Derribando los gigantes en la autoridad y el poder de Jesucristo

Título: Derribando los gigantes en la autoridad y el poder de Jesucristo

Base Bíblica: 1 Samuel 17:1 – 47

Introducción:

El poder de Dios que se mueve en el creyente, nos asegura victoria en la confrontación con el mundo de las tinieblas. No podemos olvidar que las batallas se libran diariamente. Son gigantes que se levantan a nuestro paso y procuran, de un lado robarnos las bendiciones espirituales y materiales que el Señor tiene para nosotros, y de otro, llevarnos a perder la paz y el gozo que el amado Padre celestial espera que experimentemos siempre. ¿Qué nos asegura la victoria en la lucha contra las tinieblas? La sangre de Jesús vertida en la cruz. Esa misma cruz en la que derrotó a Satanás y a todas sus huestes. Hoy por ese sacrificio del Salvador en la cruz somos más que vencedores.

I. En la autoridad de Cristo estamos llamados a enfrentar a los gigantes (vv.1-32)

  1. Los gigantes tipifican el mundo espiritual que procura robarnos las bendiciones y el cumplimiento del plan de Dios para nuestras vidas. Su origen se remonta a Génesis 6:1,2, 4.
  2. Goliat es el tipo de Satanás que genera ataques e intimidación sobre nuestras vidas para ejercer dominio (vv. 1-11)

            a. Los filisteos habían tomado buena parte del territorio del pueblo israelita (v. 1)

            b. El pueblo de Israel procuraba recobrar su territorio (vv.2, 3)

            c. Goliat al igual que Satanás y sus demonios procuran intimidarnos (vv.4-7)

            c.1. Satanás como Goliat presume de un poder absoluto que realmente no posee (vv. 8-11)

            c.2. Las Escrituras nos enseñan que al enemigo debemos enfrentarlo y no salir huyendo (v. 11; Santiago 4.7)

  1. Características de Goliat: Tres metros de altura, guerrero, sanguinario
  2. Como creyentes estamos llamados a recobrar el territorio que nos ha robado Satanás:

            a. La salud de nuestro cuerpo y nuestra mente

            b. La prosperidad en nuestras finanzas (Malaquías 3.11; Joel 1:4; 2:25)

            b.1. Dios promete que si nos sometemos a Él, nos restituirá lo que nos ha robado el enemigo

            b.2. Toda práctica ocultista trae ruina a nuestra vida (Deuteronomio 28:15-17; 30:9)

            c. La estabilidad familiar (Salmo 127:1-5)

  1. David es el tipo de un cristiano cubierto con la sangre del  Salvador y se enfrenta con autoridad a las tinieblas (vv.20-25)

            a. La fe de David no estaba cifrada en sus propias fuerzas sino en las de Dios (v. 26; Salmo 44:5-7)

            b. David asumió el reto de enfrentar a Goliat así como el creyente debe asumir el reto de enfrentar a los gigantes (vv.31, 32; Deuteronomio 20:4)

II. No es en nuestras fuerzas sino en la autoridad de Cristo como libramos las batallas (vv.32-39)

  1.   Como David, los creyentes debemos asumir fe y autoridad que provienen de Dios para enfrentar a los gigantes (v. 32)
  2. Las Escrituras enseñan que los cristianos ya vencimos al enemigo por la sangre del Cordero (Apocalipsis 12:11)
  3. Las Escrituras nos enseñan que con el poder de Dios aplastamos a Satanás bajo nuestros pies (Romanos 16:20)
  4. Como David, los creyentes debemos ir a la batalla cubiertos con la armadura de Dios (Cf. Efesios 6:10-17)
  5. Como David, los creyentes debemos entender que nuestras armas no son carnales sino espirituales (vv.33; 2 Corintios 10:3-6)
  6. Como David, los creyentes debemos entender que Dios nos prepara para la batalla (vv.34-38)

            a. El primer gran gigante que debemos derrotar es el temor

            b. Como guerreros cristianos debemos despojarnos de todo cuanto nos estorba (v. 39)

–Autosuficiencia, orgullo, depender de nuestras fuerzas y habilidades humanas

III. Cinco fundamentos para vencer el mundo de las tinieblas (vv.40-53)

  1. David tenía claro—como debemos tenerlo claro  nosotros los cristianos—que los gigantes no son tan grandes como parecen a primera vista (vv.40-44)

            a. No hay problemas más grandes que el poder ilimitado de Dios

            b. No hay gigante que no sea pequeño delante de Dios

  1. David como el creyente hoy, se afirmó cuatro fundamentos de victoria:

            a. David enfrentó al gigante en el Nombre del Dios de poder (v. 45)

            b. David declaró fe para derrotar al gigante (v. 45 a)

            c. David declaró que esa batalla era para glorificar a Dios (v. 45 b)

            d. David declaró que la victoria en las batallas espirituales y físicas es de Dios (v. 47)

  1. Como David, los creyentes tenemos una honda con cinco piedas para enfrentar a los gigantes (vv. 48-53)

            a. La fe

            b. La sangre del Señor Jesús

            c. El Nombre del Señor Jesús (Filipenses 2:9; Efesios 1:20, 21)

            d. La victoria ganada en la cruz sobre las tinieblas nos alcanza a nosotros (Colosenses 2:13-15)

            e. La plena confianza en Dios

  1. Por la obra redentora del Señor Jesús en la cruz, dejamos el mundo de las tinieblas y Su poderosa Sangre nos lleva a la luz (Colosenses 1.13-15)

Conclusión:

Cuando los cristianos reconocemos nuestra posición en Cristo Jesús, que ahora somos vencedores por su sangre vertida en la cruz, podemos movernos confiados en medio de los senderos de dificultades que surgen como consecuencia de los ataques del mundo de las tinieblas (1 Pedro 5:8). Cristo nos hizo vencedores. En la cruz nos llevó a tener la victoria por su sangre vertida en la cruz. Hoy, gracias a ese sacrificio y victoria, podemos salir airosos de todas las confrontaciones que tenemos con el mundo de las tinieblas. La Sangre del Señor Jesús nos hizo victoriosos ayer, hoy y por siempre.

© Fernando Alexis Jiménez

Referencia: https://www.mensajerodelapalabra.con