Levantando un Altar de Consagración

Extraido del Programa de TV.

Estoy leyendo del libro de Génesis cap. 12
para los de la audiencia televisiva, tenemos estas palabras: » Entonces Jehová dijo a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.»
4 Abram se fue, como Jehová le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía 75 años cuando salió de Harán.

Y el versículo 8 dice: Después se trasladó a la región montañosa al oriente de Betel y extendió allí su tienda, allí edificó un altar a Jehová e invocó el nombre de Jehová. Eso significa que oró.

Estamos predicando sobre la oración. Creemos que el orar hace una diferencia. Podría tener un amen? Tenemos 1,000 hogares abiertos cada semana para la oración en ésta iglesia. Y creemos que cuando oremos por Ud., Dios hará la diferencia.

Y Abram edificó un altar para orar. Estoy tan contento por este pasaje de la escritura, porque esta es una semana especial. Dice que Abram tenia 75 años cuando salió. Esta semana es un tiempo especial para mi porque acabo de cumplir mis 75 años.

Abram salió. Tenia 75 años cuando salió y dice que Dios habló a Abram, es bueno saber que cuando se tiene 75 años Dios todavía habla.

Luego dice: Cuando Abram fue llamado a salir, el obedeció; sin saber a donde iría. Porque esperaba la ciudad que tiene cimientos cuyo arquitecto y constructor es DIOS.

Es emocionante saber no solo que Dios habla pero podemos continuar obedeciendo a Dios aún cuando se tienen 75 años aleluya, como el poeta dijo: «Ven y crece conmigo, lo mejor aún no ha llegado» podría tener un amen?

Podemos seguir obedeciendo a Dios. Oh ! no deje que el diablo lo convenza diciendo, «Bueno, tengo 50″ yo me acuerdo cuando yo tenía 50. El Señor se me apareció vino se puso detrás mío yo tenia 50 años y estaba sentado debajo de un árbol orando nunca me olvidare de eso, pero hay algunos que cuando tienen 50 están al otro lado de la cima, déjeme decirle algo si está al otro lado hay algo hermoso al otro lado cima, ve?

Todavía podemos seguir oyendo a Dios y obedeciendo a Dios, dice que cuando salió no sabía donde iría, todavía tenia la emoción de ser desafiado por lo desconocido de por la parte aventurera de nuestra vida y estoy feliz de arribar con buena visión en mis ojos y mi vigor natural intacto, puedo tener un amen?,

ve?, Dios todavía le habló y Dios vio que todavía le obedecía y todavía tenia la emoción de salir, pero yo quiero hablarle hoy es que el edificó un altar de oración. El salió después de dejar su familia, y edificó un altar y se arrodilló y oró, estoy seguro que era un altar de consagración, estoy seguro que fue un altar sobre el cual dijo Oh Dios aquí estoy, lo que me pidas, yo no se a dónde me estas guiando, no se lo que el futuro tiene para mí, pero se quien controla el futuro.

Podría tener un amen?
Fue un altar de consagración, pues si Ud. me permiten un poquito hoy, a la edad de 75 años me gustaría edificar un altar y me gustaría hacer una consagración, David dijo: yo hago mis votos y pago mis votos en medio de la congregación, y yo quiero venir delante de esta Iglesia que amo, y delante de la audiencia televisiva, quiero hacer mi altar de oración y hacer mi consagración hoy,

N.1 Me quiero consagrar a Jesús de nuevo. Oh Él es mi mayor gozo, Él es mi mayor gozo, Él es mi oro…….
Él es mi plata, Él es mi perla de gran precio, Él es mi tesoro que encontré en el campo, por el cual vendí todo lo que tenía, y compré ese campo, hace 57 años, había abandonado la escuela secundaria, vendía palomitas en el teatro Isis al norte de Forth Worth en Tejas, salía de una discoteca, y volviendo a casa a las 2:00 de la mañana perdido, sin esperanza y sin Dios.

