(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Es interesante que cuando el Señor venga por su Iglesia quiere encontrar una “iglesia gloriosa, sin mancha y sin arruga”. Nos habla de una iglesia que resplandece a causa de la gloria de Dios en ella; sin mancha, pura, donde su gran amor por Dios la llevará a caminar en nuevos niveles de santidad, y “sin arruga”, es decir una iglesia renovada, libre de las tradiciones religiosas, de las estructuras humanas y antiguas, y costumbres que por siglos se han mantenido, pero con poco sustento bíblico y nada del Espíritu (salvo “buenas intenciones”). Dios está trayendo nuevas revelaciones a su iglesia y ésta debe prepararse para su encuentro con el Novio…
VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS (Devocional No. 076)
“Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”, Mr. 2:21-22
El Señor Jesús siempre nos está enseñando, y nosotros debemos siempre estar aprendiendo. Lo nuevo de Jesús requiere la aceptación sincera de sus discípulos, en ésta ocasión el Señor comienza desde cosas básicas para llevarlos a nuevas verdades. El contexto del pasaje de hoy, es el ayuno que practicaban los discípulos de Juan Bautista y los discípulos de los fariseos. Todo tiene su tiempo y debe ser con la guianza del Señor. Debemos ser guiados por Dios.
Nadie rompería un vestido nuevo para reparar un vestido viejo; pero por muchos siglos la iglesia ha estado vestida de religión, de tradiciones de hombres, de estructuras religiosas, pero hoy Dios está trayendo sobre su iglesia un nuevo vestido de gloria, resplandeciente (una iglesia que deja ver a Cristo), sin mancha (sin pecado) y sin arruga (renovación, lo nuevo de Dios), el Señor está trayendo sobre su iglesia una renovación en su vestido, (nos habla de cobertura, podemos relacionar esto con los siervos de Dios, es una nueva generación, con un espíritu correcto hacía el ministerio, como el apóstol Pablo, que por el Espíritu dijo: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”.
Es una iglesia que está siendo llamada a la intimidad con su novio, que es Cristo. La iglesia debe verse también como aquella que es llamada a la cámara nupcial y debe prepararse para ese encuentro. Recordemos por ejemplo que Ester, quien luego viene a ser reina en el reino del rey Asuero, se preparó seis meses en aceite de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y ungüento antes de presentarse ante el rey (esto es figura de la negación de la iglesia a todo aquel o aquello que la quiera apartar de su fidelidad al Señor y, una vida de obediencia bajo el aceite del Espíritu que desprende el mejor perfume que al novio agrada). Procuremos pues, la unción del Espíritu Santo.
Los odres son recipientes de cuero, que guardan líquidos cómo agua, leche, vino y aceite. Los odres viejos se rompen en el proceso de fermentación del vino nuevo, y se pierde todo el vino. Cristo usa está verdad para decirnos que debemos preparar y disponer nuestro corazón para lo nuevo que Dios está depositando y trayendo a su iglesia (vino nuevo, sin fermentar, vino dulce, vino del cielo). Lo viejo rechaza lo nuevo, se repelen, por eso muchos cristianos e iglesias locales, rechazan lo nuevo que Jesús está trayendo.
Reflexión final: Prepárate y recibe lo nuevo que Dios trae. A pesar de la resistencia religiosa, Dios seguirá adelante con su plan, y tú y yo debemos decirle aquí estoy, haz tu voluntad en mí. Me dispongo como vasija para ti, lléname Dios de tu gloria y poder, para hacer lo que tú quieres hacer.
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