PRÉDICA CRISTIANA / SERMÓN
El camino a la restauración del pecador se encuentra descrito en toda la Biblia, sin embargo, su verdadera aplicación ha resultado compleja en la práctica. Para realizar una verdadera restauración, se necesita entender el estado espiritual y emocional de la persona caída, para luego ayudarla a recuperar su lugar posicional.
¿Cómo restaurar a un creyente caído? ¿Qué debe hacer una persona después de haber pecado? ¿Cómo puede alguien llegar a ser restaurado verdaderamente? ¿Cuál es el modelo de restauración bíblica? ¿Cómo se describe la restauración en la Biblia? ¿Cuál es el camino a la restauración del pecador?
«Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado»
Gálatas 6:1 (RV60)
¿QUE OCURRE CUANDO UN CREYENTE HA COMETIDO UN PECADO CONDENABLE?
Cuando un creyente ha cometido un pecado condenable, lo común es juzgar sus acciones aplicando ciertas sanciones o disciplinas correctivas. Un ejemplo bíblico de esto, lo vemos en el apóstol Pablo al juzgar a un creyente de la comunidad cristiana de Corinto (1ªCor.5:2-5). En ese caso, Pablo condenó el pecado de aquel creyente, llegando incluso a considerar expulsarlo de la comunidad. Este tipo de acciones trajeron consecuencias positivas, ya que produjo arrepentimiento en el ofensor y temor en la congregación (2ªCor.2:5-11). Aunque la disciplina correctiva es necesaria, debe ser aplicada con sabiduría y misericordia, pensando en la restauración del creyente caído.
Aunado a esto, también se toma la decisión de suspender el ejercicio de las funciones ministeriales o cargos que posea el creyente caído. Esto se debe hacer, ya que en ese instante el ofensor no se encuentra en las condiciones morales, espirituales y emocionales óptimas para seguir ejerciéndolas. Ciertamente el daño más grande que se le puede hacer a una persona que ha pecado, es mantenerlo activo en una posición ministerial. Sin embargo, el otro daño que puede ocurrir es el de abandonar al creyente caído, ignorando que necesita entrar en un proceso de verdadera restauración. Para ello debemos conocer el modelo bíblico de restauración de un creyente caído.
¿Cómo se aplica la restauración en la Biblia? ¿Por qué es necesario conocer el modelo bíblico de restauración?
¿POR QUÉ ES NECESARIA UNA VERDADERA RESTAURACIÓN?
Cuando una persona ha sido expuesta por haber cometido un pecado condenable, le albergan sentimientos de culpa, frustración, vergüenza y remordimiento (2ªCor.2:5-11). Estos sentimientos le generan un conflicto interno que le impiden ser restaurado verdaderamente. La persona que ha pecado se siente avergonzada y culpable por haber fallado, llegando a afectar la percepción de sí misma. Cuando alguien ha cometido un pecado condenable, su relación con Dios se quebranta, afectando también su relación con los demás creyentes.
Estos sentimientos de culpa, vergüenza y frustración son necesarios en cierta medida para que el creyente llegue a un verdadero arrepentimiento. Sin embargo, si estos sentimientos se prolongan en el creyente, pueden convertirse en un impedimento para el proceso de verdadera restauración. Este proceso de restauración requiere tiempo, pero principalmente requiere el amor y el cuidado de todos aquellos que rodean al creyente caído. Una persona que ha pecado y se siente culpable, necesita comprender que puede contar con la gracia y el perdón de un Dios amoroso. Esta gracia y perdón de Dios podrán ser comprendidos por el creyente caído, solo si es expresada de forma visible por los demás creyentes. ¿Qué impide que un creyente sea restaurado verdaderamente? ¿Cómo puede alguien ser restaurado verdaderamente? ¿Cómo ocurre la verdadera restauración según la Biblia?
EL IMPEDIMENTO PARA COMENZAR EL CAMINO A LA RESTAURACIÓN
Cuando una persona ha pecado, inicia un descenso en su vida a nivel espiritual y emocional. En primer lugar, la comunión con Dios se rompe, generando un alejamiento de la Presencia de Dios debido al pecado. En segundo plano, y quizás el más preocupante, el creyente caído atraviesa por un proceso emocional muy difícil, que puede llevarlo a la muerte espiritual. Aunque una persona haya fallado gravemente, debe entender que si viene a Dios con un corazón arrepentido, Dios le perdonará gustosamente (Is.55:7). Dios siempre estará dispuesto en perdonar a todo aquel que confiesa y se aparta del pecado (Pr.28:13).