Jesús vino, caminó a mi lado y comenzó a golpear la puerta de mi corazón, y comenzó a hablarme sobre donde yo pasaría la eternidad de lo que haría con mi vida. Yo no le busqué a Él, Él me buscó a mi, el me buscó a mi, el dijo: Vosotros no me habéis elegido a mi pero yo os elegí a vosotros y os he ordenado, para que vayáis y traigáis mucho fruto, gracias a Dios, 57 años atrás le di mi corazón a Jesús, oh no le ofrecí nada
para que el pudiera hacer algo,

tengo una foto en mi casa del viejo violín del cual siempre hablo tanto.
Y me hace pensar porque yo soy como ese violín, estaba todo golpeado y torcido en la subasta y pensaban que casi no valía la pena rematar ese viejo violín.

Pero el martillero lo alzó con una sonrisa y dijo: cuanto damos por este viejo violín?, quien quiere hacer la primera oferta?, un dólar, uno. Quien me da dos? Dos dólares, quien me da tres?, se va por tres?, pero no! Desde atrás del cuarto un señor con cabellos blancos, pasó al frente y tomó el arco.

Soplando el polvo en el violín, ajustó las cuerdas, y comenzó a toca una melodía pura y dulce, dulce como el cantar de un ángel. Cuando cesó la música. El martillero con las voz suave y baja dijo: cuanto dan por este viejo violín?, sosteniéndolo con el arco, mil dólares?, mil, quien me da dos mil?, dos mil?
quien me da tres? se va……!, y dijo se fue !

La gente aclamaba, y algunos lloraban y decían no sabemos porque cambió su valor?, la respuesta se hizo oír de inmediato, fue el toque de las manos del maestro. Aleluya!

Y muchos con una vida fuera de tono, golpeada y torcida por el pecado están para ser rematados a una multitud que no les da ningún valor como a ése violín. Un guisado, un vaso de vino, una apuesta, y así continúa. Se va a la una, se va a las dos, ya se va por…. casi se fue.
Entonces Jesús vino y la multitud que no daba nada, no podía entender el valor de un alma y el cambio de valor que produjo el toque de la mano del maestro.

Yo era como ese violín. Con respecto al mundo, yo era inútil, fuera de tono, cubierto por el polvo del pecado. Pero gracias a Dios, el maestro vino, y hoy a los 75 años de edad, me consagro de nuevo a Él para hacer su voluntad, para honrarle, para darle todo lo que soy, para nunca avergonzarme de levantar mi voz y hacer conocer su amor a todo el mundo.

N. 2 Quiero edificar un altar para consagrarme a mi familia. Dios dijo, Porque yo le he escogido y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino de Jehová.

Quiero públicamente hacer esta consagración a la edad de 75 años a Dodie a mis hijos, para ser un buen esposo y un buen padre. Para no desilusionarlos nunca. Siempre desafiando, siempre protegiendo, oh a veces me hacen bromas, porque aún de grandes cuando se van de viajes les llamo y les digo llámame cuando llegues allí, cuando regresen, les digo, llámenme cuando regresen, yo siempre se cuando aterrizan y les llamo al auto cuando están de regreso a casa, cuando levantan el tubo no preguntan quien es, solo responden hola papá, ellos saben que su papi les está llamando, pero quiero hacer una consagración de ser la clase de padre y esposo que Jesús quiere que yo sea, me acuerdo una vez, cuando Paul era pequeño y tenia miedo y una noche al oscuro, su cuarto estaba al final, el nuestro estaba al otro lado.

