He tenido cuatro hijos y todos nacieron después de la fecha en la que se suponía que naciesen. Uno de ellos nació tres semanas después de la fecha programada. Todos los demás nacieron entre cuatro y media, cinco y cinco y media semana después de la fecha programada para aliviarme. Recuerdo una vez cuando trataron de inducirme el parto y de todas formas terminaron mandándome a mi casa. Un doctor me dijo: “¡Usted es el único ser humano que conozco que dura embarazada el mismo tiempo que un elefante!”
Yo sé lo que es estar embarazada físicamente y ansiosa por dar a luz. También sé lo que es estar espiritualmente “embarazada” por así decirlo, preguntándome si algún día daría a luz los sueños y deseos que Dios puso en mi corazón.
Qué hacer cuando parece que nada está sucediendo
Quizás usted tiene un sueño en su corazón y ha estado orando, asistiendo a la iglesia y haciendo todo lo que sabe hacer para prepararse a que se realice, sin embargo nada parece cambiar. La pregunta que debe hacerse es: “¿Está mi sueño en línea con la Palabra de Dios y su voluntad?”
Dios no va a respaldar algo que no sea su voluntad. Necesitamos estar de acuerdo con sus deseos. Por ejemplo, yo sé que mi sueño de alimentar todos los días un millón de niños está en línea con la Palabra de Dios porque la Biblia dice que es la voluntad de Dios traer justicia. ¿Alcanzaré algún día esta meta? No lo sé. Pero tengo que tener algo que alcanzar y prefiero tener un sueño grande y alcanzar parte de éste que tener un sueño pequeño y alcanzarlo todo.
La importancia de tener intenciones puras
Quizás usted tiene una meta dada por Dios pero sus intenciones no son puras. Yo sé acerca de esto. Cuando Dios me llamó al ministerio hace treinta y dos años, tenía problemas del pasado, pero no sabía que los tenía. Pues bien, yo era muy insegura debido a que fui abusada durante mi infancia y esto causo que yo basara mi valor en lo que hacía, no en quién soy en Cristo. Para poder realizar efectivamente el llamado de Dios en mi vida, tuve que pasar por muchas experiencias que purificaron mi corazón y me llevaron a confiar verdaderamente en Dios y a hacer lo que hago porque quiero ayudar a la gente.
Ahora puedo francamente decir que cada día que vivo tengo un deseo de ayudar a los que están sufriendo y estoy decidida a hacer algo para mejorar la vida de alguien más.
Asegúrese de que está en donde debe estar
También es posible de que si no está viendo progreso en su sueño, no está en donde Dios quiere que esté. Cuando no estamos en su voluntad, las cosas son difíciles. Jonás es un buen ejemplo de esto. Dios le dijo que fuera a Nínive pero el decidió ir en dirección opuesta y terminó en medio de una terrible tormenta en el mar. Si ha escuchado esta historia, sabe que él fue arrojado al mar, un pez grande se lo tragó y tres días después (después de arrepentirse y someterse a Dios) el pez lo vomitó en la orilla cerca de Nínive. Terminó siendo usado en gran manera por Dios y como resultado muchas personas creyeron en el Señor. La clave para Jonás fue alinearse al plan de Dios. Cuando lo hizo, cosas transformadoras sucedieron.
Quizás está pensando: Joyce, yo no tengo un sueño o meta en la vida. Yo no sé qué es lo que Dios quiere que haga. Pues bien, tengo buenas noticias: Dios tiene un plan para usted; sólo tiene que concebirlo. Concebir significa: “embarazarse; formar en su mente; pensar o imaginar”. Una de las formas que puede hacer esto es comience a moverse en una dirección o envolverse en algo que le interesa y vea si el Espíritu Santo está en esto con usted. Recuerde que si comete un error, no es el fin del mundo. A veces es así como nos damos cuenta de lo que tenemos o no tenemos que hacer. Por ejemplo, hace años trate de ayudar en la clase de cuna de la iglesia. Sólo me tomó tres semanas para darme cuenta que no era mi llamado – y no era la única que lo sabía.
Es importante para cada uno de nosotros tener sueños y visiones para el futuro. Fuimos creados por Dios para alcanzar los sueños y deseos que Él nos da. No podemos estar estancados o ser pasivos y estar satisfechos.
Dios tiene un gran plan para su vida – se lo prometo. Permítale prepararlo para las cosas que ¡Él tiene para usted!
Por Joyce Meyer.