Por lnazariot El enemigo mas grande de la iglesia se llama “Status Quo”. Según la enciclopedia Wilkipedia, status quo es la condición existente. Es aquella posición donde se entra en complacencia y se resiste cualquier cambio. El “status quo” nos dice que la forma como lo hemos hecho es suficiente y no es necesario causar olas.
El problema que el “status quo” trae, es que nos estanca y no nos permite entrar a los nuevos niveles y destino que Dios tiene para la iglesia. El pueblo de Israel experimento esto al resistirse a entrar a la tierra prometida. Y aunque muchos predican que fue Dios quien no los entro, fueron ellos los que trazaron la línea para no entrar – “Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros” (Números 14:28).
Dios quería llevarlos a una tierra en la cual fluía leche y miel, o sea, una tierra de bendición y multiplicación. Recordemos que cuando ellos salieron de Egipto, salieron prósperos y sanos. El libro de los Salmos dice que no había ni uno enfermo entre ellos y que salieron con oro y plata (Salmo 105:37).
Aunque salieron bendecidos no era la voluntad de Dios que se quedaran en aquel nivel. Dios quería llevarlos a un lugar, donde aquellas bendiciones que experimentaron al salir de Egipto fuesen multiplicadas. Entienda esto, a Satanás no le molesta que usted sea sano o que sea prosperado, siempre y cuando usted permanezca en el nivel que él le traza. Faraón estaba dispuesto a dejar salir al pueblo y que adoraren a Dios, pero que se quedaren en los confines de Egipto – “Dijo Faraón: Yo os dejare ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis mas lejos (Éxodos 8:28). Y les pidió que oraren por él, que religioso.
Es aquí donde el “status quo” le roba la bendición a la iglesia. Dios quiere que vayamos
mas lejos, que boguemos mar adentro; pero Satanás quiere que nos quedemos a un nivel donde la religiosidad este satisfecha. Donde no haya persecución y todos nuestros vecinos religiosos estén contentos. Recordemos, que cuando hacemos una decisión de ir hasta donde Dios quiere llevarnos, seremos perseguidos (Marcos 4:17, Marcos 10:30). Lo interesante, es que esta persecución es titereteada por aquellos religiosos que quieren diseñar hasta donde debe de llegar la iglesia. Y vea que esta persecución viene primeramente, de los que son parte de la casa (Mateo 13:57, Zacarías 13:6).
Es ahí donde esta la encrucijada ya que hemos aprendido que la persecución viene de afuera y no adentro. Y por lo tanto, cualquier voz de adentro que nos suene en desacuerdo con lo que Dios dice a nuestro corazón, nos hace quedarnos en el bote.
Cuantos le dirían a Pedro que no saliera a caminar en el agua, que se quedara en el bote lo cual era mas seguro. Además no fuimos hechos para caminar en el agua. Si Pedro hubiere hecho caso a estas voces jamás hubiese caminado sobre el agua. Claro alguien dirá, “pero se hundió”. Cierto, pero caminó.
Saque un momento para leer esta historia en Mateo 14:28-31, y notara que fue el Señor quien
invito a Pedro a caminar sobre el agua. La palabra “ven” es una invitación. No fue el caminar sobre el agua lo que puso a Pedro en aprietos, sino el mirar el fuerte viento. He aquí una lección para aquellos, que se atreven a aceptar la invitación del Señor a caminar en las aguas; no mire lo fuerte de la oposición sino mantenga sus ojos en la vision y sus oídos en la palabra de Dios.
El problema del status quo es que le hace resistencia a todo aquello, que demande un cambio. La razón es simple, todo cambio demanda que nosotros cambiemos también y la naturaleza humana resiste el cambiar. Para Dios es fácil crear un hombre o una mujer, lo que toma tiempo es transformar esta.
Si volvemos a la historia de Israel en Números 13, encontramos que Dios le dijo a Moisés que enviara 12 líderes a reconocer la tierra que él les daba (v.2). Esto para que ellos al regresar confirmaran que verdaderamente esa era la tierra que fluía leche y miel. Al estos lideres regresar testificaron que verdaderamente esa era la tierra de la promesa (v.26). Si hubiesen hablado hasta aquí, todo hubiera sido bendición. Pero diez de ellos comenzaron a decir que habían visto allá a los enemigos de Israel y lo presentaron en una forma de derrota.
Caleb el cual había sido parte de los doce oyó el reporte y vio el temor y la incredulidad en ello. Así que inmediatamente hizo callar al pueblo y les recordó que ellos eran poderosos para tomar la tierra (v.30). Y es aquí donde el status quo saca afuera la terquedad humana. Es aquí donde lo que tenemos o teníamos es comparado con lo que Dios quiere hacer, y se distorsiona la verdad de Dios llamado su promesa mentira. Esto no por aquellos que creen a Dios y la promesa sino por aquellos de mente religiosa que resisten el cambio. Note que en el verso 27 al 33 ellos testificaron que verdaderamente esa era la tierra. Pero ahora, en el verso 32 dice – “Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecimos a ellos”.
