Multiplicación, crecimiento y desarrollo -MCD-

Introducción.
Si hay algo que tenemos que entender que si bien es cierto los términos multiplicación, crecimiento y desarrollo están muy relacionados y ligados entre, cada uno son cosas distintas, que aunque parezcan lo mismo no lo son.
Uno puede multiplicarse, pero sin embargo no crecer ni desarrollarse.

Multiplicación: es el aumento numérico, en la cantidad; por dar un ejemplo sencillo cuando se multiplica el número de células de un organismo.
Crecimiento: es el aumento en el tamaño, al aumento fisiológico de la suma de la masa especifica de todo ser humano. Este puede darse tanto por Aumento de la cantidad de las células como por el aumento de tamaño de las mismas.
Desarrollo: maduración o evolución, perfeccionamiento estructural. Pasar de una etapa de menor complejidad a otra de mayor.
La multiplicación de células produce el crecimiento porque aumenta su número lo cual lleva a aumentar de tamaño, per estas células tienen que desarrollarse de tal forma que realicen la función especifica para la cual están destinadas.
Nuestro cuerpo crece mediante el aumento en el número de células –multiplicación- pero estas tienen una especialización que da lugar a cada uno de los diferentes órganos, aparatos y sistemas necesario para el mantenimiento de la vida, esto es desarrollo.
Algo curioso la única vez que la división sirve para multiplicar es en la división celular, cuando una celular de separa y da lugar a otra, es curioso, este es el sentido de humor de Dios.
Una multiplicación excesiva y descontrolada puede dar lugar a tumores.
Pero el crecimiento no sólo está dado por el aumento en el número –multiplicación- de células sino por el aumento del tamaño de aquellas que ya existen.
En ambos casos debe ser equitativo y proporcionado, ya que de lo contrario se produce un desbarajuste.
En la adolescencia se produce una multiplicación y un crecimiento tan acelerados que no se está lo suficientemente desarrollado como para manejarlo, por eso es que los adolescentes son torpes a veces, es un período de ajuste y cambios.
Cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide comienza da dar lugar a la formación de más células, estas empiezan a aumentar de manera que el embrión crece en el útero.
A medida que avanza este crecimiento cada uno de los diversos sistemas se van desarrollando para que llegado el momento del nacimiento el bebe pueda sobrevivir fuera del útero; y una vez fuera del mismo continua creciendo y desarrollándose hasta alcanzar la madurez.
Pero este proceso no es indiscriminado ni al asar, ya que si el número de células se multiplicarán de tal forma que su el cuerpo de bebe creciera indiscriminadamente hasta alcanzar el tamaño de un adulto, pero sin desarrollar apropiadamente sus extremidades, esto sería algo aberrante ya que no podría moverse, y sería incapaz de sobrevivir.
Si aumenta la masa muscular se requiere un correcto desarrollo de la parte ósea para sostenerla y del sistema neurológico para coordinarlas correctamente.
Un déficit en el desarrollo neurológico, aunque haya un crecimiento musculoesquelético produce problemas en la movilidad.
Cuando la Biblia habla de crecer siempre, de crecer en la gracia, además de hacer referencia al crecimiento en términos de número y tamaño, también lo hace teniendo en cuenta el proceso y grado de maduración, el desarrollo, para que todo funcione adecuadamente.
Pablo habla de crecer en la obra de Señor siempre no sólo se refiere en lo tocante a la cantidad, que es muy bueno, crecer en la cantidad de gente, de líderes de ministerios sino también se refiere al desarrollo necesario para alcanzar la madurez en cada área de la vida; a fin de que el crecimiento se de tanto en cantidad como en calidad.
1ª Corintios 15:58.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

El MCD del liderazgo.

