EDIFICAR

"Con sus hermanos se levantaron y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer holocaustos sobre él." Esdras 3:2

Dios ha puesto un deseo en cada uno de nosotros para edificar y hacer cosas mejores que en el mundo. Quizás tenemos el mismo sentir que tuvieron estas personas, al ver destruido y abandonado el templo, decidieron edificar el altar donde se ofrecía a Dios lo mejor.

No iniciaron con los cimientos, ni con los muros, iniciaron con el altar, lo primero que debe haber en nuestra mente y nuestro corazón debe ser, un momento, un lugar, un espacio en el cual se ofrezca sacrificio a nuestro Dios. Dice la Biblia que ellos iniciaron con la edificación del altar porque tenían miedo de los demás pueblos (v. 3), tenían la certeza que dando a Dios una verdadera adoración sus enemigos tendrían que huir. Y hoy es igual, mientras pongas a Dios en primer lugar, nada te va a infundir  temor, lo primero que debes edificar en tu casa, en tu vida, en tu familia es un altar a Dios.

Pero cuando decides empezar, el enemigo empieza también a trabajar y trata de desanimarte diciendo que no puedes, que no debes y trata de asociarte contigo, disfrazado de ángel de luz, pero en realidad lo que desea es que no edifiques. Esa es la artimaña que siempre ha utilizado (Esdras 4:2) y cuando no lo atiendes hace lo que todo derrotado, sino triunfo yo tampoco tu.

Entonces el pueblo de aquella tierra se puso a desanimar al pueblo de Judá, y a atemorizarlos para que dejaran de edificar (Esdras 4:4)

Enviaron cartas al rey y el rey consulto la historia del pueblo de Dios y encontró que reyes poderosos han reinado sobre Jerusalén, gobernando todas las provincias más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y peaje. (Esdras 4:20)

Entonces mando un decreto donde se ordenaba al pueblo de Dios suspender la obra y que la ciudad no fuera reedificada hasta que Él lo ordenara (Esdras 4:21)

Ahora son ellos los que tienen miedo de pueblo de Dios, porque Dios es dueño del engañador y del engañado (Job 12:16) Dios es justo y da su apoyo a quien lo busca y se refugia en su presencia.

La Biblia nos enseña a estar sujetos a las autoridades terrenales y por eso es que cesó la obra en la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia (Esdras 4:24)

Pero Dios no deja solo a su pueblo, y aunque tu no veas lo que está sucediendo Dios esta acomodando todas las cosas para tu beneficio y provecho, pues a los que aman a Dios todas las cosas obran para bien, ten esa convicción, Dios está contigo. Envió a sus profetas a dar palabra de aliento al pueblo. Entonces Zorobabel y Jesúa se levantaron y comenzaron a reedificar la casa de Dios y los profetas de Dios estaban con ellos (Esdras 5:1-2)

Pero sus enemigos no se quedaron de manos cruzadas e iniciaron una campaña contra la edificación de la casa de Dios, pero el ojo de Dios velaba sobre ellos y no les detuvieron la obra. (Esdras 5: 5)

Y ese mismo Dios cuida de ti, cada aspecto de tu vida de tu ser, Dios esta velando por ellos, por eso es importante edificar, antes que cualquier cosa, un altar a Dios, no un altar visible o que merezca aplausos, un altar en tu intimidad que solo vean tu y Él.

El caso es que estos gobernadores fueron ante el rey y le dieron la respuesta que los ancianos les habían dado. “Somos los siervos del Dios del cielo y de la tierra…” (Esdras 5:11), sabían quienes eran y así vivían, cuando el altar de Dios ha sido edificado el diablo no puede desanimarte, porque cuando conoces a Dios sabes quien eres tu.

La respuesta de Dios no se hizo esperar y el rey Darío encontró lo que había escrito el rey Ciro y todo era a favor del pueblo de Dios y para apoyar la edificación de la casa de Dios. (Esdras 5:3-5).

Dios está con nosotros y aunque parezca que todo se está derrumbando, no es así, su mano es invencible, su poder inagotable, deja de confiar en tus fuerzas y empieza a edificar en las fuerzas de Dios, no luches basado en tus conceptos apégate a lo que la Palabra te enseña y lo que Dios te dice, dedica más tiempo a edificar un altar en tu hogar, en tu familia, en tu intimidad, Dios se va a encargar de lo demás.

Los enemigos de Jerusalén salieron avergonzados porque contra Dios nadie puede (Esdras 6:6-10)

Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. (Romanos 8:37)

Samuel era un joven que creció en una casa donde se vivía en la presencia de Dios. Desde pequeño fue dedicado al servicio de Dios y su madre lo dejo en casa del sacerdote Elí, pero a Samuel le enseñaron todas las formas del ritual en el culto a Dios, pero lo más importante era desconocido para él, no conocía la voz de Dios.

