Juan 14:25-31
Estas cosas os he dicho estando con vosotros. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. La paz de Cristo. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Oísteis que yo os dije: “Me voy, y vendré a vosotros.” Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo. Y os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré mucho más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí; pero para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vámonos de aquí».
Una de las cosas más maravillosas y sorprendentes y dulces en la Biblia es darnos cuenta de que solo unas horas antes que Jesús fuera crucificado, Él estaba preocupado por la paz y el gozo y la fe de sus seguidores. Piénselo. Él está a punto de ser torturado hasta morir con uno de los medios de tortura más horrible alguna vez ideado, y Su preocupación era solidificar la paz y el gozo y la fe en las almas de Sus seguidores.
¿Qué hubiéramos hecho nosotros si no solo supiéramos que mañana moriríamos, sino que también seríamos torturados por quién sabe cuánto tiempo? Supongo que estaríamos desesperados por encontrar nuestra propia paz, y nuestro propio gozo, y nuestra propia fe. Probablemente no estaríamos derramando nuestra preocupación por la paz y el gozo y la fe de nuestros amigos y familiares. A menos que Jesús nos hubiera llenado con Su paz y gozo y fe, a fin de que estuviéramos libres para pensar en los demás.
La noche antes de Su sufrimiento
Paz. Gozo. Fe. Esta era Su preocupación por Sus seguidores la noche antes de Su sufrimiento. ¡Sorprendente! Vea el versículo 27. Paz. «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo». Vea el versículo 28b. Gozo. «Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo”. Vea el versículo 29. Fe. «Os lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, creáis [¡tengan fe!]».
Este es su enfoque justo antes de sufrir. Quiero que tengan paz. Quiero que tengan un gozo profundo. Quiero que crean en lo que digo y en lo que hago, que tengan una fe inconmovible. Quiero que tengan el tipo de paz que doy, no la del mundo; el tipo de gozo que doy, no el del mundo; el tipo de fe que doy, no la del mundo. Este es el resultado práctico de estos versículos -de hecho, es el resultado de esta noche, de este sufrimiento, de este evangelio.
¿Una preocupación desvinculada de las crisis globales?
Ahora suponga que el pensamiento llega a su mente, como lo hace en las mentes de muchos: Esto parece subjetivo, emocional, individualista, social y cultural y políticamente débil, desvinculado de la gran crisis global, pública, sistemática y de las injusticias y calamidades de nuestro tiempo. Suponga que éso es lo que usted piensa cuando escucha que el Señor del universo dedicó Su última noche antes de morir a edificar paz y gozo y fe en los corazones de sus seguidores (versículo 27).
Esta es mi respuesta. Escoja su crisis, su injusticia: La pobreza, con todas sus causas internas y externas. La devastación de las drogas y las adicciones. La corrupción de cuello blanco como las del esquema Ponzi, o el nepotismo, o el blanqueo de dinero, o la obsolesencia planificada, o el establecimiento de los límites ultimativos, o la malversación, o los movimientos internos de valores o el soborno. O elija las hostilidades étnicas y religiosas – como los birmanos contra el pueblo cristiano kachim, o los musulmanes nigerianos contra los cristianos nigerianos, o la masacre en Siria.
Pregunto, ¿de dónde vienen estas cosas? ¿De dónde vienen estos impulsos humanos que llevan a todos estos comportamientos destructivos? Provienen de corazones carentes de la paz de Jesucristo, y del gozo de Jesucristo, y de la fe de Jesucristo. Pero donde esa paz y ese gozo y esa fe resisten, esos comportamientos son vencidos.
Por tanto, antes de llegar al tema, (así llamado) práctico, (así llamado) importante y socialmente urgente de la homosexualidad en la próxima semana, yo sé, más allá de toda duda, que el mensaje de hoy (¡y cada mensaje!) es radicalmente político y social y global. Y es mucho más profundo, mucho más penetrante, mucho más permanente y transformador, que si considero débiles a los temas de la paz y el gozo y la fe de Jesús. No son débiles, son volcánicos. Son la raíz de un nuevo orden mundial. Y algún día Jesús mismo vendrá de nuevo, tomará toda la cizaña, y traerá un nuevo orden lleno de florecimiento.
Mientras tanto, abra sus ojos, y su mente, y su corazón para ver y recibir lo que él está haciendo en Su última noche.