Sin embargo, el mayor impedimento de la verdadera restauración no es la falta de gracia y amor de Dios para con el creyente caído. La causa principal por la que el proceso de verdadera restauración no se llega a concretar, es porque el creyente caído no se siente perdonado. La culpa puede llevar al creyente a no sentir que Dios le pueda perdonar o llevarlo a sentir que no merece el perdón de Dios. Muchas veces este sentimiento de culpa es producido por una percepción equivocada de la justicia de Dios por parte del creyente caído. Algunos creyentes creen que hay pecados que Dios no les puede perdonar, porque ellos mismos tienen una escala personal de pecados perdonables e imperdonables. Sin duda alguna esto es un total error, ya que ¡Dios es amplio en perdonar!. ¿Como iniciar el camino a la restauración verdadera?
¿CÓMO SE DESCRIBE LA RESTAURACIÓN EN LA BIBLIA? 3 PASOS PARA LA VERDADERA RESTAURACIÓN
1) RESTAURANDO LA RELACIÓN CON DIOS | RESTAURACIÓN ESPIRITUAL
Lo primero que debe hacer un creyente caído es restaurar su Relación con Dios. A este primer paso se le llama Restauración Espiritual. Para restaurar la relación con Dios, el ofensor debe manifestar un verdadero arrepentimiento, reconociendo que ha pecado contra Dios. El creyente debe estar consciente de que su pecado lo aleja de Dios (Is.59:2), y que solo podrá volver a Su Presencia si se arrepiente. Esta restauración de la comunión con Dios solo puede ser lograda llegando con humildad ante Él (Stg.4:6; 1ªP.5:5).
Este primer paso es muy importante, ya que al restaurar su comunión con Dios, el creyente podrá experimentar la gracia de un Dios perdonador. De la misma manera, esa gracia y misericordia le ayudarán a sobreponerse para asumir las consecuencias de su pecado con humildad y mansedumbre. Así mismo, un pecador arrepentido y humillado ante el Señor, también buscará enmendar o corregir los errores cometidos en la medida de lo posible. Un ejemplo de esto lo vemos en Zaqueo el recaudador de impuestos (Lc. 19:8).
2) RESTAURANDO LA RELACIÓN CONSIGO MISMO | RESTAURACIÓN EMOCIONAL
Un creyente que se ha arrepentido de sus pecados, debe creer y sentir que Dios le ha perdonado (1ªJn.1:9). Esto le brindará paz y confianza para empezar de nuevo, con una actitud de aceptación y madurez por la experiencia vivida. La paz de Dios comienza al sentir que Dios le ha perdonado, y que Él le ayudará a seguir adelante sin ningún reproche. Sentirse perdonado verdaderamente, ayudará al creyente a superar los sentimientos de culpa, vergüenza y frustración, que lo mantenían sumergido en la desesperanza (Sal.32:5).
A este paso también se le llama Restauración Emocional. Este tipo de restauración es la más importante, ya que un creyente abatido emocionalmente por la culpa, no conseguirá la paz que necesita (Sal.38:3). Para ello el creyente debe confiar plenamente en las promesas de gracia, misericordia y perdón que Dios le ofrece a aquellos que se arrepienten verdaderamente. Sin dudas, este paso tiene que ver más con la parte mental del creyente, es decir la forma en cómo percibe la justicia de Dios.
Durante el desarrollo de este paso, los creyentes que rodean al ofensor son una pieza clave en el proceso de restauración emocional. Si el creyente caído está rodeado de creyentes que lo acusan o le reprochan su pecado, esto reforzará el sentimiento de culpabilidad, imposibilitando su restauración. El creyente caído necesita sentirse amado, aceptado y perdonado por aquellos que le rodean, ya que esto le ayudará a perdonarse a sí mismo. En muchos casos, el amor de Dios que necesita sentir el creyente solo puede ser experimentado cuando los demás creyentes se lo hacen sentir vívidamente.