Ahora, teniendo en cuenta todo lo que hasta aquí venimos diciendo vayamos a Deuteronomio 1:9-18.
En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevarlos.
Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud.
¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido!
¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?
Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.
Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.
Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, gobernadores de vuestras tribus.
Y entonces mandé a vuestros jueces diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero.
No hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.
Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.
En este pasaje vemos que Moisés tuvo un problema al multiplicarse y crecer el pueblo, él solo no podía llevarlo, no había líderes que fueran capaces para llevarlo y conducirlo, faltaba el desarrollo del liderazgo.
Dios había sido fiel y había multiplicado al pueblo, y era el deseo de Moisés que este crezca aun mil veces más de lo que era, pero era el momento de ir un paso más antes de crecer, debían desarrollarse líderes que compartieran con el la tarea, y ¿de dónde saldrían estos líderes? De entre el pueblo, ¿de dónde sino?
Por eso es que Moisés pidió al pueblo personas, pero no cualquier persona, sino aquellos que fueran sabios, entendidos y expertos; es asombroso ver como Moisés sabia que existían este tipo de personas en el pueblo.
Moisés llamo a estas personas a ser parte junto con él del liderazgo, en otra parte de la Biblia dice que el designo a setenta ancianos para que junto con el lideraran al pueblo, y que Dios puso en ellos el mismo espíritu que había en Moisés; y que estos empezaron a profetizar.
En un momento Josué –que era joven- le dice a Moisés que les impidiera profetizar, porque tenía miedo y celos por Moisés, pero este le dice que no sintiera celos ni miedo por él, ya que todo el daría para que todo el pueblo pudiera ser lleno del espíritu y profetizar igualmente.
Números 11:16-17.
Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión y esperen allí contigo.
Y descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
Números 11:24-30.
Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo.
Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento.
Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento.
Entonces respondió Josué hijo de Num, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídeselos.
Y moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.
Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
Moisés sentía cansancio, estaba agotado, se dio cuenta que no podía solo, pues a cada momento que el pueblo crecía para el crecía la demanda, y se hacía más difícil, porque no era la tarea de un solo hombre, se necesitaba un equipo.
Debido al peso de la carga que llevaba sobre si se fatigo, y llego a cuestionar su ministerio.
Números 11:10-15.
Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés.
Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia delante de tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?
¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?
¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne para que comamos.
No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía.
Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia a tus ojos; y que yo no vea mi mal.
Moisés se encontraba no en medio de un pueblo de personas de maduras, sino en medio de un pueblo de bebes caprichosos que iba hacia donde se inclinaban los demás, los extranjeros, a los cuales a cada rato había que estar cambiándole los pañales, los cuales no eran capaces de mantenerse por ellos mismo.
Este pueblo vivía llorando y añorando a Egipto; menospreciando lo que Dios les daba cada día, se habían olvidado que en Egipto habían sido esclavos.
Números 11:4-6.
Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!
Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas, y los ajos;
Y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
¿Cómo estás tú hoy?
¿Estás siendo de ayuda para aquella persona que Dios levanto como pastor y autoridad en el lugar en donde te encuentras o eres solamente un bebe llorón y caprichoso que lo único que sabe hacer es llorar y hacer berrinche para conseguir lo que quiere?
“Yo estoy ofendido porque usted no me vino a visitar, por eso no voy a ir más a la iglesia”.
“A mi no me quieren ni me tienen en cuenta porque a ese le dan más oportunidades que a mí que hace tiempo que estoy”.
O están aquellos que viven demandando y reclamando cosas, pero ellos no son capaces de hacer nada.
Dios guió a Moisés para que buscara a aquellos varones –idóneos, crecidos y desarrollados- que junto con el llevarían a cabo la tarea de liderar al pueblo, estos setenta varones fueron llenos del espíritu que había en Moisés, ¿esto que quiere decir? Que todos ellos estaban conectados en un mismo sentir, tenía la misma visión, compartían la tarea y cómo esta debía llevarse a cabo.
Y aunque hubo dos que al principio les costo entrar, igualmente ellos fueron llenos del mismo espíritu y entraron en la visión.
Ahora todos ellos sabían cuales eran los planes de Dios para con el pueblo, y el deseo de Moisés era que todo el pueblo fuera lleno del mismo espíritu para que ellos pudieran ver lo que Dios quería hacer con ellos.
Moisés nombró a los líderes para que guiaran al pueblo, y organizo el liderazgo de acuerdo a la cantidad de personas que cada uno iba a ministras.
 Jefes de millares.
 Jefes de centenas.
 Jefes de cincuenta.
 Jefes de diez.
 Gobernadores de cada tribu.
Esta era la organización del liderazgo que Moisés había establecido.
Es interesante, muchos que se jactan de ser los inventores del sistema celular, quiere decirles que ya se usaba en los días de Moisés, esto quiere decir que no es de ahora, no es la última moda.
Ellos tenían como tarea:
 Oír al pueblo.
 Juzgar con justicia.
 No hacer distinción.
 Aquello que no pudieran manejar lo llevarían ante Moisés.
Esto es crecimiento y desarrollo.
Y esto nos enseña una lección muy importante cuando el pueblo se multiplica y empieza a crecer numérica mente, también debe crecer y desarrollar líderes que compartan la tarea de guiar y pastorear al pueblo, porque no es trabajo de una sola persona, es trabajo de mucho.
El que no es líder debe proponerse convertirse en líder pronto, porque se necesitan manos para hacer la obra.
Esto es desarrollo.
Los que están deben desarrollarse y alcanzar tal grado de madurez que puedan ayudar a otros.
El factor de multiplicación y crecimiento está, ¡mil veces más! Pero a la par de ese factor multiplicador debe existir el soporte adecuado para poder hacer frente a ese desafío.
Efesios 4:11-16.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros evangelistas; a otros, pastores y maestros,
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Da una pauta importante en este tema, ya que marca el camino a seguir, es necesario desarrollarse y madurar en el ministerio, hay que crecer para edificación, para ser estables.
Este pasaje habla de los cinco ministerios principales.
El apóstol –por el que en estos días hay una especie de moda por la que todos quiere ser uno- es aquel que va y abre el camino; el que se dedica a abrir una obra y establecer ministerio, es aquel que incluso ayuda a otros; es un ministerio de ayuda, podríamos decir que esta relacionado con el ministerio misionero. Es de crecimiento y desarrollo.
Profetas, es el que recibe palabra de Dios y la ministra al pueblo, es puesto para edificación, para crecimiento y desarrollo.
Pastor, su ministerio es de alimentar, guiar, apacentar, curar, sanar, restaurar y cuidar el rebaño del Señor. Abarca el crecimiento y desarrollo.
Evangelista, aquel que lleva el mensaje de salvación a los perdidos, Dios quiere que todos seamos evangelistas, pero hay quienes tienen un llamado exclusivo a este ministerio, que es exclusivamente de multiplicación.
Maestro, enseña las verdades al pueblo para que este pueda aplicarlas y desarrollarlas.
Cada uno de estos ministerio no están separados, sino que juntos trabajan para traer multiplicación, crecimiento y desarrollo al pueblo de Dios, si bien es cierto tienen áreas de trabajo bien delimitadas, no pueden existir en forma separada, se necesitan el uno al otro, están relacionados entre si.
Es necesario crecer –desarrollarse- para ser capaces de guiar a otros, de edificar a otros.
Hechos 6:1-6.
En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desentendidas en la distribución diaria.
Entonces los doce convocaron a la multitud a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;
A los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
Aquí se nos narra como se produjo el crecimiento en el número de discípulos –multiplicación- lo que ocasiona un inconveniente debido a que no había un adecuado desarrollo en cuanto a las personas destinadas en atender las necesidades de la gente, en otras palabras no había líderes formados adecuadamente, por eso los apóstoles –las autoridades de la iglesia- buscaron hombres que fueran idóneos y fieles para desarrollar este ministerio.
Eso es crecimiento y desarrollo; no sólo multiplicación.

