hacer lo que yo mando a hacer. Por otro lado tengo otro guante que si a recogido muchas veces mi Biblia, pero cuando mi mano esta dentro de ese guante, el guante llega a tener la misma fuerza de mi mano, y todo lo que es posible a lo que mi mano haga, también para el guante le es posible hacer. El guante simplemente arropa la actividad de mi mano.
Dios puede usar cualquier guante viejo que ha sido reconciliado con él, y lo reserva para su uso.
Tú eres el guante y Cristo la mano. Todo lo que es posible para él es posible para ti.
El apóstol Pablo escribió a los corintios en Filipo, estas palabras de aliento, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)
La presencia del Cristo viviente, por su espíritu dentro de ti, imparte a ti todas las cosas de la vida y de la bondad. Cristo ha proveído por ti todo lo necesario para vivir una vida de justicia.
Nos gozamos cuando cantamos este canto bonito:
Fuera de mi esclavitud, dolor y noche…..
Hacia la libertad, orgullo y luz……..
Fuera de mis enfermedades hacia la sanidad……
Fuera de mis deseos hacia la riqueza…..
Fuera de mi pecado hacia ti mismo…..
Jesús, yo vengo a ti!
El anciano profeta Isaías describió una situación en la cual la gente de Israel se sintió débil para completar el propósito de Dios. El profeta les recordó acerca de un Dios eterno quien nunca esta agotado ni cansado. El nunca carece en sabiduría o poder para completar su propósito eterno. Aunque nosotros nos sintamos agotados o cansados él nos recuerda del versículo “Los que confían en el Señor renovaran sus fuerzas; volarán como las águilas; correrán y no se fatigaran; caminaran y no se cansaran.” (Isaías 40:31, NIV) En las versiones King James y New American Standard encontramos la siguiente palabra, “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas. Isaías usa una palabra bonita para describir (qavah, kaw vaw) el único parentesco entre el Señor Dios y su gente quienes caminan por fe. La palabra traducida “esperar” o ”esperanza” en lo original tiene la idea de permanecer juntos (perhaps by twisting), i, e., coleccionar o juntar.
Para aquellos que pacientemente esperan en el Señor él nos da fuerza en nuestras vidas y nos da fuerza interna. Podemos vivir sobre oportunidades, los cambios de circunstancias de vida. Cambiamos nuestras debilidades por su fuerza. Solamente podemos tener esas fuerzas si esperamos en él y en acercarnos más a él.
Cristo no solamente murió por salvarte de tus pecados en el pasado, no por darte vida eterna para que tu puedas ir al cielo, sino para darte su vida de resurrección hoy.
Él da de su fuerza a tus debilidades. Te da de su sabiduría a tus tonterías. Él da de su gracia a tus anhelos. El da de su amor a tu lascivia. El da de su paz a tus conflictos. El da de su gozo a tus dolores. El da de su perdón a tus culpabilidades. Él da de su abundancia a tus pobrezas.
Por unos años era de mi costumbre andar en avión cada 2 meses a Bogota, Colombia de Quito, Ecuador. La ciudad de Bogota es muy bella mirándola desde lo alto de un avión. Mi amigo Eric vive en una ciudad alta en las montañas de los Andes. Su familia son dueños de la compañía Cessna. Un Domingo cuando yo estaba ministrando en una de las Iglesias Bautistas en Colombia, mi amigo Eric me invito a volar mientras el día estaba caluroso. Subimos hasta esta Cessna Séneca III que acababa de rodar de la línea de montaje. Estaba equipado con el último radar del tiempo a colores, y con un motor jet muy fuerte. Es un equipo con piezas maravillosas. Mientras volamos en lo alto y circulábamos podíamos ver la montaña áspera de Tabor asomándose por las nubes. Esa montaña hostil ha causado la muerte de cientos de pasajeros.
Supongamos que después de haber volado por un rato Eric me mira y me dice, “Don Wilfredo, toma los controles y empieza a volar este avión bonito.”
Yo respondo, “Eric, yo no puedo volar. No tengo licencia como piloto aquí en Colombia. ¿Por que? Nunca tome lecciones para volar un avión en mi vida.
“Don Wil, He sido bendecido con este regalo maravilloso que me facilita volar este avión a través de ti. Yo Tengo este poder secreto de entrar en tú mente, y mi espíritu volará este avión por tu medio Todo lo que tú tienes que hacer es confiar en mi. Wil con tu conocimiento y pon tu confianza en mi.”
Mis pensamientos fueron así: Eric tú eres un loco., Yo te he conocido por poco tiempo, pero tú pareces que ya lo olvidasteis.”
“No, Don Wil, solamente confía en mi, todo lo que tienes que hacer es eso confiar y yo podré volar este avión a través de ti, ahora toma tú la palanca!” Yo le dije, bueno no se nada de esto, pero trataré. Yo tomé los controles del avión III, hombre tú hablas acerca de un avión fácil de volar. Realmente es maravilloso, le daba para la derecha, para la izquierda y me alejaba de la montaña Tabor. El volar es un sueño. Los controles me respondían y volé tal como que si yo lo haya hecho antes y por mucho tiempo.
Después miré a Eric, y le dije muy emocionado, “hombre esto es bueno, mírame le estoy haciendo de lo mejor.” De repente el avión se descontrolo y también yo, si Eric no hubiese estado allí para controlarlo creo que hubiésemos estado en un peligro terrible.
La vida Cristiana es una vida cambiada. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20) Pablo experimentó ese estilo de vida. Cuando estuvo en la prisión en la ciudad de Roma él dijo, “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21)
Ese es el resultado de la vida del cristiano. Jesús vino a mi vida a habitar desde el momento en que confesé mis pecados y la infidelidad hacia él. Me liberé de la infidelidad para poner mi fe y confianza en él como mi salvador personal. En el momento que nací espiritualmente un nuevo nacimiento tomó lugar, y allí es donde Cristo vino para vivir dentro de mi.
Jesús nos dice y nos pide que en el momento que caigamos en tentación, cuando nuestra fe falle, cuando pequemos, cuando estemos débiles, que confiemos en él. Tu no entras a tus propias fuerzas, si no que entras en las mías.
¿Estas tu viviendo en Cristo? Cristo es todo y esta en cualquier tiempo, en cualquier situación, y circunstancia. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él” (Colosenses 2:9,10)
Jesús dice que él nunca nos dejará ni desamparará. Estas tú descansando en él.