3) VOLVER AL LUGAR OCUPADO | RESTAURACIÓN POSICIONAL
Después de haber sido restaurado espiritual y emocionalmente, el creyente podrá iniciar el proceso para ser colocado en su anterior posición ministerial. Aunque esto no es una ley escrita, ni tiene que ser así, sin lugar a dudas no se puede ignorar. Una persona que ha sido restaurada, conoce el sitial de honor que Dios le había otorgado antes de haber cometido pecado. Incuestionablemente, el creyente restaurado querrá volver a ocupar el lugar que había ocupado anteriormente, solo que esta vez lo hará con mayor madurez y humildad.
La persona restaurada siente mucho pesar por aquello que perdió, y que ahora desea recuperar. Ahora siente que puede volver hacer aquello que hacía para el Señor, pero de una mejor manera y con mayor gratitud. Es necesario entender que la restauración posicional, es el resultado de la restauración espiritual y emocional, ya que sin estas dos, aquella no tendría sentido. Aunque esto resulta polémico para aquellos que argumentan que existen cosas que no se pueden recuperar, no podemos ignorar algunos ejemplos bíblicos de restauración posicional. Sin embargo, debemos dejar claro que este tipo de restauración no es la más importante. Dios siempre tendrá un lugar y una posición a ocupar para aquellos que vuelven a su casa (Lc.15:20-24).
RESTAURACIÓN EN LA BIBLIA | 4 EJEMPLOS BÍBLICOS
En la Biblia, existen muchos ejemplos bíblicos de personas que pasaron por un proceso de verdadera restauración.
1- LA RESTAURACIÓN DEL REY DAVID
Quizás uno de los ejemplos más conocidos de verdadera restauración fue el del rey David. Después de haber cometido adulterio y homicidio, David se encontró en un estado espiritual completamente caído. David llegó a tocar fondo al cometer un crimen con premeditación y alevosía, al planear la muerte de su siervo Urías el heteo (2ªSam.11:14-27). La forma en como David tramó el plan para hacer parecer la muerte de Urías como un accidente, reveló hasta qué punto había caído moralmente.
Sin embargo, de forma casi inesperada, Dios otorgó a David una oportunidad de reconocer su pecado, amonestándolo por medio del profeta Natán (2ªSam.12:7-9). Aunque las consecuencias de su pecado fueron irrevocables (2ªSam.12:10-14), David tuvo un verdadero arrepentimiento, aceptando el justo juicio de Dios (Sal.51:4). Su oración de arrepentimiento expresada en el Salmo 51, describe el proceso que tuvo que pasar para obtener verdadera restauración. Sin duda alguna, el ejemplo restauración de David es una de las mayores muestras de la gracia, amor y misericordia de Dios.
2- LA RESTAURACIÓN DEL REY MANASÉS
Otro caso grandioso de verdadera restauración es el de Manasés, quien fue el decimocuarto rey del reino de Judá. En la Biblia, Manasés es conocido por promover la adoración pagana, haciendo extraviar al pueblo de Jerusalén en la idolatría y prácticas abominables (2ªRe.21.2-9; 2ªCr.33:2-9). Las acciones de Manasés fueron consideradas tan detestables, que la biblia afirma que llegaron a encender la ira de Dios (2ªCr.33:6).
A causa del pecado de Manasés, Dios permitió que el ejército del rey asirio se lo llevara cautivo a Babilonia (2ªCr.33:11). Fue durante ese cautiverio, que Manasés se humilló delante de la presencia de Dios, reconociendo que había pecado contra Dios (2ªCr.33:12,13). Su humillación y arrepentimiento fue tan grande, que Dios oyó su oración, restaurándole su reinado en Jerusalén (2ªCr.33:13).
Evidentemente la restauración del rey Manasés, es un gran ejemplo de verdadera restauración espiritual, emocional y posicional. Allí vemos a un hombre que buscó reparar su relación con Dios, que fue librado de angustias y que volvió a ser rey en Jerusalén. Este ejemplo nos deja claro que Dios es un Dios restaurador y que lo hace en todos los planos conocidos por el hombre.