Aspectos generales del MCD.

Veamos algunos textos:
La multiplicación es una orden y a la vez una bendición, es una promesa.
Génesis 1:22, 28.
Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Génesis 17:2, 6.
Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.
Y multiplicaré en gran manera, haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
Génesis 22:17.
De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
Génesis 28:14.
Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
Génesis 35:11.
También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.
Algo relacionado con la multiplicación es la fructificación, el dar frutos en abundancia, vienen tiempos fructíferos de la mano de Dios, tiempo de fertilidad.
Hecho 14:17.
Si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenado de sustente y de alegría nuestros corazones.
Génesis 9:1.
Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
Génesis 41:52.
Y llamo el nombre del segundo, Efraín –fructífero-; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.
No temas, porque aún en medio de la aflicción, en la tierra de tu aflicción, allí te multiplicarás, crecerás, darás fruto y te desarrollaras, tal como sucedió con José.
Salmos 92:12-15.
El justo florecerá como la palmera;
Crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la cada de Jehová,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y verdes,
Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,
Y que en él no hay injusticia.
Efesios 4:15-16.
Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Colosenses 1:10.
Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.
El crecimiento aquí mencionado no sólo es el aumento de tamaño o de número, sino es el armonioso desarrollo para que exista una coordinación con la cabeza.
Hebreos 6:1-2.
Por lo tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
De la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
Para poder crecer adecuadamente se necesita el alimento, que ha de ser según el grado de desarrollo.
1ª Pedro 2.2.
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
La palabra es la que nos hace crecer –desarrollar- adecuadamente para salvación y aporta los nutrientes que nuestra alma necesita, tal como la leche materna al bebe, no se refiere meramente al hecho de aumentar el número o el tamaño, sino más bien a alcanzar madurez, para pasar de la leche a alimentos más sustanciosos y sólidos. La leche no es para siempre, uno tiene que desarrollarse para poder incorporar nuevas nutrientes a la alimentación.
2ª Pedro 1:5-8. Los puntos necesarios para un adecuado desarrollo.
Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
Al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
A la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no nos dejarán estar ociosos ni sin frutos en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
 Diligencia.
 Fe.
 Virtud.
 Conocimiento.
 Dominio propio.
 Paciencia.
 Piedad.
 Afecto fraternal.
 Amor.
2ª Pedro 3:18.
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Esta más que una sugerencia, es una orden, tenemos la necesidad de crecer en la gracia y el conocimiento, pero crecer desde el punto de vista del desarrollo, nuestras vidas tiene y deben desarrollarse en la gracia de Dios, ya que esta gracia es capaz de llevarnos más allá, hacia nuevas alturas, a etapas nuevas, en nuestra vida debemos desarrollar la gracia y el conocimiento que Dios quiere darnos.
No perdamos tiempo, en la gracia de Dios podemos encontrar un territorio sin limites en el cual podemos desarrollar y expandir lo que Dios ha puesto en nosotros.
El que nos hace crecer en Dios, ya que él es el más interesado en que crezcamos y nos desarrollemos, el crecimiento y desarrollo son parte de su plan para nuestra vida.
1ª Corintios 3:6-7.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
Colosenses 2:18-19.
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,
Y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
1ª Tesalonicenses 3:12.
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor uno para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros.
1ª Samuel 2:26. Samuel iba creciendo no solamente en tamaño, sino que iba desarrollando su ministerio, de tal forma que luego de que Dios se le revela –este era el siguiente paso de desarrollo en su vida- todos podían ver que el tenía algo de parte de Dios.
Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres.
1ª Samuel 3:19-20.
Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.
2ª Samuel 5:10.
Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.
1ª Crónicas 11:9.
Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él.
El crecimiento de David mencionado aquí se puede traducir como desarrollo, expansión, lo que involucra tomar lugares cada vez mayores y abarcarlos, ocuparlos y hacerlos producir.
Por el mismo proceso paso Juan el bautista.
Lucas 1:80.
Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
Esto nos muestra que para que se produzca la manifestación primero se debe crecer y fortalecerse espiritualmente –desarrollarse- a fin de estar listo para lo que ha de venir.
El mismo Señor Jesús es el ejemplo de lo que venimos diciendo.
Lucas 2:40, 52.
Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.
Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Esto es lo que Dios quiere para sus hijos no importando la edad o la condición, el quiere que nos multipliquemos, que crezcamos, pero que también nos desarrollemos.
Los Tesalonicenses eran un ejemplo en el crecimiento, no sólo numérico, sino en el desarrollo que poseían
2ª Tesalonicenses 1:3.
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás.
Es necesario alcanzar madurez, llegar a desarrollarse por entero. No siempre se va a ser niño, hay que crecer y madurar.
El que no crece tiene un problema, así como el niño que no crece ni se desarrolla adecuadamente tiene un problema que hay que solucionar.
1ª Corintios 13:11.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, deje lo que era de niño.
1ª Corintios 14:20.
Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
En otras palabras crezca de una vez, no sea retardado, no sea tonto no se quede como esta, deje de hacer cosas de inmaduro alcance la madurez que Dios quiere que tenga para darle lo mejor.
El que no crece –el que no se desarrolla- adecuadamente está enfermo y no puede recibir alimento sólido, pues no lo podría digerir, y en vez de ser edificado sería destruido.
1ª Corintios 3:1-2.
De manera que yo, hermano, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía.
La inmadurez te lleva siempre a depender de otro, te hace desconocer lo que es tuyo, el inmaduro no discierne ni entiende lo que tiene en Cristo, no sabe cual es su herencia ni el plan de Dios para su vida.
Gálatas 4:1-3.
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo,
Sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Hebreos 5:11-14.
Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de se os vuelva a enseñar cuáles son lo primero rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados –desarrollados- en el discernimiento del bien y del mal.
Todavía hay mucho más por recibir de parte de Dios, pero nosotros tenemos que estar preparados para recibirlo, debemos ser prontos para oír, no tardos, porque esto ocasiona un retroceso que frena el crecimiento y el desarrollo.
Esto es una actitud de corazón, es una actitud persona.
Tenemos que estar dispuestos a ir más allá, dejando atrás lo que queda atrás y avanzando hacia lo que está por delante.
Hay personas que siempre están recibiendo, que siempre están aprendiendo, a los cuales hay que repetirles siempre lo mismo, siendo que ya deberían saberlo, nunca terminan de aprender; teniendo que haber pasado al siguiente nivel están estáticos y quietos sin crecer ni desarrollarse, siempre están dando vueltas en lo mismo.
Siempre están recibiendo, su oración sólo es Dame, dame, y ellos nunca dan, ellos están engordados de tal manera que sus oídos están engrosados y no pueden oír otra cosa.
Y así seles pasa la vida.
Son como la misma Biblia dice árboles sin frutos, desarraigados y doblemente muertos.
Judas 12.
Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a si mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados
Nunca pueden avanzar, siempre están en lo mismo, se la pasan tomando leche y nunca pueden pasar al alimento sólido, al alimento fuerte porque se escandalizan.
No digo que la leche no sea buena, pero se debe progresar a otros alimentos que aporten otros nutrientes, la leche es sinónimo de inmadurez.
La sabiduría es sólo para quienes han alcanzado madurez, solamente los que se han atrevido a ir un paso más allá, ir más allá de sus limitaciones, que han dejado todo rudimento y avanzado hacia lo que está por delante puede disfrutar de lo grande que Dios tiene en el siguiente nivel, estos son los que se desarrollan y alcanzan lo que Dios tiene para sus vidas.
No hay que seguir siendo carnal sino espiritual hay que dejar de estar a nivel del alma y pasar al del espíritu.
Debemos dejar que nuestra mente humana sea transformada y recibamos la mente de Cristo por su Espíritu.
Lo Dios tiene destinado para cada uno de nosotros –tanto como individuos, y como iglesia- es grande.
Dios quiere revelarnos lo que va a ser, pero para eso hay que pasar al siguiente nivel, a la siguiente etapa, hay que madurar y desarrollarse.
1ª Corintios 2:6-16.
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perece.
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habría crucificado al Señor de gloria.
Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
El problema del pueblo era que no comprendían a Jesús, no entendían su lenguaje.
Juan 8:43.
¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mis palabras.
Llego un momento que Jesús como que se cansó de la dureza y la incredulidad de esa generación y les pregunto ¿hasta cuándo?
Marcos 9:19.
Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
Esto lo podemos comparar también con la vez que el pueblo se revela contra Dios y murmura de la tierra prometida, y cansa a Dios.
Números 14:11.
Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?
¿Cuándo vas a desarrollarte? ¿Cuándo vas a madurar?
¿Hasta cuándo seguirás escuchando sin hacer nada?
No hagamos que Dios se canse, que se fastidie.
No te estanques, crece –desarróllate- porque el que se estanca se muere, así come el agua estancada se corrompe y se pudre, así el que se estanca en un lugar.

