Para manejar efectivamente el rechazo, es necesario no reaccionar defensivamente ante este. Para no reaccionar, es necesario ser una persona madura.
Cuando en la Biblia se nos dice, que seamos como niños, no se nos está diciendo que reaccionemos y actuemos como niños, ante los conflictos y demandas de la vida.
A una persona madura, el rechazo no le afecta mucho, porque sabe quién es y se acepta a sí misma tal cual es, con sus virtudes y con sus limitaciones.
Su valía, no depende de lo que los demás piensen o digan de ella.
Necesitamos aprender a ser asertivos, genuinos y sinceros.
Aprender a ser asertivo, es un proceso que conlleva como primera actividad, conocernos a nosotros mismos. Sacamos poco tiempo para examinar nuestras reacciones y comportamientos hacia nosotros mismos y con los demás. Por eso a veces perdemos perspectiva, estamos confundidos y por ello experimentamos altos niveles de estrés. Por algo Dios nos dice…. Estad quietos….
Es necesario ser asertivos, no agresivos, para tener una mejor comunicación, tener mejores relaciones con los demás y sentirnos más a gusto con nosotros. Pero para ser asertivos, debemos ser genuinos.
No diga una cosa, cuando quiere decir otra. No se comporte de una manera, cuando se quiere comportar de otra.
A veces rechazamos sin darnos cuenta. Nunca deberá dar por sentado que una persona sabe que usted le ama, hay que expresarlo. Lo que no se expresa, corre el riesgo de que se distorsione, se malinterprete o simplemente pueda provocar, que la relación se enfríe.
El mismo Dios de la creación, le dice continuamente a su creación, que Él nos ama.
Ahora bien:
Hay personas, que han sido profundamente rechazadas en su niñez y adolescencia y crecen con muchas deudas de amor, complejos e inseguridades.
¿Qué deudas de amor arrastra de su infancia?
¿Qué es, lo que se le debió haber dado y no se se dio?
Posiblemente, ¿amor, sostén, apoyo, aceptación incondicional, tiempo de calidad, comprensión, diálogo, refuerzo positivo, estímulos, confianza, seguridad?
Si ha carecido de estas cosas, o si la persona significativa en su vida, tenía una pobreza tal, que no le pudo dar seguridad, si le maltrataron, o abandonaron, va a arrastrar y proyectar estas deudas a través de toda su vida, a menos que maneje bien estas situaciones y reciba sanidad.
Hay personas, que tuvieron experiencias negativas en sus años de formativos, entre los – 0 – 5 años, le harán experimentar conflictos en su vida de adulto.
Si cuando se criaba, no le amaron significativamente, si las relaciones afectivas que tuvo fueron deficientes, si se sintió tolerado, pero no se sintió amado, si le dieron a entender que no valía, eso puedo haber condicionado y afectando la manera en que usted se ve y su manera de funcionar o pudo haber afectado su desarrollo, su desempeño, sus relaciones, etc.
Posiblemente experimente coraje, será explosivo, impulsivo, demandante, le gustará llamar la atención, tendrá un espíritu crítico, por lo cual tiende a criticar, juzgar, atacar a las personas.
Es posible, que tenga patrones de conducta inaceptables para los demás, y tema relacionarse con otros, por temor a experimentar nuevamente el temor del rechazo. En nuestra personalidad como adultos, hay detalles que arrastramos desde que somos infantes. Es hermoso saber que desde que estábamos en el vientre de nuestra madre, la mano de Dios, estaba con nosotros; y Él nos ama, ayer, hoy y por los siglos.
Que el Señor le bendiga
Dr. José Pérez, Ph. D.
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