Salmos: Pensando y Sintiendo con Dios

Canciones que Modelan el Corazón y la Mente

Salmos 1

¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
2sino que en la ley del Señor está su deleite,
y en su ley medita de día y de noche!
3Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua,
que da su fruto a su tiempo,
y su hoja no se marchita;
en todo lo que hace, prospera.
4No así los impíos,
que son como paja que se lleva el viento.
5Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio,
ni los pecadores en la congregación de los justos.
6Porque el Señor conoce el camino de los justos,
mas el camino de los impíos perecerá.

Lo que me gustaría hacer en este mensaje es, primero, explicar esta serie de mensajes que tendremos en las próximas seis semanas (Dios mediante) y por qué esta serie es importante. Segundo, indagaremos en el mensaje del Salmo 1. Tercero, trataré de ilustrar una de las formas en que este Salmo nos guía a Jesús, nuestro Salvador.

Los Salmos

El nombre de esta serie es “Pensando y Sintiendo con Dios”. Así que quiero tratar de explicar ese título y el propósito de la serie con tres observaciones acerca de los salmos en general.

1. Los salmos son instructivos acerca de Dios, y el hombre, y la vida

Primero, los salmos fueron diseñados para instruirnos acerca de Dios, el hombre, y la vida. Cuando leemos los salmos, se supone que debamos aprender cosas acerca de Dios y la naturaleza humana, y acerca de cómo debe vivirse la vida. Algunos poetas no buscan instruir la mente. Los salmos sí. Fueron diseñados para instruirnos acerca de Dios, el hombre, y la vida.

Uno de los punteros a este argumento (entre muchos, incluyendo el uso doctrinal de los salmos en el Nuevo Testamento, como Mateo 22:44), es que el Salmo 1 introduce todo el libro de los Salmos. El libro comienza en el Salmo 1:2: “¡… en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!”. La palabra para ley es Torá, y el significado general para Torá es instrucción. En otras palabras, la palabra ley cubre todo el rango de la instrucción de Dios, no solo las ordenanzas legales. Así que todo el libro de los Salmos es presentado mediante un llamado a meditar en la instrucción de Dios.

Entonces añada la manera en que está estructurado el libro de los Salmos. Está dividido en cinco libros que comienzan con los Salmos 1, 42, 73, 90, y 107, y cada colección de salmos termina con una especie de doxología especial que demarca el final del cada libro. Desde los tiempos antiguos, estas cinco divisiones han sido un esfuerzo consciente para hacer que los Salmos sean paralelos a los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio) que son generalmente llamados los libros de la Ley.1

Así, cuando el Salmo 1, introduce los cinco libros del libro de los Salmos diciendo que los justos meditan en la ley del Señor “de día y de noche”, ello probablemente implica que estos cinco libros de salmos (y no solo los cinco libros de Moisés), son la ley del Señor, la instrucción del Señor que deberíamos considerar de día y de noche. Por tanto, por esta y otras razones, mi primera observación es que los Salmos fueron creados para ser instructivos acerca de Dios, y el hombre, y la vida. Esto explica la palabra pensando en el título de esta serie de mensajes: “Pensando y Sintiendo con Dios”.

2. Los Salmos son Canciones o Poemas

La segunda observación es que los salmos son canciones o poemas. Ese es el significado de la palabra salmo. Fueron escritos para ser leídos o cantados como poemas o canciones. El propósito de esta observación es que la poesía, o la canción, tienen el objetivo de provocar y expresar los sentimientos del corazón. De aquí salió la palabra sintiendo en el título de esta serie: “Pensando y Sintiendo con Dios”.

Si usted lee los salmos solo buscando doctrina, no los estará leyendo según su esencia. Son salmos, canciones, poesía. Son musicales, y los seres humanos expresan la verdad con música y poesía para despertar y expresar emociones según esa verdad.

Una de las razones por la que los salmos son profundamente amados por tantos cristianos es que expresan una sorprendente serie de las emociones. Escuche esta lista de emociones que he cotejado.