MULTIPLICACION + CRECIMIENTO + DESARROLLO = PRODUCCION.

No te quedes en le pasado, crece y desarróllate hacia lo que viene, que es mejor.
Multiplícate en número, crece para tomar la tierra y conquistarla, pero desarróllate para poseerla y hacerla producir.
El crecimiento y la multiplicación son promesas y bendiciones de Dios para su pueblo.
Levíticos 26:9.
Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.
Deuteronomio 28:11.
Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te habría de dar.
Deuteronomio 7:13.
Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
Aquí se habla de multiplicación numérica, pero también habla del producto de la tierra, de las cosechas y de los animales, o sea, del desarrollo agropecuario necesario para sostener el crecimiento del pueblo, de la nación.
No es cuestión tan solamente de crecer, sino de saber que se ha de hacer con ese crecimiento.
Es importante saber administrar lo que se recibe, y administrarlo con sabiduría y con fidelidad; eso es desarrollo saber lo que se va a hacer con los recursos recibidos.
Si analizamos bien el pasaje de Deuteronomio 1:9-18 vemos que los hombres que se piden para compartir con Moisés tenían que ser sabios, entendidos y expertos –que tuvieran experiencia con Dios.
Dios quiere darte sabiduría, entendimiento y experiencia para que seas capaz de crecer y desarrollarte.
Uno pude crecer económicamente, pero es necesario saber que se va a hacer con ese crecimiento económico, tener en claro cuales son las prioridades en cuanto a lo económico, saber qué se va a hacer, cómo administrarlo, ser fiel en cuanto al darle a Dios y no dejarse enceguecer por el afán de tener más y más cayendo en la compulsión.
Esto se aplica también en todas las otras áreas de la vida.
Jesús tuvo en cuenta el grado de desarrollo de sus discípulos, había muchas que el hacía y decía que ellos no entendían, porque no estaban preparados en ese momento para recibirlas, necesitaban madurar, necesitaban tiempo para crecer y desarrollarse, y esto sólo se iba a dar cuando el Espíritu Santo viniera sobre ellos.
Juan 13:7.
Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Juan 16:12-13.
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Muchos quieren dar frutos, pero no cuentan con las raíces adecuadas para sostener y brindar los nutrientes adecuados, para dar frutos primero hay que crecer –desarrollarse- en raíces que sostengan el árbol, estas son las que extraerán el agua y los minerales de la tierra; y las que sostendrán todo el peso del árbol impidiendo que se caiga por el peso y los fuertes vientos y tormentas. Para dar fruto arriba, primero hay que echar raíces abajo.
Para crecer y desarrollarse se necesita un buen cimiento, un buen fundamento, esta fundado sobre la roca que es Cristo, se firmes y constantes, esto mantienen el crecimiento. Un clima y un ambiente adecuado para crecer y desarrollarse.
Lucas 6:46-49.
¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover porque estaba fundada sobre la roca.
Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.
1ª Corintios 3:10-15. ¿Sobre qué estamos edificando? ¿Con qué estamos edificando?
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Y si sobre este fundamento alguno edificaré oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno se quemare, él será sufrirá perdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Efesios 2:20-22.
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
En quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
2ª Timoteo 2:19.
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

Las áreas que abarca el MCD.

La multiplicación, el crecimiento y el desarrollo deben alcanzar:
 Lo espiritual. Crecer en mi relación con Dios, en su presencia me desarrollo y adquiero experiencia, crecer y desarrollarme en el ministerio, ejercerlo con idoneidad, ejercer el ministerio para el cual fue llamado por Dios, y hacer producir, recuérdese la parábola de los talentos.
 Lo personal. Crecer como persona, desarrollarme como persona, en la toma de decisiones, en lo emocional, en lo sentimental, en las relaciones.
 Lo profesional. Crecer y desarrollarme en mis estudios y en mi carrera, superarme día a día, adquirir los conocimientos necesario y utilizarlos según lo que Dios me muestra.
 Lo económico. Crecer y desarrollarme en la economía, ser fiel administrador de los recursos que el pone en mis manos, ser fiel; darle a Dios, asumir y ser parte de los compromisos y desafíos, sostener la obra y al hombre de Dios. No vivir en el consumismo ni en la avaricia. Disfrutar de lo económico. Que no sea lo primero en mi vida. Tener un trabajo digno, que no me esclavice con horarios que me cortan todo, ganar los suficiente como para vivir bien, no sólo en suficiencia, ser especifico en lo económico.
3ª Juan 2.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Parafraseando:
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como “crece y se desarrolla” tu alma.

Introduciéndonos al MCD.

