LA LIBERACIÓN DEL ENDEMONIADO GADARENO (Devocional No. 078)

LA LIBERACIÓN DEL ENDEMONIADO GADARENO
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)

Los discípulos de Jesús acaban de atravesar una tormenta en el mar de Galilea, tormenta que ninguno esperaba, ni vieron antes de embarcarse (recordemos que ellos eran pescadores de éste mar), pero fue un obstáculo a superar camino a Gadara, lugar de uno de los más grandes milagros en el ministerio de Jesús, pero el enemigo les estorbó e intentó su muerte, o por lo menos hacerlos volver. Definitivamente, detrás de grandes obstáculos, hay grandes victorias…

LA LIBERACIÓN DEL ENDEMONIADO GADARENO (Devocional No. 078)
“Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo”, Mr. 5:6-8.
La Biblia nos enseña la realidad del conflicto en el mundo espiritual, y Dios requiere un ejército con actitud de batalla. La palabra Gadarenos es derivada de “Gad”, una de las doce tribus de Israel, es decir los gadarenos ancestralmente hablando eran pueblo de Dios, vivían en esta tierra que les entregaron como herencia, aquí es donde crecieron y se desarrollaron.
El significado de Gad es “tropa, ejército, soldados”, es decir un ejército de Dios, éste era el oficio de los gadarenos, pero es interesante que se dedicaron a apacentar cerdos (en la Biblia los cerdos son figura de lo inmundo), seguramente dieron lugar al pecado, y pasó a ser un territorio dominado por espíritus inmundos. Esto nos enseña que los de la tribu de Gad, estaban como un ejército, pero no del lado de Dios para cumplir su comisión y diseño, sino que estaban engañados e influenciados por el enemigo, en contra de la voluntad de Dios, desarrollando un propósito contrario para el cual fueron diseñados. El arma más antigua de Satanás es el engaño.
La batalla espiritual es real y se desarrolla en un marco de legalidad. Observamos el texto: “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región… Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos”, Mr. 5: 9-12.
En ésta porción de la Escritura vemos varias cosas muy importantes:
1. Los espíritus inmundos reconocen a Jesús, se sujetan a su poder y autoridad (la batalla no es producto de la imaginación, es real, sus resultados se ven en el mundo natural).
2. En un solo hombre habitaban muchísimos espíritus inmundos (legión: era un término para designar una tropa de 3.000 a 6.000 soldados romanos).
3. Solicitan no ser expulsados de aquella región: expresan territorialidad (lo más probable es que habían sido designados por satanás para gobernar y traer destrucción a aquella región).
4. ¿Por qué escogen los cerdos?
a. Era la principal actividad económica de la región (lo que indica mayoría gentil, pues los judíos no cuidaban cerdos).
b. El cerdo en la mente judía simboliza: inmundicia, impureza, pecado.
c. Los demonios procuran un ambiente acorde con su naturaleza, por eso son llamados también “espíritu inmundos” (habitan en la inmundicia, la maldad, el pecado, la inmoralidad, etc). Debemos procurar crecer en el conocimiento de la batalla espiritual.
La victoria requiere decisiones firmes en Dios, “Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos”, Mr. 5:17. Los habitantes de Gadara y sus entornos, decidieron que Jesús se fuera, para asegurar el bienestar de sus cerdos. Si Jesús permanecía, su economía estaba en riesgo; hoy día sigue pasando igual, muchos prefieren que Jesús siga su camino o se devuelva, para que no sean afectados sus “intereses materiales y carnales”. Seguir a Jesús y vivir para él requiere decisiones firmes, pero cuando lo hacemos vemos los mejores y más grandes resultados. Pues aquel “endemoniado” fue liberado y restaurado, para la gloria de Dios.
Reflexión final: Jesucristo vino a deshacer las obras del diablo, vino a traer libertad para los cautivos. Él entregó su autoridad a su Iglesia, por eso debemos caminar en su poder, y por la unción del Espíritu Santo sanar enfermos y echar fuera demonios, no es por tu capacidades, es por la obra perfecta de Jesús en la cruz del calvario. A él sea la gloria.
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