  1. Soledad: “estoy solitario y afligido” (Salmo 25:16).
  2. Amor: “Yo te amo, Señor, fortaleza mía” (Salmo 18:1).
  3. Temblor: “tiemblen en su presencia todos los habitantes del mundo” (Salmo 33:8).
  4. Tristeza: “Pues mi vida se gasta en tristeza” (Salmo 31:10).
  5. Arrepentimiento: “afligido estoy a causa de mi pecado” (Salmo 38:18).
  6. Contrición: “al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás” (Salmo 51:17).
  7. Desánimo y turbación: “¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?” (Salmo 42:5).
  8. Vergüenza: “la vergüenza de mi rostro me ha abrumado” (Salmo 44:15).
  9. Regocijo: “¡y cuánto se regocijará en tu salvación!” (Salmo 21:1).
  10. Admiración: “Obra del Señor es esto; admirable a nuestros ojos” (salmo 118:23).
  11. Deleite: “en la ley del Señor está su deleite” (Salmo 1:2).
  12. Alegría: “Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto” (Salmo 4:7).
  13. Alegría: “en ti me alegraré y me regocijaré” (Salmo 9:2).
  14. Reverencia: “Adorad al Señor con reverencia” (Salmo 2:11).
  15. Temor: “Temblad, y no pequéis” (Salmo 4:4).
  16. Paz: “En paz me acostaré y así también dormiré” (Salmo 4:8).
  17. Sufrimiento: “Se consumen de sufrir mis ojos” (Salmo 6:7).
  18. Deseo: “Oh Señor, tú has oído el deseo de los humildes” (Salmo 10:17).
  19. Esperanza: “Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor, según hemos esperado en ti” (Salmo 33:22).
  20. Quebrantamiento de corazón: “Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu” (Salmo 34:18).
  21. Gratitud: “En la gran congregación te daré gracias” (Salmo 35:18).
  22. Celo: “el celo por tu casa me ha consumido” (Salmo 69:9).
  23. Dolor: “Pero yo estoy afligido y adolorido” (Salmo 69:29).
  24. Confianza: “aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado” (Salmo 27:3).

Más explícitamente que los demás libros de la Biblia, los Salmos está diseñado para despertar y modelar nuestras emociones según la instrucción que ellos dan. Cuando usted canta los salmos como deben ser leídos y cantados, sus emociones y su mente son moldeadas por estos salmos.

3. Los Salmos son Inspirados por Dios

Ahora añada una observación más acerca de los salmos en general. Los salmos están inspirados por Dios. No son solamente son la palabra del hombre, también son Palabra de Dios. Lo que significa que Dios guió lo que era escrito y lo acomodó para que los salmos enseñaran la verdad y para que, cuando fueran adecuadamente comprendidos, encaminaran correctamente las emociones. Una de las razones por las que creemos que los Salmos están inspirados divinamente y son dignos de confianza, es que Jesús lo creía. En Marcos 12:36, Jesús cita el Salmo 110:1 y dice: “David mismo dijo por el Espíritu Santo: “El Señor dijo a mi Señor: ‘siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”. Jesús cree que David habló por el Espíritu Santo (como dice 2da de Pedro 1:21). En Juan 10:35, cita el Salmo 82:6, y dice: “la Escritura no se puede violar”. Y en Juan 13:18 cita el Salmo 41:9 y dice: “es para que se cumpla la Escritura”. Así que tenía una fe implícita en la confiabilidad de los Salmos.

Esto cuenta para la tercera parte de nuestro título de esta serie de mensajes: “Pensando y Sintiendo con Dios”. Con Dios significa que las palabras de los salmistas son tanto palabras de hombres como palabras de Dios. El hombre expresa lo que Dios está expresando para sus propósitos. Por tanto, cuando leemos y cantamos los salmos, nuestras mentes y corazones (nuestros pensamientos y sentimientos), están siendo moldeados por Dios.

El Poder Moldeador de los Salmos

Acabamos de terminar una serie sobre el nuevo nacimiento. Aprendimos que en el nuevo nacimiento, el Espíritu Santo resucita a los que están espiritualmente muertos al darles una nueva mente y un nuevo corazón que cree en el evangelio y el amor de Dios, y quiere ser conformado a la imagen de Cristo. Sin embargo, las personas nacidas de nuevo no son perfectas. Son verdaderamente nuevas, verdaderamente vivas, verdaderamente espirituales, pero en muchas formas no son una obra completada y son inmaduras, como los recién nacidos en nuestra familia.

Así que la pregunta para los cristianos primitivos (y para nosotros) era: ¿Cómo la nueva mente y el nuevo corazón, con todos sus pensamientos y emociones imperfectos, buscarán la plenitud del pensamiento correcto y la plenitud de las emociones santas? Una de las principales respuestas de la iglesia primitiva era sumergirse en los Salmos. Los Salmos es el libro del Antiguo Testamento más comúnmente citado en el Nuevo Testamento. Era el libro de cánticos, y el libro de poesía, y el libro de meditaciones de la iglesia. Junto a las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, los Salmos era el libro que más moldeaba el pensamiento y las emociones de los creyentes.