Un ingrediente importante para alcanzar etapas y metas cada vez mayores es la fidelidad.
Si queremos y anhelamos más debemos ser fieles, dignos de confianza en lo que tenemos ahora.
Nehemías era un hombre fiel, el desarrollo el plan con fidelidad e idoneidad; y busco hombres fieles e idóneos para que trabajaran con él.
Nehemías involucro al pueblo en la visión, lo llevo a desarrollar la tarea.
Nehemías 2.17-18.
Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para el bien
Todo el pueblo se involucró, aunque hubo un grupo que se quedo afuera de lo que Dios quería, y lo que llama la atención que estos eran lo grandes, o sea quienes debían dar el ejemplo al resto de los suyos.
Nehemías 3:5.
E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se presentaron para ayudar a la obra de su Señor.
Esto no es de extrañarse, ya que siempre hay alguien al que le cuesta sumarse, al que le cuesta entrar en la visión de multiplicación, crecimiento y desarrollo; y decide quedarse afuera, al margen.
Esto sucedió en los tiempos del rey Ezequías con los sacerdotes.
2ª Crónicas 29:34.
Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los demás sacerdotes se santificaron; porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes.
2ª Crónicas 30:3, 15-16.
Porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no habían suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.
Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová.
Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; y los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de mano de los levitas.
Dios quería hacer algo, pero aun así quienes debían estar listos en primer lugar no se prepararon y demoraron lo que Dios quería hacer; luego con vergüenza vieron que Dios no los iba a estar esperando a ello, que no iba a detener sus planes porque ellos no querían sumarse, entonces pusieron manos a la obra.
No esperes a que Dios te avergüence para empezar a activar.
Algo similar ocurre con los sacerdotes y levitas en tiempos del rey Joás y del sumo sacerdote Joiada. Ellos debían ser diligentes en lo tocante a la obra de Dios, pero en vez de eso hicieron todo lo contrario.
2ª Crónicas 24:4-6.
Después de esto, aconteció que Joás decidió restaurar la casa de Jehová.
Y reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron diligencia.
Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés siervo de Jehová impuso a la congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio?
De hecho el mensaje de Hageo al pueblo es una exhortación al pueblo a volver a ocuparse de la casa de Dios, que estaba descuidada, y por lo cual todo había empezado a estar mal, porque sacaron la vista de lo que de verdad era importante y se pusieron a pensar sólo en sus cosas.
El profeta pone de manifiesto que el pueblo había puesto la obra de Dios en un segundo plano, y que primero deben resolverse los problemas económicos, siendo que primero se deben ocupar de la obra de Dios para que dichos problemas hallen solución.
Dios levantó al profeta Hageo para que inste al pueblo a ocuparse de la Casa de Dios, para que diera y la reedificará.
El mensaje de Hageo sigue activo y vigente para nosotros hoy.
El quiere despertar tu espíritu y el de la iglesia para que pongan manos a la obra.
Hageo 1:1-15.
En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadadc, sumo sacerdote, diciendo:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y está casa está desierta?
Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
Sembráis mucho y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
Subid al monte, y traed madera, reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.
Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
Y llamé a la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.
Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.
Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.
Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,
En el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
Hageo 2:4. Un mensaje para quienes llevaban adelante la obra. Se requiere esfuerzo y cobrar ánimo para trabajar, pero hay algo fundamental, Dios es el que esta contigo.
Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
Hageo 2:15-19.
Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová.
Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte.
Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.
Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón.
¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.
Es interesante como este pasaje es correlativo con Malaquías.
Malaquías 3:6-12.
Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Dios quiere que crezcamos económicamente, y esto es algo que a algunos les cuesta entender, Dios quiere prosperar a su pueblo, para que su pueblo prospere y bendiga su obra.
Una iglesia prospera es aquella en la cual sus miembros prosperan.
Dios quiere prepararte para que seas fiel en lo económico para que pueda darte cosas mayores.
Dios quiere prosperarte para que puedas sostener su obra.
Dios quiere un pueblo fiel en su economía, no como Ananías y Safira quienes mintieron acerca de los diezmos que estaban dando.
NO DAMOS PARA APARENTAR O MOSTRAR QUE DAMOS, DAMOS PORQUE AMAMOS A DIOS Y DESEAMOS SOSTENER LA OBRA.
¡CUIDADO CON LA ACTITUD DE CORAZON CON QUE DAMOS!
2ª Corintios 9:6-9.
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
Como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
2ª Corintios 9:10-11.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,
Para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
Algo interesante este texto es parte de un pasaje que habla acerca del darle a Dios, o sea que esta vinculado estrechamente a la economía –que no es una mala palabra- Dios quiere hacer multiplicar y creer en nuestra economía, si así como lo lee, no se escandalice por favor,
Dios nos quiere prósperos.
Este pasaje habla de aumento en la cantidad, multiplicación.
Mucha semilla, mucha siembra, y por ende mucha cosecha; y esto es esfuerzo y trabajo. Viene una cosecha grande en todas las áreas de la vida del individuo y de la iglesia, en especial en lo económico.
