Dios no ha terminado contigo

La Palabra nos habla de un hombre que tenía la mano seca, a quien Jesús sanó. Si intentamos imaginar la situación, seguro que pensamos en alguien imposibilitado para trabajar, con dificultades en su familia porque no podía llevarles el sustento, frustrado y triste por no poder tener una vida normal. Seguramente el no poder utilizar …

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