La Bendición de Dar | ¿Qué dice la Biblia acerca de los Pobres?

PRÉDICA CRISTIANA / SERMÓN

La Biblia está llena de poderosos principios que, al ser aplicados traen bienaventuranzas y bendiciones abundantes a la vida de aquel que los practica. Uno de esos principios de abundancia descansa en la bendición de dar, basándose principalmente en la ayuda a los pobres o más necesitados (Deut.15:4). “Bienaventurado el que piensa en el pobre” o “A Jehová presta el que da al pobre”, nos describen bíblicamente la bendición de dar al pobre. Esto también nos permite reflexionar y preguntarnos: ¿Qué dice la Biblia acerca de los pobres? ¿Por qué hay bienaventuranzas en ayudar al necesitado?

POBREZA | LO QUÉ DICE LA BIBLIA ACERCA DE LOS POBRES

Ser pobre o tener pobreza, es aquel estado o condición en donde hay escasez o falta de riquezas. Esta condición de pobreza, no debe ser confundida con la pobreza de espíritu (Mt.5:3), ya que esta se refiere a un estado de necesidad espiritual. Antes bien, ser pobres en la biblia representa una condición de escasez o necesidad material, que Dios no quería que alguien de su pueblo tuviera.

Es muy cierto que una persona podía ser pobre y poseer la sabiduría para ser rey o dirigir una ciudad (Ec.4:13,14; 9:15,16). Sin embargo, aunque alguien podía nacer pobre, Dios le proveía de promesas y principios para ser prosperado abundantemente. Lo que dice la biblia acerca de los pobres, describe muchas razones por las cuales alguien podría caer en la pobreza.

RAZONES BÌBLICAS PARA CAER EN ESTADO DE POBREZA.

Aunque ser pobre no es un pecado, la pobreza ciertamente es la causa de desmayo o ruina de quien la vive (Pr.10:15). La Escritura describe a la pobreza como la consecuencia de malas decisiones (Pr.13:18), llegando a compararla con un hombre armado que ataca (Pr.6:11; 24:34). Había algunas razones específicas, por la cual alguien era pobre o podía caer en estado de pobreza. Es debido a estas diversas razones, que Dios afirmó que nunca dejaría de haber pobres en la tierra (Deut.15:11).

  • Las enfermedades o accidentes podían impedir que alguna persona trabajase temporal o permanentemente, haciéndola sumergir en un estado de pobreza.
  • La muerte podía ocasionar que algunas personas quedaran huérfanas o viudas, dejándolas desamparadas y desprovistas (1ªR.17:10-24).
  • La desobediencia era la causa de calamidades, sequias, e invasiones de pueblos extranjeros, que traían pobreza a la tierra (Deut.28:15-68; Jue.6:1-6; 1ªR.17:1; 18:17).
  • La pereza y negligencia eran otras de las causas por la que una persona podía caer en pobreza (Pr.6:10,11; 10:4; 19:15; 20:13; 24:30-34).
  • El que ama los placeres y excesos como la glotonería y borrachera también sufrirá la pobreza (Pr.21:17; 23:21).

La pobreza era una condición tan peligrosa, que podía hacer que una persona blasfemara contra Dios y cometiera actos ilícitos como robar (Pr.30:8-9). Con el propósito de evitar que alguien cayera en la pobreza, la ley de Dios proporcionaba condiciones para ayudar al pobre o necesitado. Estas condiciones legales le permitían a la persona que había caído en desgracia, enfrentarse a la pobreza y recuperarse.

¿Qué disposiciones legales había en la ley de Dios para ayudar al pobre a salir de la pobreza?

LA LEY DE DIOS Y LA POBREZA

Cuando el pueblo de Israel vagaba por el desierto, Dios les dio leyes y mandamientos para vivir bien cuando habitaran la tierra prometida (Deut.4:40). Dentro de esas leyes se encontraban ordenanzas especiales que brindaban ayuda para los pobres y necesitados. Esas ordenanzas buscaban garantizar la provisión al pobre, así como evitar que la pobreza se perpetuara a su descendencia. Entre esas leyes provistas por Dios para ayudar al necesitado se encuentran las siguientes:

a) Leyes Humanitarias para el huérfano, la viuda y el extranjero.

Existen muchas leyes humanitarias que instaban a sustentar y evitar hacer daño al huérfano, a la viuda y al extranjero (Éx.22:22-23). Estos representaban el eslabón más débil de la sociedad, por lo tanto Dios estaba pendiente de ellos en ayudarles y protegerles (Deut.10:17-19; 24:17-18; 26:12-13; 27:19).

b) La Ley del Rebusque

Dios pedía a quienes cosechaban, a que no recogiesen todas las espigas de los campos, ni rebuscasen frutos de los huertos y viñedos. Estos debían ser dejados para los pobres, para que no tuvieran que mendigar o recurrir a actos ilícitos para obtenerlos (Lev.19:9-10; 23:22; Deut.24:19-21).