Dios te hace multiplicar y crecer para que puedas desarrollar los proyectos que tiene para tu vida, porque seamos francos y hablemos claro, la obra de dios necesita quien la sostenga, quien aporte los recursos necesarios para llevarla a cabo, se necesita a quienes la financien, ¿y quienes serán esos? Nosotros, si, nosotros, tú y yo.
Dios exige y requiere fidelidad en el darle a él, en el compromiso económico, en los diezmos y ofrendas.
El que da semilla al que siembra –nivel del producción- y pan al que come –consumo-
No te endeudes para consumo.
Para poder liberar la tierra tenemos primero que ser libres.
No se endeude para consumo.
El da semilla.
Dios te abre las puertas para la bendición.
Libres de la usura; Dios te va a bendecir.
 Nivel de supervivencia
Indigencia, no pueden ni alimentarse.
Pobreza, a penas si pueden hacerlo.
 Nivel de lucha. Trabajar para sostenerse. El multiplicará vuestra sementera, no vuestra panera, la producción no el consumo.
 Nivel de riqueza financiera. Él aumentará los frutos de vuestra justicia para toda liberalidad.
En la cultura de Jesús prospera el que bendice a los demás.
Dios quiere una realidad diferente, y para eso quiere bendecir a su pueblo.
Semilla = trabajo, producción.
Pan = consumo.
¿Que querés: pan o semilla? ¿Sos productor o consumidor?
Dios multiplica la sementera(lugar donde se guardan los granos).
NO endeudarnos para consumo, si con proyectos, emprendimientos o para capitalizarnos(comprar casas).
Pedile a Dios la semilla para sembrar.
En este caso en particular, la SEMILLA que El te da es: una empresa, un comercio, un ministerio, una carrera, un empleo determinado, etc. O sea que no es como en otros casos bìblicos que cuando se habla de semilla es de dar dinero. En este caso de Nehemìas la semilla es producción de algo que quiero y debo hacer, es para PRODUCIR, PARA DESARROLLARME.
No endeudarse para el consumo de aquellas cosas que podès prescindir hasta que puedas comprarlas al contado con las ganancias de tu producciòn.
Invertì y endeudate si es para compras de capital(casa, etc).
El mundo hoy està compulsivo para el consumismo.
Mi nueva mentalidad es. Tengo el dinero y compro genuinamente.
Dios es el que me abre las puertas para producir y mientras me provee pan.
Cuando lo que Dios te dà se pone en acciòn Dios multiplicarà la produccion(sementera).
Dios quiere prosperarnos, no sòlo proveernos.
Mi actitud debe ser: Sì Señor voy a hacer lo que me mandàs.
Esfuèrzate y sè valiente, Yò estoy contigo!
Animar a la gente a ir por metas.
La gente debe hacerse metas.
Y vamos juntos con las gentes, acompañàndolos, guiandolos, que no significa manipularlos.
Debemos aumentar los frutos de nuestra justicia.
Quiero darle trabajo a muchos(esto es un fruto de justicia). Este es el espìritu de Dios.
Cuando pienso y actúo asi Dios dice que entonces el me enriquecerá en todo. Todo es salud, afectos, familia, etc.
Aquel que tiene claro cuàl es su semilla, pìdasela a Dios, porque la biblia dice que es Dios el que me la da.
Cuando tenga su semilla, pidale tambien a Dios los recursos para ponerla a producir.
Las estrategias para desarrollarla ampliamente.
Pidaselo a Dios, todo. Todo.Veremos milagros tremendos de parte de Dios en èsto.
¡¡¡CREELO!!! ¡¡¡RECIBILO EN TU CORAZON!!! ¡¡¡VIENE!!!
Entonces… cuando este produciendo en gran manera, podré dar con liberalidad, daré generosamente más allá de mis fuerzas. Daré cheques enormes para templos, misiones, etc.
Pedile a Dios la semilla para sembrar
para templos, misiones, etc.
No cierres tu mano para darle a Dios, porque si haces esto estas cerrando los cielos sobre tu vida y le estás abriendo la puerta para que el devorador entre y te destruya robándote todo lo que tienes.
Malaquías 3:10-11.
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vida en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Aquí encontramos producción, crecimiento y desarrollo.
No te quedes, no te duermas, se diligente.
No seas negligente para poseer lo que él te da, no te quedes con que la tierra ha sido sometida, pasa a la siguiente etapa, avanza a la posesión, para que puedas desarrollarte y producir.
Josué 18:1-3.
Toda la congregación de los hijos de Israel se reunión Silo, y erigieron el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida.
Pero habían quedado de los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido posesión.
Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?
El negligente es aquel que se deja estar, que no hace nada para superarse ni desarrollarse.
Hay que procurar lo mejor, hay que procurar presentarse delante de Dios aprobado.
1ª Corintios 14:12.
Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.
2ª Timoteo 2:15.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
¿De qué otra forma pretendes que Dios te hable para empezar a madurar?
No es cuestión de los años que tengas de cristiano, no es cuestión de los años que tengas ocupando un lugar o un puesto; eso no sirve de nada, es hora de crecer y desarrollarte.
Dios quiere ver fidelidad; apoya al hombre de Dios –tu pastor- y permite que Dios tome del Espíritu que ha puesto en su vida y lo vierta sobre ti.
Déjate de niñerías, de tonterías, de juegos de niños; crece de una vez, madura.
Por diligencia en lo que requiere diligencia.
El año que entra –el tiempo que viene, el próximo quinquenio- es de desarrollo, debes estar listo para él, pero sólo lo estarás si has madurado.
Dios quiere imprimir más velocidad en le proceso.
Dios te multiplicará, te hará crecer y te desarrollará, debes estar listo para eso, para que el fruto de tu labor no se pierda, sino que permanezca.
Este es tu tiempo, es tu hora, no la dejes pasar.
Ya demasiado tiempo has estado estático, pasivo, es hora de salir del monte, de dejar de dar vueltas siempre en el mismo lugar ha llegado la hora de avanzar, de cruzar el Jordán, de hacer frente a tus limitaciones.
Es momento de crecer, de madurar, de ceñir los lomos, de calzarse los pantalones largos, d desarrollarse.
Para esta hora es que has llegado hasta aquí.
Tenemos que estar dispuestos para desarrollarnos.