El Nuevo Testamento es confiable como una roca sólida
Proveamos el fundamento con los versículos 25 y 26: Estas cosas os he dicho estando con vosotros. «Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”.
Jesús está respondiendo la pregunta, para ellos y para nosotros: ¿Cómo es que serán creados los documentos fundacionales de la iglesia, de modo que sean confiables como una roca sólida? Los apóstoles no tienen grabadoras, cámaras de video, o taquígrafos. ¿Cómo recordarán todo lo que Jesús les ha enseñado, y cómo comprenderán lo que recuerdan, pues ellos están, obviamente, en tinieblas con relación a mucho de lo que está ocurriendo?
Y esta es la respuesta de Jesús. Y Su respuesta es tan importante como 2da a Timoteo 3:16-17, donde Pablo dijo: «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra». Ese es el testimonio apostólico sobre todo el Antiguo Testamento. Es inspirado por Dios y por tanto es confiable y útil.
¿Qué podemos decir del Nuevo Testamento? ¿Qué podemos decir de los documentos que escribirían los mismos apóstoles y los que estaban estrechamente vinculados con ellos? La respuesta de Jesús, en Juan 14:26, es: «El Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho». Es decir, velará por ello para que ustedes recuerden lo que quiero que recuerden, y les enseñará, es decir, les ayudará a comprender para que cuando lo escriban puedan hacer comprender con claridad.
Maravillados por los evangelios
En otras palabras, de la misma forma en que Pablo testificó de la inspiración del Antiguo Testamento, así Jesús prometió la inspiración del Nuevo Testamento. Esto es exactamente lo que los apóstoles que estaban haciendo. Escuche cómo Pablo lo expresa en 1ra a los Corintios 2:12-13: «Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu».
Esto es lo que Jesús prometió. El Padre enviará al Espíritu Santo. Él les recordará lo que quiere que la iglesia sepa. (Lo que, a propósito, implica que ellos han visto y escuchado estas cosas). Eran testigos oculares. Él no prometió crear nuevos eventos en sus mentes, eventos que no hubieran experimentado. Prometió memoria, no creatividad). Y Él prometió enseñanza. «El os enseñará todas las cosas» (versículo 26) – todas las cosas necesarias para dar una verdadera interpretación de lo que Cristo dijo e hizo, y quién era.
Ahora está listo el escenario. Esto es lo que está ocurriendo en los versículos 27-31. Un año después, Juan está recordando y está enseñando. Y está haciéndolo por el bienestar de nuestra paz y gozo y fe. Y, por supuesto, esta es la esencia de todo el Evangelio de Juan, la memoria y enseñanza inspirada del apóstol por el bien de nuestra fe y gozo y paz y vida.
Maravíllese mientras lee los Evangelios. Esté expectante. Jesús los planificó. Jesús los patrocinó. Los inspiró mediante el Espíritu. En un sentido real, el Cristo resucitado, escribió Su propia historia. Estos no son libros ordinarios. Maravíllese por tenerlos. Tenga expectativas mientras los lee. Pida al mismo Espíritu Santo que inspiró la escritura, que ilumine su lectura.
Fundacional hasta la muerte de Jesús
Ahora, vaya conmigo a los versículos 27-31, y permita que Jesús ponga su paz y su gozo y su fe en usted igual lo hizo en Sus seguidores esa noche. Regresemos, pues donde Él termina es el fundamento de todo, a saber, Él irá a la cruz para dar Su vida por sus ovejas.
Versículos 30-31: «No hablaré mucho más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí; pero para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vámonos de aquí». Ellos han estado en el aposento alto después de la última cena. Ahora Él hace Su movida hacia el jardín de Getsemaní, donde será arrestado y llevado a morir.
Así que ilumina ese «viaje» del modo que quiere que ellos lo comprendan y crean. Está sirviendo a la fe de ellos. Y lo que quiere que vean y crean es que el diablo, («el príncipe de este mundo») es real y está activo, y, en un sentido crucial, está incapacitado. Versículo 30b-31a: «Viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí; pero para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago». Satanás ha entrado en Judas (Lucas 22:3), y ya viene. Pero no es por él que voy. Satanás no es decisivo.
