Espera en las Promesas de Dios

¿Qué pasa cuando Dios le hace una promesa? ¿Siempre la cumple inmediatamente? Si usted es como yo, quizás a veces ha tenido que esperar. El tiempo de espera es lo que yo llamo el “intermedio”. Lo que quiero compartir con usted es qué hacer durante este tiempo, entre la promesa y el cumplimiento.

Dios le hizo una promesa a Abraham que tomó veinte años para cumplirse. Así que sea lo que sea el tiempo que debe esperar, necesita seguir creyéndole a Dios y recuerde la promesa que él le hizo, ya sea algo que puso en su corazón o algo directo de la Palabra. De la misma manera que lo hizo con Abraham, Dios no va a olvidar la promesa que le hizo. Él la llevará a cabo.

Una promesa de Dios

Cuando Abraham y Sara eran ya viejos, Abraham le pidió a Dios un heredero porque no podían tener hijos. Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo: -Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia! (Génesis 15:5 NVI).

La Escritura dice que Abraham le creyó a Dios. Él creyó la promesa sin reservas. Ahora bien, usted quizás no entienda en su totalidad por qué eso es tan maravilloso al menos que verdaderamente entienda las circunstancias de Abraham y Sara. Mire, Abraham tenia 80 años y Sara tenia 70 años cuando Dios le dio la promesa a Abraham. Pero a pesar de que el tener un hijo era algo más allá de lo que podía pasar naturalmente, Abraham continuo creyéndole a Dios.

Creo que ese día que Dios lo llevo afuera de la tienda fue muy emocionante para Abraham y supongo que el día que Isaac nació fue muy emocionante también. Pero y ¿qué acerca del tiempo intermedio-los veinte años que tomó a que Isaac naciera?

Continúe creyendo mientras espera

De la misma manera en que Abraham y Sara esperaron, nosotros también pasamos mucho tiempo en espera y muchas cosas importantes pasan durante este tiempo. Es cuando somos probados. Es cuando nos volvemos verdaderos hombres y mujeres de Dios y es durante este tiempo cuando nos damos cuenta si verdaderamente confiamos en Él.

No es muy difícil obedecer a Dios y creerle cuando siente o ve las cosas en movimiento o cuando está recibiendo la promesa. Pero se requiere más fe para pasar por este “intermedio” y no darse por vencido con Dios cuando no ve o siente algo. Necesitamos recordar esto: si vamos a esperar en Dios y recibir las cosas de acuerdo a su voluntad en lugar de hacerlo por sí mismos, tendremos gozo desde el comienzo de la promesa hasta que se lleve a cabo.

Así que Abraham espero esos veinte años. En Romanos 4:18 (NVI) dice: “Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia! Cuando al fin Isaac llegó, la promesa de Dios fue cumplida. Abraham tuvo su propio hijo, nacido de una manera supernatural, de una mujer quien no podía tener hijos.

Cansado de esperar en Dios

Necesitamos estar en guardia de no cansarnos mientras esperamos. A lo largo del camino Abraham y Sara se cansaron y se desviaron de la promesa de Dios. Cansada de esperar, Sara fue a Abraham y le sugirió que tuviera un bebé con la sierva Agar, porque Sara no podía tener hijos. Ella tenía una idea y pensó que estaba ayudando al plan de Dios y Abraham la escuchó e hizo lo que ella le sugirió.

Pero cuando Agar estaba embarazada, Sara y Agar se llenaron de menosprecio la una por la otra. Sara culpó a Abraham por todo y en lugar de tener un milagro, ellos tenían un lio. Agar dio a luz a Ismael quien no vivía en pacto con Dios y su vida estaba llena de hostilidad (leer Génesis 16:12; 17:20-21).

Hay dos maneras en las que podemos vivir:

• Lo supernatural (Isaac) -Dios da una promesa, cuando logra pasar por el intermedio y recibir la promesa.

• La carne (Ismael) -Usted escucha lo que Dios dice, se cansa de esperar y hace lo que usted quiere.

Desafortunadamente, muchos de nosotros creamos nuestros propios Ismaeles. Usted quizás este tratando con un lío ahora mismo por algo en lo que usted se envolvió tratando de hacer que algo sucediera a su tiempo en lugar de esperar el tiempo de Dios. Pero las buenas noticias son que no tiene que permanecer en ese lío. La gracia de Dios le ayudará a cambiar esas situaciones para bien.

Decida que cualquiera que sea “el intermedio” por el que tiene que pasar, usted continuará creyéndole a Dios. Va a tener que prepararse para pelear la buena batalla de la fe y estar dispuesto a decir: “Llegue para quedarme. No vuelvo atrás. Prosigo hacia adelante y voy a ser quien Dios quiere que sea. Voy a hacer lo que él quiere que yo haga y voy a tener lo que él quiere que tenga… ¡sin importar lo que tarde!

Por Joyce Meyer. www.ministeriosjoycemeyer.org

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