Juan 12:1-8 "Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Entonces María tomó una libra de
perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus
cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote
hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos
denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era
ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús dijo: Déjala; para
el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros,
mas a mí no siempre me tendréis".
Introducción
En la conferencia pasada hablamos sobre la resurrección de Lázaro de entre los muertos.
Hablamos sobre el trauma, sobre la experiencia que Jesús tuvo estando al lado de la tumba,
llorando y atribulado. Y ese corazón atribulado, mezclado con pesar e ira le impulsó a ir contra
las puertas de la muerte y rescatar a un discípulo querido que había confiado en Él.
Lázaro fue restaurado y ese día fue el momento crucial en el ministerio de Jesucristo porque ésta
era la gran señal climática de las siete grandes señales en el evangelio de Juan. Era para entonces
que los líderes religiosos, los judíos, los fariseos, los escribas, empezaron a confabular para
destruir a Jesús.
De algún modo ellos tenían que sacarlo de en medio porque ellos temían que el mundo entero
iría tras Él y creería en Él. Ellos temían que Él causara un levantamiento que hiciera que los
romanos vinieran y les quitaran su lugar, su templo. Ellos temían que la nación ente ra fuera
destruida.
Así que, ellos procuraban matar a Jesús. Pero esa misma acción que ellos tomaron para intentar
asegurarse que conservarían su historia, su nación, sus tradiciones, su templo y todo lo demás,
esa misma acción que ellos tomaron para conservar su estilo de vida religioso fue la acción que
causó que lo perdieran todo. Porque los romanos vinieron y destruyeron su templo, los romanos
destruyeron su nación y todo lo que ellos usaron para venir contra Jesús. ¡Lo perdieron todo!
Esta noche, le diré que a lo que usted se aferra es lo que le impide ceñirse totalmente de
Jesucristo, eso le destruirá. Cualquier cosa a la que usted se aferre en vez de aferrarse a
Jesucristo impulsará una fuerza de reacción en cadena en su vida que finalmente le llevará a su
destrucción absoluta.
A. El regalo extravagante de María
1. La cena en Betania
En este contexto nosotros llegamos a uno de los incidentes más bonitos que ocurriera en el
ministerio de Jesús. Jesús volvió a Betania donde Él había resucitado a Lázaro de entre los
muertos. Lázaro y sus hermanas le hicieron una cena especial a Jesús. Ellos le honraron así. Ellos
disfrutaban de Su compañía y le apreciaban. Ellos le amaban y quisieron demostrárselo de esta
manera. Así que ellos hicieron una cena.
2. El impulso del amor
Ser acercaba ese gran evento de la Fiesta de la Pascua en Jerusalén y ellos habían llevado a Jesús
allá para honrarlo, y, le prepararon esta cena. Mientras Él estaba en la cena, de repente, María
fue conmovida con tan grande amor que ella quiso expresárselo a Jesús. Era tal esa gran
expresión de amor hasta el punto que, ya veremos, simplemente era extravagante. De eso es lo
que hablo esta noche en este mensaje, de la extravagancia del amor.
3. El preciado perfume de nardo
De súbito ella vino con una libra completa, una libra de preciado perfume de nardo. Un tipo de
perfume y ungüento que se usaba hace algún tiempo en esos lugares, muy valioso y muy caro,
según nos dice la Biblia. Después nos damos cuenta que quizás pudo haberse vendido por
trescientos denarios (o peniques como se traduce en la versión Reina Valera). Esto equivale
aproximadamente al salario anual de un trabajador. Estamos hablando del sueldo de un
trabajador por un año entero. Ese era el precio de esta libra de ungüento perfumado que María
trajo para ungir los pies de Jesús. Este tipo de aceite fragante y especias mezcladas es el tipo que
crece en el norte de India, muy preciado, muy costoso y ella lo había guardado para aquella hora.
4. El lavatorio de los pies de Jesús
En primer lugar, ella empezó a lavar los pies del Señor con sus lágrimas. Si usted compara lo que
se describe en los evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas con respecto a esta ocasión,
usted verá a una mujer arrodillada a los pies de Jesús llorando y bañando Sus pies con lágrimas.
Qué acto de amor y humildad cuando alguien viene y se arrodilla a los pies de Jesucristo y con
corazón contrito derrama de su alma lo que está en su interior.
Si usted quiere tener una de las experiencias más lindas de su vida, aprenda lo que significa venir
a Él en oración, arrodillándose ante los pies de Jesucristo y humillándose ante Él, dejando que
sus lágrimas caigan en el altar, como si usted simbólicamente las dejara caer a Sus pies.
Entonces ella tomó este costoso perfume y simplemente empezó a cubrir Sus pies con este
ungüento. Luego ella empezó a enjugar los pies del Señor con su cabello. Doblándose tan bajo y
con su cabello suelto que le cubrí su cara, ella empezó a enjugar el exceso de este ungüento de
los pies del Señor.