3- LA RESTAURACIÓN DEL HIJO PRÓDIGO
El ejemplo bíblico más famoso que representa la verdadera restauración, fue relatado por Jesús en la parábola del hijo pródigo (Lc.15:11-32). En esta historia vemos al hijo menor de un hombre, solicitándole que le entregue la parte de la herencia que le corresponde (Lc.15:12). Al irse lejos de la casa de su padre, el joven llegó al extremo de malgastar todos los bienes, quedando en la miseria (Lc.15:14-16). Al darse cuenta de la situación en la que estaba, éste decidió volver humillado a casa de su padre, reconociendo su falta (Lc.15:17-19). Fue este primer paso de reconocimiento del pecado por parte del hijo pródigo, que dio inicio al proceso de verdadera restauración.
Cuando el hijo pródigo llegaba a la casa de su padre, éste lo vio de lejos y salió a recibirle con entrañable ternura (Lc.15:20-22). De inmediato el padre mandó a sus sirvientes a vestirlo con ropas y calzado nuevo, así como colocarle un anillo, celebrando su regreso (Lc.15:23,24). Aunque el hijo pródigo no se sentía digno de recibir ese trato, el padre amoroso no lo condenó, sino que lo restauró a su lugar. Este caso bíblico, es otra muestra del proceso que todo creyente debe recorrer para ser restaurado verdaderamente. Es evidente que el hermano mayor del pródigo no estaba a gusto con su retorno, sin embargo esto no impidió la restauración del padre (Lc.15:25-32). Esto nos enseña que cuando Dios decide restaurar a una persona, nada ni nadie puede detenerlo.
4- LA RESTAURACIÓN DEL APÓSTOL PEDRO
Entre los casos bíblicos de restauración espiritual, emocional y posicional se encuentra el del apóstol Pedro. Luego de haber cenado con sus discípulos la noche que iba a ser entregado, Jesús le dijo a Pedro que le negaría tres veces (Lc.22:34). Aunque Pedro dijo que jamás lo negaría (Mt.26:33-35), Jesús predijo que esto si ocurriría. Además, Jesús también le dijo que estaba orando por él para que su fe no le fallara en ese momento crucial de su vida (Lc.22:32).
El hecho de que el apóstol Pedro negara que conocía al Señor Jesús, representó de forma evidente su caída moral y espiritual (Mt.26:69-75). Pedro no tuvo el valor de enfrentar lo que le sobrevendría aquella noche si aceptaba ser seguidor de Jesús, por lo que terminó negándolo firmemente. Esta acción de Pedro le trajo amargo dolor (Mt.26:75), sin duda haciéndole sentir profunda tristeza y hasta culpabilidad (Jn.21:17).
Sin embargo, Jesús ya había anunciado que Pedro sería restaurado (Lc.22:32) y que ayudaría a confirmar la fe de los demás discípulos. No fue sino hasta que Jesús aparece a sus discípulos a orillas del mar de Tiberias, cuando decide amorosamente restaurar a Pedro (Jn.21:15-19). Jesús sin acusarle ni reprocharle, le pregunta a Pedro si éste lo amaba, buscando confirmar su verdadero arrepentimiento y restauración. Sin duda, aquella misma noche cuando negó al Señor, Pedro entendió que era un pecador y que necesitaba ser restaurado. Después de aquella conversación en la playa de Tiberias, la historia bíblica demuestra a un Pedro restaurado, decidido en padecer por causa de Jesús (Hch.5:41).
CONCLUSIÓN
Todos en algún momento hemos fallado al Señor teniendo la necesidad de ser restaurados. La verdadera restauración no es un tema ajeno a la vida del creyente, sino algo que debe ser conocido en su vida. De la misma forma, es necesario que cada creyente entienda que en algún momento estaremos en la posición de ayudar a restaurar a alguien caído. Dios nos enseña a través del proceso de restaurar al hermano que ha fallado, que somos instrumentos de su gracia y amor para la humanidad. Entendamos que Dios nos ha delegado el mayor ministerio de este mundo para restaurar a los demás, y es el ministerio de la reconciliación (2ªCor.5:19-21). ¡Es hora de iniciar el camino a la restauración!
Dios te bendiga!!!
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Por Alexander Guerrero