Palabras para el nuevo tiempo, para el tiempo que viene.

Salmo 65:8b.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
El hace alegrar todos tus días, los días que vienen serán de alegría. Él pondrá sobre ti gozo, el gozo que ya ayudará a avanzar, porque es el que te dará fuerzas. El alegrará tus días.
Salmos 65:11.
Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan grosura.
Este año –tu año- será coronado por sus bienes, con lo mejor de Dios sobre tu vida, este es año de puertas abiertas, de grandes oportunidades, el cielo –su buen tesoro- está abierto sobre ti.
Deuteronomio 28:12.
Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.
El enviará su lluvia, bendición sobre tu vida y serás productivo y prospero en cada uno de las áreas de tu vida –como individuo y como iglesia- lo que hagas –lo que emprendes- tanto en tu vida como para la obra de Dios será bendecido.
Deuteronomio 11:7-10.
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;
Tierra de trigo, y de cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y miel;
Tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Deuteronomio 11:10-15.
La tierra a la cual entras para tomarla no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza.
La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe de las aguas de la lluvia del cielo;
Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio de año hasta el fin.
Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,
Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás y te saciarás.
Él te introduce en una tierra mejor, te lleva a algo mejor, a una tierra de recursos ilimitados, de nuevas y grandes oportunidades.
Una tierra de saciedad. En donde podrás bendecir y agradecer a Dios por todo lo que él es y ha hecho contigo y te habrá dado –esa es la actitud que acarrea más bendición-
El te lleva a una tierra de abundante provisión de aguas y todo tipo de recursos.
Tierra en donde hallarás sustento y pan, en lo espiritual, económico y material –trigo y cebada-
Donde hallarás dulzura, gozo y alegría –vides, higueras y granados-
Unción, no sólo para ser lleno –aceite- sino la fuente misma de la unción –olivos-
No habrá ningún tipo de escasez sobre tu vida, en tu espíritu, en tu alma, en tu cuerpo, en tus sentimientos, emociones, en lo material y económico habrá sobreabundancia y prosperidad; y no te va a faltar nada.
Sacarás de la tierra lo mejor y más valioso para el momento que necesites.
Y cuando esto ocurra debes bendecir a Dios, no olvidándote que él es el que te ha dado todo lo que estás disfrutando.
Esta tierra no es como las demás, no se puede comparar a Egipto –el mundo o lo que ha quedado atrás- es mucho mejor. Es algo nuevo, diferente, bueno en gran manera.
Es tierra de montes, de allí descienden los ríos que la cruzan allí tiene su origen, el monte nos habla de la presencia de Dios; en su presencia encontramos todo, las vegas son los lugares bajos cruzados por los ríos, lugares que por su riego son fértiles, al descender de los montes encontraremos lugares fértiles y productivos.
Del cielo –de Dios- viene la lluvia.
El cuidado de Dios estará sobre nosotros, sobre nuestra tierra, desde el inicio hasta fin, todo este año será encaminado por Dios, él te hace comenzarlo y te lleva a través de él para que puedas culminarlo.
El requisito indispensable es la obediencia, no ser duro ni tardo de corazón, para esto que debemos ser maduros, tenemos que amarlo a Él y servirle fielmente. Él es el objeto de tu alabanza.
Deuteronomio 10:21-22.
El es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.
Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, y ahorra Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.
Y si hacemos esto él enviará la lluvia.
Él es quien te hace multiplicarte, crecer y desarrollarte.
Las lluvias eran muy importantes, ya que había dos temporadas, la primera –la temprana- en la cual se realizaba la siembra le daba a la semilla la fuerza para que pudiera crecer, y la segunda –la tardía- era la que completaba el crecimiento y permitía el desarrollo final de la planta y la hacía dar fruto. Por eso si alguna de estas faltaba o llegaba tarde ese año no había cosecha.
Dios te quiere hacer crecer, pero también te hará desarrollarte, por eso enviará la lluvia temprana y la tardía.
El dará aquello recursos que necesitamos.
Deuteronomio 11:24.
Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, el río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.
Dios te da autoridad para que tomes la tierra, un territorio grande y extendido, cuyos límites serán mucho más grandes de lo que piensas o imaginas.
Anímate a poner tu pie en él, y será tuyo, es promesa de Dios.
Deuteronomio 11:31.
Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella.
Atrévete a cruzar el Jordán, atrévete a ir más allá de tu limites y limitaciones a la tierra que Dios te ha dado.
Él ya ha determinado que la has de tomar, acéptalo, cree y ve hacia ella.
Ya no hay más que decir, no se puede agregar más, este es el mensaje de Dios para tu vida.
El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu le dice a la Iglesia.

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