5. Un amoroso acto de humildad
Aquí ella estaba usando la parte más gloriosa de su cuerpo. La Biblia dice que el cabello de una
mujer es su gloria y ella estaba enjugando la parte más humilde del cuerpo humano, los pies, con
la parte más gloriosa. Lo que nos lleva a mencionar que en esa época en particular, el evangelio
de Juan hace gran mención sobre los pies – sobre el lavatorio de los pies, sobre el ungir de los
pies. Tomaba cierto tipo de humildad para que una persona tocara los pies de alguien más.
Veremos algo más sobre esto en el capítulo trece, en el episodio del lavatorio de pies.
Inclusive el tocar los pies de alguien más era algo que estaba por debajo de la dignidad de la
mayoría de las personas. Usted no podía ordenarle a su sirviente que lavara sus pies e incluso
que tocara sus pies. Si usted tenía un esclavo, o si poseía un esclavo, entonces usted podía
ordenarle que tocara sus pies y que lavara sus pies.
6. Un recuerdo conmemorativo
Cuando María entra, poniéndose más bajo que una sirviente, poniéndose como una esclava a los
pies de Jesús, lavando Sus pies y enjugándolos con su cabello, ella lo hace como un acto de amor
altruista. Este es un acto de tal humildad que los otros evangelios hablan sobre esto diciendo:
"De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se
contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella" (Mateo 26: 13).
Quisiera decirle que si usted quiere ser recordado, si usted quiere edificar un monumento
conmemorativo en su vida, entonces aprenda lo que significa rendirse a los pies de Jesús en
humildad, mostrándole su amor, rindiéndole culto; así, usted edificará un monumento para su
vida. Las personas que sosn jactanciosas y llenas de orgullo, las personas que han pasado por la
historia y quiénes estaban llenas de orgullo y soberbia, personas que han pisado a otras personas,
dichas personas han sido olvidadas hace mucho tiempo. Pero las almas humildes que han servido
a Dios y han servido a sus hermanos y hermanas, que han servido a su prójimo, las personas que
han sido vestidas de humildad que son genuinas y sinceras, las personas que viven como libro
abierto sin cubrirse con cierto tipo de fachada hipócrita, las personas que han derramado su alma
en el altar del servicio para los otros y el mundo, esos nombres viven por siempre y para siempre
porque ellas han honrado a Dios al honrarse los unos a los otros.
Aquí esta mujer está enjugando Sus pies, derramando todo ese ungüento preciado en Sus pies.
Marcos dice: "y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza" (Marcos 14:3).
Éste no era el tipo de sacrificio donde uno se extiende y solamente toma un poco del perfume
preciado para enjugar Sus pies. Ella lo usó todo.
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7. La belleza de la adoración amorosa
Oh, quiero decirle el verdadero amor a Jesucristo y el verdadero amor al Maestro le impulsa a
venir ante Él con un corazón contrito, con una vida quebrantada sin guardar nada. Usted dice,
"Aquí estoy Señor, toma todo de mí, todo lo que tengo, todo lo que soy y todo lo que seré en la
vida. Lo pongo todo en Tus manos. Lo pongo todo a Tus pies. Te honro con ello, con todo".
La Biblia relata que la casa fue llena de esa fragancia, llena del aroma del ungüento. Oh, la
belleza que emana de un corazón amoroso que se doblega ante el Señor. Oh, la belleza que sale,
la fragancia que emana cuando las personas se rinden en adoración a Dios en espíritu y en verdad
– esa fragancia y ese aroma de santidad y amor que emanan y llenan la casa para siempre. Los
corazones humildes honran a Jesucristo. Qué bonito. Es el panorama más bonito en todo el
mundo.
Oh, permítame decirle que cuando usted viene con corazón abierto, con un corazón contrito y en
humildad vierte ese amor a los pies de Jesús, esa es una linda vista que envía una fragancia de
sacrificio y aroma que suben hasta el trono de la gracia.
B. La oposición de la crítica
1. Oposición expresada por Judas Iscariote
Cuando usted ama a Dios alguien va a criticarle. Judas Iscariote habló diciendo: "¿Por qué no fue
este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?" La Biblia también dice:
"Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa,
sustraía de lo que se echaba en ella".
Aquí se presenta a un hombre lleno de codicia. Aquí se presenta a un hombre avaro, tacaño, que
llevaba la tesorería, que se aferraba a cada centavo que entraba tratando de manipularlo y usarlos
a su conveniencia y como a él le placía. Cuando todos los demás hacían un regalo de amor a
Dios, él era envidioso y celoso. Pienso que quizás él tiene alguna parentela en este mundo. Hay
algunas personas que nunca honran a Dios y que nunca dan mucho, que no honran a Dios con
sus diezmos y sus ofrendas, que no honran a Dios entregándose en el altar y viviendo una vida de
humildad. Ellos se sientan a criticar a los demás.