Es aquí, donde la mayoría de las iglesias prefieren quedarse en el status quo” y no entrar al destino que Dios tiene para ellos. Caleb entendía que si Dios había destinado la tierra para ellos, la podían tomar. Este hombre tenia un espíritu diferente (Números 14:24). Note lo que Dios dice acerca de Caleb – “…decidió ir en pos de mí”. Estas palabras denotan que hubo que hacer una decisión, vamos en pos de Dios, entramos a su destino, o nos quedamos en el status quo.
Decisiones demandan cambios. Cuando Dios nos presenta con nuestro destino tiene que haber un cambio. No dije debe, dije tiene que haber un cambio. Cambios son oportunidades para subir al próximo nivel con Dios. El mundo religioso ataca y critica cuando se hacen estas declaraciones ya que no están dispuestos a tomar el reto del próximo nivel. Cuando Dios nos da una verdad presente, lo cual son verdades que la iglesia ha puesto a un lado y Dios la restaura; toma una decisión entrar a esta verdad. Esto causara un cambio ya que se elimina la mentira que ha estado suplantando esa verdad.
Lo que la iglesia entiende como doctrinas básicas, en un tiempo fueron doctrinas guardadas, escondidas por la religión de aquel tiempo. Tomo reformadores como Lutero que sin temor al clero Católico sacaron estas verdades y las proclamaron entendiendo que esas doctrinas eran verdades presentes para su tiempo. Estos hombres de espíritu diferente son los que han encaminado la iglesia a su destino.
El pueblo de Israel estaba frente a una gran decisión que le llevaría a su destino como nación. Entraban a la tierra o se quedaban en el desierto. Era “Status Quo vs. Destino de Dios”. Pero el pueblo prefería quedarse como estaban ya que entrar a la tierra demandaba un cambio. Iban a tener que cambiar su forma de pensar, hablar y verse. No era que los gigantes los vieran a ellos como langostas, note que ellos se veían como langostas – “…y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecimos a ellos” (Números 13:33).
El diablo lo ve a usted como usted se ve. Jamás podremos entrar a una tierra de gigantes con imagen de langosta. Hay que cambiar la imagen, hay que verse como gigante. La tierra prometida, la tierra de abundancia es tierra de gigantes. Un saltamontes es tragado en esa tierra. Cuantas iglesias quedan atrás y desaparecen por no entrar al nivel de gigantes que Dios tiene para ellos. El status quo es nivel de saltamontes, el Destino de Dios es nivel de gigantes.
Hace unos años atrás tuve la bendición de ministrar junto a un hombre de Dios llamado Juan L. Lugo. Aunque muchas denominaciones Pentecostales dicen que el ministerio del apóstol hoy en día no es valido, Juan L. Lugo fue reconocido como El Apóstol Pentecostal a Puerto Rico. En Junio 13, 1913 Lugo acepto al Señor Jesús entando trabajando como en Hawai. Los misioneros que le predicaron eran misioneros Pentecostales fruto del Avivamiento de Azuza. Lugo quería traer el evangelio Pentecostal a Puerto Rico y para el año 1916 llego a Puerto Rico levantando la primera obra Pentecostal en su ciudad natal de Ponce, P.R. Estos fueron los cuarteles generales de la Iglesia de Dios Pentecostal de Puerto Rico (asociada entonces con las Asambleas de Dios y luego convirtiéndose en independiente).
En su libro ‘Empieza la Persecución’, Lugo habla de la persecución que tubo departe de las autoridades cívicas y eclesiásticas. Pero entienda que al decir eclesiásticas no se refería únicamente a la iglesia Católica sino a la iglesia protestante también.
El nuevo mensaje Pentecostal y su forma de adoración causaron escándalo en la jerarquía sofisticada de Ponce. Lugo sabia que tendría resistencia departe del Catolicismo pero se sorprendió al ver la reacción de la iglesia protestante también.
Juan L. Lugo, era un hombre que no se sentaría en el status quo, teniendo en su corazón un mensaje el cual encaminaría la iglesia en Puerto Rico al destino de Dios. Comprenda que Juan L. Lugo traía para aquel entonces lo que hoy conocemos como el Bautismo en el Espíritu Santo, el hablar en otras lenguas, y la adoración de coros con aleluya, gloria a Dios y pandereta entre otras cosas. Estas cosas para nosotros son normales en el evangelio hoy en día pero en aquel entonces era algo nuevo, eran verdades presentes que la iglesia local no conocía ni había experimentado.
¿Por qué le cuento esto? Todavía Dios sigue restaurando a la iglesia verdades presentes. Al igual que en otros tiempos, hay persecución ya estas verdades traen retos los cuales demandan cambios. Es importante echar mano de la palabra de Dios y si estas verdades presentes van a margen de la Palabra tenemos que caminan en ellas y no resistir como hizo el pueblo de Israel o la iglesia en P.R. al principio del siglo pasado. Dios esta llamando a la iglesia a un nivel de vida más alto, pero ese nivel demanda cambios. ¿Estas dispuesto a hacerlos?