Dios pelea nuestras batallas

Título: Dios pelea nuestras batallas

Base Bíblica: Juan 21:1-7

Introducción:

Con más frecuencia de la que imaginamos, emprendemos proyectos que—aunque humanamente pueden lucir prometedores–, terminan en fracaso. El asunto no es de suerte ni de oportunidad, sino que estamos librando batallas en nuestras fuerzas. El curso de la historia generalmente termina en fracaso. No es algo nuevo sino que ha ocurrido siempre, a lo largo de nuestros siglos. El panorama cambia cuando nos sometemos a Dios. Él hace posible no solo que superemos los obstáculos, sino que podamos alcanzar la victoria porque guía cada uno de nuestros pasos hasta llevarnos a la meta. Hoy es el día para que se decida involucrar a Dios en sus sueños, proyectos e iniciativas. No se arrepentirá.

I. ¿Estamos batallando en nuestras fuerzas para alcanzar sueños y metas? (vv.1-3)

1. Todo cuando emprendemos, puede estar fundamentado en nuestras fuerzas o en el poder de Dios

2. En el pasaje bíblico el apóstol Pedro decide ir a pescar, y varios discípulos con él (v. 3)

“Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.”

a. Cuando obramos en nuestras fuerzas, generalmente enfrentamos el fracaso (v. 3 b)

b. Pedro y los otros discípulos volvieron en derrota y no en victoria

“Y aquella noche no pescaron nada”

3. Todos nuestros planes y proyectos debemos someterlos en manos del Señor (Salmo 37:5)

a. No debemos permitir que nos embarguen las preocupaciones sino confiar en Dios (Salmo 55:22)

b. Dios nos guiará por el camino apropiado para cumplir nuestros sueños, metas y proyectos (proverbios 16:3)

c. Debemos someter a Dios toda preocupación por el cumplimiento de nuestros sueños, metas y proyectos (1 Pedro 5:7)

II. ¿Reconocemos que Dios está en medio nuestro cuando emprendemos sueños y metas? (vv. 4, 5)

1. El Señor Jesús estuvo con Pedro y los pescadores todo el tiempo, así ellos no se dieran cuenta (vv. 4, 5)

a. Dios conoce nuestras batallas diarias

b. Dios desea ayudarnos en nuestras batallas diarias

c. La decisión de permitir que Dios nos ayude, está en nuestras manos

2. Todos nuestros caminos son conocidos por Dios (Salmo 139:2-4)

“La fe y la alabanza van de la mano. En realidad, la alabanza no es otra cosa que la expresión exterior de la fe interior. Creemos  que Dios nos está cuidando. Confías en Él más que en la vida misma. Y debido a esto, lo alabamos. Es la duda y la incertidumbre lo que nos causan que la alabanza se estanque.”( Don Gosset. “Avenida Alabanza”. Editorial Vida. EE.UU. 2002.  Pg. 34)

3. Dios conoce cada pequeño detalle y, como padre amoroso, quiere darnos la salida a las crisis y dificultades (2 Reyes 19:27)

“He conocido tu situación, tu salida y tu entrada…”

III. Dios es quien nos asegura la victoria en nuestros sueños y metas (v. 6)

1. Es necesario evaluar si el cumplimiento de nuestros sueños y metas se encuentra estancado

a. Quizá estamos luchando en nuestras fuerzas

b. Quizá no le hemos dado el primer lugar a Dios

2. Cuando el Señor Jesús guía nuestros pasos, alcanzamos la victoria (v. 6 a)

“Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis…”

3. Debemos someter nuestra vida, sueños y metas en manos del Señor (Salmo 138: 8)

a. Debemos someter en manos de Dios nuestros planes y proyectos (Salmo 57:2, 3)

b. Dios siempre vendrá en nuestra ayuda (Salmo 27:7-9)

4. Cuando seguimos la dirección de Dios, encontramos victoria para nuestros sueños y metas (v. 6 b)

“Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.”

Conclusión:

La diferencia entre el éxito y el fracaso lo determina en qué fuerzas nos movemos. Podemos hacerlo en las fuerzas de Dios o en las nuestras. Con ayuda del Señor, todo proyecto aun cuando enfrente dificultades, podrá superar los obstáculos. Si lo hacemos en nuestras fuerzas, lo más probable es que terminemos en fracaso. El centro de todo está en Dios, nuestro Supremo Hacedor, para quien no hay nada imposible. Es tiempo que de usted someta todas sus iniciativas en manos del Creador. No se arrepentirá y lo más seguro, es que llegará al final, a la meta, triunfante.

© Fernando Alexis Jiménez

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