Fundamentos para el liderazgo cristiano en la familia

Título: Fundamentos para el liderazgo cristiano en la familia

Base Bíblica: Tito 1:5-9

Introducción:

Un buen cristiano se distingue por su testimonio de vida. No solamente es aquello que pone de manifiesto en el interactuar cotidiano con sus compañeros de trabajo o en la calle, sino por su comportamiento—palabras y acciones—al interior de su familia. Es un distintivo que marca la diferencia en todo lo que hace. Los creyentes que tienen buen gobierno en casa, en donde dan buen testimonio, sin duda son los que están llamados a liderar con eficacia en la iglesia. Un listado de las características que deben rodear a ese líder efectivo, lo hallamos en la carta del apóstol Pablo a Tito.

I. La importancia de ejercer liderazgo cristiano en la familia (vv. 5, 6)

  1. Los cristianos del primer siglo se ocuparon de establecer líder en la iglesia, que ante doto, fueran líderes en su propia familia (v. 5)
  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, tenía un distintivo: Su testimonio de vida (vv. 6 a, 7 a)

“El que fuere irreprensible…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, estaba enfocado a fortalecer la relación de pareja (v. 6 b)

“… marido de una sola mujer…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, formaba a sus hijos en principios de la fe cristiana (v. 6 b)

“… y tenga hijos creyentes…”

II. La importancia de ejercer liderazgo cristiano sobre nosotros mismos (v. 7)

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, no se dejaba gobernar por las emociones negativas (v. 7a)
  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, guardaba su testimonio familiar y social (v. 7 b)

“…como administrador de Dios…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, demostraba humildad y sencillez (v. 7 c)

“…No soberbio…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, debía tener pleno control de sus emociones (v. 7 d)

“…no iracundo… no pendenciero…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, no se dejaba gobernar por sus deseos e inclinaciones (v.7 e)

“… no dado al vino… no codicioso de ganancias deshonestas…”

III. La importancia de ejercer liderazgo cristiano en el ministerio (vv.8, 9)

1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, se esmeraba por agradar a Dios (v. 8 a)

“… amante de lo bueno…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, mostraba equilibrio en todas sus actuaciones (v. 8 b)

“Sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, vivía la palabra de Dios cada día (v. 9 a)

“Retenedor de la palabra fiel como ha sido enseñada…”

  1. Quien lideraba en la iglesia y en la familia, enseñaba a otros (v. 9 b)

“…que también pueda exhortar con sana enseñanza…”

Conclusión:

Los cristianos libramos batallas constantes con nuestras emociones, con nuestros traumas—si todavía no hay sanidad en nuestro mundo interior—con nuestros miedos y las expectativas presentes y futuras, que en muchas ocasiones nos desencadenan ansiedad e inseguridad. ¿Enfrenta un líder cristiano este tipo de emociones encontradas? Por supuesto que sí. Aun cuando sea nacido de nuevo y tratado por Dios. Sin embargo, lo que le asegura el éxito es una dependencia permanente de Dios. Él nos ayuda a superar hechos críticos del pasado y del presente, a vivir plenamente y a transferir esas condiciones de dominio propio a la familia y a los miembros de la iglesia en la que nos desenvolvemos.

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