2. La oposición reprendida por el Señor
Pero escuche, quiero decirle lo que pasa después. Jesucristo se interesa en usted cuando usted
viene y le entrega su todo, cuando usted le entrega su vida. Como ve, por cada Judas que habla
en contra de la extravagancia del amor, Jesucristo reconoce y premia ese acto cuando usted es
extravagante en su amor hacia Él. ¡Aleluya! Porque aquí Él les dice a todos y a Judas en
particular: "Déjala".
3. La oposición actual
Creo que me hubiera gustado estar presente en ese momento. Creo que Él habló muy
severamente cuando miraba a Judas Iscariote y le dijo: "Déjala". Esto me lleva a pensar y me
ayuda a entender hoy que cualquiera que se arrodilla ante Jesús, aunque esté dando un amor muy
extravagante, el Señor estará a su lado y le reconocerá. Él saldrá a su defensa y si usted tiene
críticos alrededor suyo, que no les gusta lo que usted está haciendo, Él saldrá a su defensa. Él
dirá a sus críticos, "Déjala (o). Déjenle hacer lo que quiera. Déjenle verter su corazón. Déjenle
derramar su vida, déjenle". ¡Aleluya!
Quiero decirle que cuando usted intenta hacer algo para Dios, Satanás viene con voz de crítica y
con voz de tropiezo e intentará desviarle o de hacerle pensar lo contrario, intentará avergonzarle
o apelar ante usted de diferentes formas para evitar que usted llegue ante Jesucristo. Satanás
quiere que usted se retire a un tipo de caparazón que lo atará a cierto tipo de miseria y tacañería
que le provocará retirarse a una vida improductiva, árida y vacía.
Ese es el plan de Satanás. Él quiere paralizarle e impedirle descubrir lo que significa rendirse
incondicionalmente ante Jesucristo y servirle de todo corazón, alma, mente y con todas las
fuerzas. Lo que él quiere es usurpar la bendición que usted recibe cuando rinde completamente
su corazón y vive para Dios.
Pero por cada crítico que venga y se interponga en su camino tratando de obstaculizarle e
intentando detenerle al entregarse a Cristo, Jesús está siempre a su lado. ¡Aleluya! Él le dice a los
críticos y le dice a sus enemigos, "Déjenlo (a), déjenlo (a) en paz. Hay una razón para lo que ella
hace. Hay una razón para lo que él hace. Hay una razón para esta causa extravagante que ustedes
ven, él (ella) lo hace con un corazón amoroso". El verdadero amor por Jesucristo nunca revisa la
etiqueta del precio. Simplemente dice, "Señor, traigo este obsequio y todo lo que tengo lo pongo
en Tus manos". El verdadero amor nunca riñe por e l precio. Solamente deja todo en las manos de
Jesús.
C. La alabanza del Señor
Luego, Él explica y nosotros entendemos de lo que se trata. Él dice: "para el día de mi sepultura
ha guardado esto". Yo no sé por cuánto tiempo ella había tenido el ungüento. No sé cuándo ella
fue a comprarlo. No sé cuánto se necesitaba. Quizás tomó todos los ahorros de su vida para
comprarlo. Pero había un sentimiento en su corazón de mostrar su amor al Maestro. Ella nos
muestra aquí que ella entendió mucho mejor que nadie lo que significó cuando Jesús estaba al
lado de esa tumba llorando. Ella sabía, juntamente con Jesús, que al Él darle vida a su hermano,
Él estaba firmando Su propia sentencia de muerte.
Cuando María vino a comer y Marta vino a servir, antes de que María pudiera comer un bocado,
ella miró al otro lado de la mesa y allí estaba sentado Lázaro resucitado. Ella podía recordar el
momento cuando ella fue un poco impaciente y dijo: "Señor, si hubieses estado aquí". Pero
ahora, nada más que amor fluía de su corazón porque ella miraba a Lázaro y lo veía vivo y sano,
vivirá hasta una vejez avanzada y morirá de muerte natural algún día. Pero no iba a ser así con su
Señor.
Esa misma mirada con la que vio a Lázaro del otro lado de la mesa ahora se vuelve hacia Jesús y
ella sabe que Él morirá pronto porque Él le dio vida a Lázaro. Con un corazón compulsivo, de
amor incontrolable, ella viene y da todo lo que tiene. Y Jesús dice, "está bien. Ella entiende que
mi día se acerca y ella ha hecho esto en preparación de mi entierro", porque ese mismo perfume
se usaba no solamente para perfumar, sino también para preparar los cuerpos para el funeral.
Pensamos en la muerte como algo oscuro y horrible, pero en este caso había un olor fragante de
nardo puro que llenaba el lugar. La dulce fragancia del perfume llenaba la casa, la dulce
presencia de Jesucristo y la dulce presencia de ese amor altruista fluían en el ambiente. Pareciera
que la muerte fuera bienvenida. La muerte es bienvenida. Porque con la llegada de la muerte,
vida eterna es dada a todos los que creen.
Pastor Billy Wilson