El hombre está expuesto a muchos miedos. Es por está razón que Dios, como Padre, se aseguró que sus hijos comprendieran que no debían temer. La Biblia dice más de 350 veces la frase “no temas”
También dice, que nadie ha podido ver a Dios. Y aquellos que con mucho temor y reverencia pudieron hablar con Él, cuando terminaron de hablar, brillaron de tal manera que se tenían que tapar el rostro. Porque nadie lo podía mirar.
Cuando Moisés bajó del monte Sinaí, después de haber estado con Dios, y recibir las Tablas de la Ley, tuvo que cubrirse el rostro, porque brillaba de tal manera, que no podían mirarlo al rostro.
Dios sabía que no podíamos mirarle, y por lo tanto, dejó su Gloría, se vació de su Gloria, y vino a nacer en un pesebre, rodeado de olor a estiércol, rodeado de animales.
¿Para qué? Para que no tuviéramos miedo.
El saludo que se escucha de los seres angelicales en la Biblia es:
“No temas”.
Lo primero que le dice un Ángel a un hombre cuando se le aparece es:
“No temas” “No tengas miedo”.
Cuando el Señor se apareció a los discípulos en el barco, en medio de una tormenta, lo primero que le dice:
“no tengan miedo, soy Yo”
Y cuando el ángel se le apareció a Ezequiel y a Daniel, cayeron de cara al suelo, porque no podían resistir la gloría del cielo. Y ellos, le dicen:
“No temas, No temas”
Los ángeles usaban ese saludo, como nosotros decimos, buenos días, ¿cómo está?
En vez de decir, buenos días ¿cómo está? Ellos dicen:
“No tema”
Yo le digo buenos días ¿cómo está?, porque usted, no me tiene miedo. Pero si fuera un Ángel, que se le apareciera, tendría miedo. Lo primero que le diría, sería:
“No temas”
El Señor, se hizo hombre, para que podamos verlo sin tener miedo. Para poderlo saludar, sin tener miedo. Dios se hizo un bebé, para que no tuviéramos miedo.
Así ama Dios.
Él se vació de su Gloria, se hizo como uno de nosotros. Recordemos por qué.
Por amor a usted y por amor a mí.
Nos amó de tal manera, que ÉL, quiso hacerse como usted y como yo. Se vistió de usted. Tomo su humanidad, y Él, se la puso encima. Él se vistió de usted y de mí. De tal manera, que ahora cuando lo veamos, lo vamos a ver como nos vemos a nosotros mismos. Pero Él, fue más allá:
Dice el profeta Isaías, que Él cargo sobre Si mismo, el pecado de todos nosotros. No solo se vistió de usted, sino que tomó su humanidad y se la puso. Tomó su pecado y se lo puso también. Y por ese pecado, fue a la cruz del Calvario, por nosotros, por amor.
En SU Amor
Dr. José Pérez, Ph. D.- D.C.
Siervo frágil que sirve a un Dios poderoso
Reflexiones Vida Plena
Ministerio Cristiano Más que Vencedores
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