Y el podía ver algo de donde estábamos, pero las luces estaban apagadas y estaba tan atemorizado esa noche y cuando estabamos por irnos a dormir, dijo, papi?, le respondí si Paul, estas despierto?, tenia miedo le dije, si hijo estoy despierto, a los pocos minutos me dijo, papi estás de espalda o de costado, le dije estoy de costado, pocos minutos después me dijo papi, tu rostro esta mirando hacia a mi?……….. le dije si. Paul, está mirando hacia ti. Y quiero decir a mi familia. Mi rostro está mirando hacia ustedes………..
Mientras esté con vida Ustedes no se van a deshacer de mi.

3. Tercero, quiero edificar un altar y consagrarme a mi mismo a esta iglesia local, yo tenia 37 años cuando fundamos esta iglesia, (pueden creer que alguna vez yo he tenido 37 años?, le he dado a ésta iglesia casi la mitad de mi vida. Yo no soy un empleado, nadie me ha empleado para venir a aquí, me he quedado y les he dado mi vida. Pero hoy que celebro mis 75 años de edad y 57 años en el ministerio, me consagro para ser un buen pastor, les prometo, en esta consagración, que cuando Ud. venga a esta iglesia yo no les voy a golpear, les voy a alimentar.

Les prometo que no trataré de predicarles solo una vez a la semana, pero voy a predicar todas las reuniones. Pero si Ud. se atreve a venir, yo estaré aquí, que yo estudiaré, oraré, les guiaré, cuando se caigan, yo les levantaré, cuando se desanimen, creeré a Dios, para que lo anime.

Yo trataré lo mejor como pastor, de ser un líder que les guía en la dirección correcta, desafiándoles a andar a mayor altura y mayor profundidad, y a una visión mas grande de la que Ud. Haya tenido. Les prometo que nunca me jubilaré, solo me rellenaré fuego.

Pues me he consagrado a ustedes. Yo creo que esta iglesia se llenará de arriba a abajo, los Domingos a la mañana, Domingos a la noche y Miércoles a la noche, porque creo que hay gente con hambre en todas partes que quieren ser parte de un lugar no solo unirse, que tienen la necesidad de un pastor, todos tienen que tener un pastor, y me consagro hoy a ser el mejor pastor que pueda ser.

Luego quiero consagrarme y edificar un altar para la audiencia televisiva. Venimos a través de las cámaras en todo el mundo, a miles de predicadores y cientos de miles de personas. Y quiero hacer un voto y consagración a las personas que nos ven, yo creo que ellos tienen un derecho de oír,

estamos aquí para Ud. Estamos aquí para levantarle, no para rebajarle, estamos aquí para bendecirle no para maldecirle, y prometemos a la audiencia televisiva que viviremos una vida de integridad, lo que Ud. Ve es lo que recibe, somos lo que somos, no hay fachas, no hay dos caras, lo que oye es lo que realmente creemos, y nos dedicamos aunque nunca le podemos ver allí, a extendernos y fortalecerle, a extendernos y traerle sanidad y traerle salud, y traerle ánimo y traerle y bendecirle de todo corazón, prometemos ser un fiel no teleevangelista, yo no soy un evangelista, sino un fiel pastor, prometo pastorearle y bendecirle de todo mi corazón.

Dénle a la audiencia televisiva un aplauso. Abraham edificó un altar a la edad de 75 años e hizo una consagración, no sabía donde iba pero sabia quien lo guiaba. Oh la emoción de estar con vida, la emoción de saber que Dios le va a guiar por caminos desconocidos,

Y finalmente, no están contentos que tengo un final, quiero edificar un altar y consagrarme a alcanzar a un mundo que nunca ha oído acerca de Jesús, yo pienso en India con mas de 600.000 villas mas la mayoría jamás ha oído acerca del nombre de Jesús, pienso en La China, La China se abrirá al evangelio, pienso en la ventana 10-40 pienso en Méjico, en Centro América, en América del Sur en las islas del mar, en millones de personas que están en oscuridad.