c) Prestamos sin intereses

En medio de la necesidad, un israelita podía pedir prestado sin pagar intereses, además debía ser tratado con generosidad y respeto (Éx.22.25-27; Lev.25:35-37; Deut.15:7-10). Los préstamos también debían ser perdonados a los israelitas en el año de la remisión (Deut.15:1-6). Esto traería bendición sobre la tierra y sobre la vida de aquellos que cumplieran fielmente esta ordenanza.

d) Restitución el año del Jubileo

Al estar pasando por un período de austeridad, una persona podía vender sus propiedades o venderse a sí mismo como esclavo durante un tiempo. Esto se hacía con el propósito de no padecer necesidad, garantizándole la posibilidad de recuperar todo en el año del jubileo (Lev.25:25-28, 39-54). Esta ley garantizaba que la pobreza de una persona no trascendiera a las generaciones venideras, sino que sus bienes fuesen devueltos para empezar de nuevo.

e) Ofrendas de menor valor

La ley permitía que los más pobres pudiesen presentar ofrendas de menor valor en el santuario (Lev.12:8; 14:21,22; 27:8). La ofrenda era proporcional a la condición económica de aquel que la presentaba, con el fin de no ser una carga para el oferente.

LA BENDICIÓN DE DAR | LA AYUDA AL NECESITADO

Así como la ley de Dios garantizaba la provisión del pobre, también prometía bendiciones a aquel que daba sin mezquindad (Deut.15:10). La bendición de dar al necesitado, era reflejada en que Dios prometía prosperar todo lo que una persona emprendiera, si ésta era dadivosa. La Biblia contiene una gran cantidad de promesas de bendición a aquel que da al pobre en medio de su necesidad. Esta bendición de dar se traducía en riquezas, abundancia, bienaventuranzas, prosperidad y grandes bendiciones.

a) Más Bienaventurado es Dar que Recibir

Ser bienaventurado significa ser supremamente bendecido, bendito, afortunado, dichoso, feliz. El apóstol Pablo recordó unas palabras de Jesús al decir que “más bienaventurado es dar que recibir” (Hch.20:35). Esto describe el acto de dar, como una práctica que trae bendiciones abundantes, así como gozo y felicidad por ser de bendición a otros (Pr.22:9). Aparte de ser bienaventurado, pensar en el pobre garantiza que Dios le librará cuando vengan tiempos malos (Sal.41:1).

b) Dar al pobre es un prestamo a Dios

Cuando alguien es generoso con el pobre o necesitado, Dios lo toma como si fuese un préstamo personal que le hacen a Él (Pr.19:17). La bendición de dar al necesitado se convierte en un préstamo a Dios, el cual será retribuido sin lugar dudas. Dios es fiel a sus promesas (2ªCor.1.20), por lo tanto quien ayuda al necesitado, tiene garantía de que Dios le bendecirá abundantemente.

JESÚS Y LA AYUDA A LOS POBRES

Jesús tenía un interés personal en torno al cuidado de aquellos que tenían bajos recursos. Él y sus discípulos tenían destinado un fondo especial para ayudar a los pobres o necesitados (Mt.26:9-11; Mr.14:5-7; Jn.12:5-8; 13:29). Para Jesús ayudar o no al necesitado, era la causa por la que algunos irían a la vida eterna y otros al castigo eterno (Mt.25:31-46). Así mismo Jesús demostró un especial interés en las multitudes que no tenían que comer, y de aquellos que padecían enfermedades (Mt.14:14-16; 15:32).

LA IGLESIA APOSTÓLICA Y LA AYUDA A LOS POBRES

Este mismo interés en compartir y ayudar al necesitado, se vio demostrado en los años venideros por la iglesia apostólica (Hch.4:32-35). Muchas de las ofrendas recaudadas eran para ayudar a aquellos hermanos que padecían necesidad, o que se encontraban en austeridad (Rom.15:26; Gál.2:10). Aunque habían momentos en los cuales olvidaban esta práctica (Stg.2:2-9, 15), generalmente la iglesia ayudaba a aquel que requería la ayuda.

De igual manera, las autoridades apostólicas fomentaban que los creyentes trabajaran y ganaran el sustento con el sudor de su frente (2ªTes.3:7-11). Así mismo exhortaban a abandonar el robo y otras prácticas ilícitas, promoviendo el trabajo para así poder compartir con el necesitado (Ef.4:28). Sin duda alguna, los creyentes en tiempos apostólicos creían en la bendición de dar al pobre y necesitado.

CONCLUSIÓN

Dios ha prometido bendecir a aquel que tiende su mano al pobre. De hecho, Dios mismo ha prometido que el pobre no será olvidado para siempre y que su esperanza permanecerá (Sal.9:18). Esta confianza es muestra de que Dios siempre estará presente aún en los tiempos de austeridad, y que siempre contaremos con su ayuda. Nadie está excepto de vivir momentos de pobreza y necesidad, sin embargo Dios nos ha ofrecido su ayuda para prosperar abundantemente. Igualmente nos ha llamado a bendecir a otros, y a tender nuestra mano a aquel que la necesite. La bendición de dar no consiste en que damos para Dios no dé, sino en que damos porque ya hemos recibido de Dios (1ªCor.4:7).

Dios te bendiga!!!

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Alexander-Guerrero

Por Alexander Guerrero

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