Y esto es lo que quisiera hacer por nosotros. Durante estas seis semanas, solo quiero ayudar a promover ese uso de los Salmos para algunos, y motivar aun más a otros. El propósito es que haya un ambiente centrado en Dios, que exalte a Cristo, y saturado del pensamiento y los sentimientos de los Salmos en nuestra iglesia. Creo que este tipo de pensamiento y emociones producirá fruto en el tipo de vidas que ama a las personas y magnifica a Cristo.

Dos Preguntas en el Salmo 1

Mientras vamos ahora hacia el Salmo 1, veremos la confirmación de mucho de lo que acabamos de ver. Este salmo es digno de, al menos, tres sermones. Solo haré dos observaciones que provienen de dos preguntas.

Pregunta 1º: ¿Por qué el salmista comienza de esa manera?

¿Por qué el salmista comienza: “¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores!!”? ¿Por qué dirigir la atención hacia el impío, el pecador, el escarnecedor? ¿Por qué enfocarse en dónde buscamos la influencia: «No sean influenciados por los impíos, no sean influenciados por los pecadores, no sean influenciados por los escarnecedores»?

La razón es que el contraste que quiere resaltar no es impiedad versus justicia. El contraste que quiere resaltar es ser influenciado por un lugar versus ser influenciados por otro lugar. Ser moldeado de una forma contrastado con ser moldeado de otra forma. Ser moldeado en nuestro pensamiento y sentimientos por el impío, el pecador, y el escarnecedor, contrastado con ser moldeados por la ley del Señor, la instrucción del Señor encontrada en los Salmos.

Así que él establece el verso 1 a fin de prepararnos para el contraste en el versículo 2. No dirijan su atención hacia el mundo (el impío, el pecador, el escarnecedor) deleitándose en sus caminos. Verso 2: “…sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!”.

Nadie anda el camino del impío sin quererlo, nadie se detiene en el camino de los pecadores sin quererlo, nadie se sienta en la silla de escarnecedores sin quererlo. Andamos y nos detenemos y nos sentamos porque queremos. Y queremos porque hemos estado mirándoles tan intensamente que lo que hacen ahora nos es atractivo. Hemos meditado en ellos (sin llamarle así). Y ahora nos deleitamos en ellos. Así es como aparece la mundanalidad.

Usted simplemente comienza mirando las cosas que el mundo produce. Y las mira y piensa tanto en ellas que las desea. Y así anda, se detiene, y se sienta en el consejo de los impíos, y en su camino, y en su silla.

Por eso el contraste en el verso 2, no se refiere al deber y la obediencia, sino al deleite y la meditación. La enseñanza es que la única esperanza contra los placeres del mundo, es el placer de la Palabra de Dios. Y de la misma forma, los placeres del mundo son despertados al mirarlos suficientemente, así que los placeres del mundo son despertados en el alma regenerada al mirarlos durante un tiempo suficientemente largo, día y noche.

Medite día y noche en la instrucción de Dios en los Salmos y Dios hará surgir el deleite. Ese es el propósito de los Salmos: informar a nuestros pensamientos de manera que se deleiten nuestros corazones. Meditar día y noche produce un deleite que nos libera de los placeres de los impíos, de los pecadores, y de los escarnecedores.

Así que los primeros dos versículos en el libro de los Salmos confirman lo que hemos visto: todo este libro está diseñado para moldear nuestros pensamientos mediante la meditación y para moldear nuestros sentimientos al convertirse en nuestra delicia.

Pregunta 2º: ¿Por qué el verso tres se lee de esa manera?

Ahora, esta es la segunda pregunta para el Salmo 1 que devela nuestra segunda observación acerca de este salmo ¿Por qué el verso 3 no dice: «Y cuando usted medita en la instrucción de Dios en los Salmos, y se deleita en lo que ve, entonces no actuará impíamente, ni actuará según el pecado, ni escarnecerá»? Eso hubiera redondeado las cosas agradablemente con el verso 1, ¿no es cierto?

La respuesta es que el salmista quiere que veamos que la vida del justo es como un árbol que produce fruto, no como un obrero que recoge frutos. Para utilizar el lenguaje de Pablo, la vida cristiana es el fruto del Espíritu, no las obras de la ley. Versículo 3: “Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera”.

Una Pelea Ganada con el Deleite

Esta es una ilustración de la vida cristiana: hay corrientes de agua, es la vida de Dios fluyendo mediante la Palabra de Dios, los salmos. Usted está plantado allí por la gracia soberana de Dios (vea Mateo 15:13). Sus raíces llegan a al agua de vida que hace que sus hojas sean verdes durante la sequía y le hace fructífero cuando otros son estériles.

El sistema de raíces no es mecánico o automático. Las raíces obran mediante la meditación, es decir, al dar atención al pensamiento de los salmos. La meditación en los salmos es la manera en que las raíces tocan el agua. El resultado es el deleite, el placer espiritual en lo que vemos de Dios, el hombre, y la vida. Y a partir de esta delicia viene todo tipo cambio en las actitudes y comportamientos.