Atadas por el poder del Satanás, atormentados por los demonios, en el camino al infierno, nunca han oído el precioso nombre de Jesús, yo me consagro hoy y decir Yo haré lo mejor para traerles las buenas noticias de Jesucristo. Esa es la razón por la cual tenemos el desafío en 1996 de 4 millones de dólares además de nuestro diezmo regular, a alcanzar a las naciones del mundo.

He contado esta historia muchas veces, una vez estaba viajando en Méjico y había un hombre de pie a la orilla del camino, el resume todo lo que yo creo, desafía mi corazón para alcanzar al mundo, estaba allí haciendo señas a los autos y no se detenían, nosotros nos detuvimos, se sacó el sombrero de paja y se acercó a la ventanilla, a través del intérprete le dije que es lo que quieres, dijo: allá lejos a varios kilómetros hay una villa, oímos hace muchos años de un Evangelio, pero no oímos mucho de ellos, pero supimos que eran buenas noticias, y en nuestra villa tuvimos una reunión y me comisionaron a venir y pararme en el camino para ver si podía encontrar a alguien que supiera del evangelio, para que pueda volver y hablarnos, dijo: he estado de pie aquí todo el día y no he encontrado a nadie, le dije, has detenido el auto correcto, oh que gozo fue seguirle, de hacerle subir al auto, el había venido caminando, Las mujeres de la villa y los niños corrieron a buscar a los padres que estaban en los campos y me acuerdo de esas preciosas personas de piel morena que vinieron con sus sombreros de pajas, se los sacaron y se secaban el sudor de la frente y se sentaron en la villa y les hablé de Jesús de como había venido, como murió, como resucitó de nuevo, como llevó nuestros pecados el es el único Salvador, como Él entra en el corazón y le salva, y todas las personas en esa villa dieron su corazón a Jesús. Todos.

Nunca estaré demasiado viejo para escalar montañas y andar por los valles y andar río abajo, he estado desde la cuenca del Amazonas hasta las montañas del Himalaya, y no he terminado todavía, me consagro a caminar, a hablar, a vivir, a predicar hasta que cada uno oiga de Jesús.

Quiero terminar con esto, estas no son mis palabras estas son las palabras de un Hombre que se llama Bob Moorhead, pero las pronuncio como si fueran mías:
FINAL:»Somos parte de una comunidad que no se avergüenza.
Tengo el poder del Espíritu Santo, la suerte fue echada
la decisión se tomó, ya estoy al otro lado.

Yo Soy un discípulo de Jesús, no miraré atrás, no abandonaré no me detendré, no estaré quieto ni volveré atrás.

Mi pasado fue redimido,
el presente tiene sentido y mi futuro es seguro.
Se acabó ya la vida baja , el andar por vista, dar migajas o fijar metas chicas.

Ya no hace falta la preeminencia, prosperidad, posición o prominencia, ni aplausos ni fama.
Ya no hace falta tener razón, estar en la cumbre, ser primero, o reconocido. No hace falta ser aclamado, visto o premiado.

Ahora vivo en la presencia del Señor, me apoyo en la fe, camino con paciencia, me levanto con la oración, obro con su poder.

Estoy decidido. Mi andar es ligero. mi meta es el cielo.
mi sendero es angosto. mi camino es duro. Pocos son mis compañeros, mi guía es seguro mi misión es clara.

Yo no seré comprado, no transigiré, ni seré desviado, no seré engañado, regresado, diluido o demorado.

No me achicaré ante el sacrificio, no vacilaré ante el adversario; ni negociaré en la mesa del enemigo.
No evaluaré la popularidad ni me atascaré en la mediocridad.

No abandonaré, ni callaré, ni me dejaré hasta ser establecido, guardado, orado, pagado, y predicado por la causa de Cristo. Aleluya…

Soy un discípulo de Jesucristo
Iré hasta que vuelva, daré hasta desmayar, predicaré hasta que todos sepan, y trabajaré hasta que Él me detenga, y cuando venga los suyos a buscar, no tendrá problemas en reconocerme,
pues mi color será bien claro.»

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