Quizás porque en ese tiempo escaseaba la voz de Dios en medio del pueblo (2 Samuel 3:1), tanto que ni aun el sacerdote la escuchaba y cuando esto sucede es un peligro espiritual muy grande, porque estas a un paso de la muerte y no te das cuenta. Elí era una persona respetada por el pueblo porque era el sumo sacerdote, pero delante de Dios estaba siendo reprobado, no podía controlar a sus hijos, por eso lo primero en tu vida, en tu tiempo, en todo tu ser es un altar a Dios, no en la iglesia, sino en el hogar, en tu casa, con tu familia.

Samuel estaba creciendo en una casa donde todos eran servidores del templo, pero muy lejos de Dios. Pero Samuel siendo niño, ministraba delante del Señor y el niño Samuel crecía delante del Señor.

Un día Dios llamó a Samuel y este pequeño iba a donde estaba Elí, tres veces sucedió hasta que el sacerdote le dijo que contestará, para recibir las instrucciones de Dios. Hoy es tiempo que nuestros niños empiecen a escuchar la voz de Dios, pero lo van a hacer cuando nosotros les enseñemos.

Ese encuentro con Dios marcó para siempre la vida de Samuel hasta tal punto que “el SEÑOR no dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras” (1 Samuel 3:19) y “El SEÑOR se volvió a aparecer en Silo; porque el SEÑOR se revelaba a Samuel en Silo por la palabra del SEÑOR” (1 Samuel 3:21)

Elí estaba frente al altar y el arca de Dios pero no escuchaba la voz de Dios por su negligencia, y no hay tristeza mas grande que estar tan cerca de Dios y por nuestra pereza no buscarlo, Dios es muy claro y se lo dice a elí y a nosotros “Yo honrare a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco” (1 Samuel 2:30)

Cuando no conoces a Jesús vas a estar siempre como aquel paralítico en el estanque de Betesda, la Biblia nos enseña que había un estanque de agua y en ese lugar estaban muchos enfermos, pues cada tanto tiempo un ángel del cielo descendía y movía el agua y el primero que tocaba el agua era sano de cualquier enfermedad.

Y un día Jesús llegó a ese lugar y se dirigió a un hombre que tenía casi cuarenta años postrado en una camilla y Jesús le pregunta: ¿Quieres ser sano?, el hombre no da una respuesta, sino que empieza a quejarse, porque no hay quien lo meta al agua. Muchas veces Jesús llega a nuestra vida y nos pregunta lo mismo y nosotros no damos una respuesta empezamos a ver que nadie se compadece por ti, cuando Jesús esta frente a ti y te esta diciendo me tienes a mí, no necesitas a nadie mas, conmigo es suficiente, bástate de mi gracia, sáciate de mi agua, embriágate de mi Espíritu. Dios te quiere llevar a un nivel más alto de dependencia de Él. Un conocimiento profundo de su amor y poder.

Atrévete a disfrutar lo que Dios quiere hacer en ti, cambia tu perspectiva, no necesitas el estanque cuando el Señor del ángel está contigo, y cuando Jesús te pregunte ¿quieres? No lo pienses contesta inmediatamente sí.

O como aquel leproso que fue más atrevido, porque en el Reino de los Cielos los valientes arrebatan las bendiciones, los que luchan por ellas, el leprosos le dijo a Jesús, “si quieres puedes limpiarme” y la buena voluntad de nuestro Maestro fue “Sí, si quiero se sano”.

¿Realmente deseas lo que estás pidiendo? Entonces que esperas para empezar a buscar con todo tu corazón, es un trabajo, requiere dedicación y disciplina, en oración todo lo que pidas te será dado.

Prueba a Dios en todas las cosas y vas a descubrir un torrente de bendiciones inagotables y un poder ilimitado sobre tu vida.

Renuncia a ti mismo, a tus gustos, a tus sueños y empieza a cumplir lo que Dios ya ha puesto en ti y eso se consigue solamente sobre un altar, el altar que edifiques, que estas edificando o que deseas edificar principalmente debe ser en tu casa, en tu hogar, con tu familia y de esa manera serás grandemente bendecido, pues el que no provee para los suyos es peor que un infiel.

Dios desea bendecirte y que vivas en abundancia, pero créele a Él y muévete basado en su voz, Él habita en las alturas y en la santidad, si en tu vida hay santidad está contigo, y también con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu humilde y para vivificar el corazón quebrantado.

filosbec@hotmail.com   Los Mochis, Sinaloa, México

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