La batalla para evadir el consejo de los impíos y el camino de los pecadores y la silla de los escarnecedores (la batalla para ser justos, santos, y humildes) es una batalla que es ganada por el deleite. Y ese deleite se nutre mediante la meditación, día y noche, en la instrucción de Dios en los salmos.

¿Qué Podemos Decir acerca de Jesús?

Lo que nos deja muy poco tiempo para hacer nuestra última pregunta: ¿Qué podemos decir acerca de Jesús? ¿Cómo nos guía a Cristo este salmo? De las tres maneras (al menos), en que veo que este salmo nos guía a Cristo, solo mencionaré una.

La palabra justos en el verso 6 nos señala a Cristo como nuestra justicia: “Porque el Señor conoce el camino de los justos, mas el camino de los impíos perecerá”. Así que solo los justos sobrevivirán el juicio al final. Pero, ¿quién es justo?

Salmo 14:3: “Todos se han desviado, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno”. Salmo 130:3-4: “Señor, si tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? 4 Pero en ti hay perdón, para que seas temido”. Salmo 32:2: “¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad…”.

Así que “los justos” en el versículo 6, son los pecadores que de alguna manera son contados como justos cuando no lo son en realidad ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede un Dios santo y justo pasar por alto la iniquidad? ¿Cómo puede un Dios santo y justo olvidar el pecado? ¿Cómo puede él no exigir una justicia perfecta para su cielo perfecto?

La Justicia Consumada en Cristo

La respuesta es que Dios sí tiene en cuenta la iniquidad, y sí tiene en cuenta el pecado, y sí requiere una justicia perfecta. Y por esa razón, este salmo junto a todos los demás salmos, nos guía a Cristo, él “fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades” (Isaías 53:5). Dios sí tuvo en cuenta nuestro pecado, y lo castigó en Cristo. Sí demandó justicia, y la cumplió en Cristo. Romanos 10:4: “Cristo es el fin de la ley [la meta de los Salmos] para justicia a todo aquel que cree”.

Este evangelio de verdad es parte del agua viva que fluye en la raíz de nuestras vidas. Es parte de lo que meditamos de día y de noche cuando leemos y cantamos los Salmos. Es la fuente de nuestro más dulce deleite.

Acepte El este Río del Evangelio

Así que le animo a que acepte a este evangelio como el río de su vida. Y le invito a unirse a mí durante los próximos cinco domingos a medida que buscamos pensar con Dios y sentir con Dios en los Salmos. Quiera Dios moldear nuestros pensamientos y moldear nuestras emociones para que podamos llevar el fruto del amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la amabilidad, la fidelidad, la gentileza, y el autocontrol que exaltan a Cristo (Gálatas 5:22-23). Amén.


1 Es significativo que libro de los Salmos también consista de cinco libros (Salmos 1-41, 42-72, 43-89, 90-106, y 107-150). Los editores del libro de los Salmos querían que los lectores comprendieran la analogía entre la Torá (la “instrucción” de Dios por excelencia, y el libro de los Salmos. En pocas palabras, el libro de los Salmos debe ser leído y escuchado como la instrucción de Dios a los fieles. Independientemente del hecho de que los Salmos fueran originados como la respuesta de personas fieles a Dios, ahora deben ser comprendidos también como la Palabra de Dios a los fieles. J. Clinton McCann, A Theological Introduction to the Book of Psalms: The Psalms As Torah (Nashville: Abingdon Press, 1993), 27.

“Los Salmos pueden y debieran ser parte de la práctica constante de la presencia de Dios. Léalos regularmente, de principio a fin, ellos nos guían una y otra vez a considerar los aspectos de la vida y de la voluntad de Dios que de otra forma trataríamos de no recordar o confrontar (y mucho menos ser parte de nuestra vida). Los fragmentos de salmos memorizados pueden proveer una respuesta permanente a las apremiantes realidades de nuestros días. Cuando despierto en el pánico de las tinieblas de las primeras horas de la mañana (sumergido en el miedo, la autocompasión, o las dudas), los Salmos, a menudo, me han provisto con la certeza de que mis ansiedades son conocidas por Dios, quien ilumina mis lugares oscuros. Así, le animo a convertir a los Salmos en una compañía constante. Tenga una copia a mano, y mantenga sus palabras en la mente y corazón y en sus labios a medida que enfrenta los retos de sus días y noches” Gerald Wilson, The NIV Application Commentary, Psalms Vol. 1 (Grand Rapids: Zondervan, 2002), 104.

Por John Piper.

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