¿Por qué no? Porque (versículo 30 al final): «él no tiene nada en mí». Literalmente: “nada tiene en mí». Es decir, nada en mí para acusarme. No hay un pecado en donde pueda colgar su gancho. No hay una culpa donde pueda hincar sus acusaciones. Por todas partes busca, en la armadura de mi justicia, y no encuentra acceso a mi santa alma. No hay grieta en esta armadura. Satanás no tiene poder para gobernar a un hombre sin pecado.
Por tanto, ¿por qué entonces fue arrestado Jesús? ¿Por qué muere? Jesús nos dice claramente quién está a cargo en esta noche. Versículo 30 (al final)-31a: «él [Satanás] no tiene nada en mí; […] y como el Padre me mandó, así hago». Satanás no es la explicación del Calvario, es la obediencia. «Como el Padre me mandó, así hago. . . Levantaos, vámonos de aquí».
Quiero que sepan, dice Jesús, y quiero que el mundo sepa, que la traición demoníaca y la negación demoníaca, y la mentira demoníaca, no estén gobernando en esta noche. El amor está gobernando esta noche. Estoy obedeciendo al Padre (versículo 31b) «para que el mundo sepa que yo amo al Padre». No soy controlado por las mentiras de los falsos testigos. Soy controlado por el amor de Mi Padre. La cruz no fue, fundamentalmente, el resultado de la coacción del maligno; fue la conformidad del amor. Las raíces de la cruz se extienden atrás hasta antes de la creación, hacia la Divinidad eterna, donde Dios el Hijo siempre ha amado infinitamente a Dios el Padre. «Para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago» (Juan 14:31).
Ahora estamos listos para mirar brevemente la fe en el versículo 29, y el gozo en el versículo 28, y la paz en el versículo 27. El fundamento de cada una de las tres es que Satanás no es soberano en la muerte de Jesús: el amor es soberano.
Fe
Versículo 29: «Os lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, creáis”. Él lo había dicho antes: Juan 13:19: “Os lo digo desde ahora [hablando de la traición de Judas], antes de que pase, para que cuando suceda, creáis que yo soy».
En otras palabras, además de todas las cosas que están ocurriendo a Jesús, y todas las cosas que Jesús hace, que en sí mismas podrían debilitar la fe, Él añade esta: la predicción. No solo experimenta dolor, y hace cosas glorisas para debilitar la fe, todo lo predice mostrando que Él teje los hilos de la soberanía mediante sus últimas palabras.
El propósito de la predicción es mostrar con claridad quién está a cargo. No es Satanás. No es Pilatos. No es Herodes. No son los judíos. No son los soldados. Mi Padre está a cargo (Hechos 4:27-28). Y mediante Su mandato, Yo estoy a cargo (Juan 3:35; 13:3). Nadie toma mi vida de mí (Juan 10:18).
Por tanto, confíen en mí, tengan fe. Pongan su fe en nuestra obra (la obra del Padre y Mía), y en nuestro divino poder. El maligno no tiene la ventaja. Nosotros la tenemos, el Amor la tiene. Y si eso fue cierto en la hora más oscura de la historia, será cierto en la hora más oscura de su vida, si usted confía en Él. Él estaba hablando y obrando para nuestra fe, en Su última noche. Permita que sea despertada.
Gozo
Versículo 28: Oísteis que yo os dije: “Me voy, y vendré a vosotros.” Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo.
Este es el argumento: El Padre es mayor que yo. Lo que creo que tiene dos significados. Uno es que el Padre, durante la encarnación, es mayor en gloria y más exaltado porque Jesús se ha humillado para servir y sufrir. El otro significado es que desde la eternidad el Padre ha sido quien engendra al Hijo, es decir, quien se yergue eternamente en una perfecta imagen y resplandor de Sí mismo. Su naturaleza tiene una «impresión exacta» en el Hijo. Su gloria tiene un resplandor perfecto en el Hijo (Hebreos 1:3). Así que son igualmente Dios, de la misma naturaleza divina, pero diferentes en rol, y Jesús dice que por el rol único del Padre, el Padre es mayor.
Nuestro gozo en el gozo de Jesús
Y como él tiene esa relación con el Hijo, Jesús dice, ustedes debieran regocijarse cuando me vean retornar a esa experiencia más inmediata de la gloria del Padre. En otras palabras, el gozo de Jesús, al estar cerca del Padre, debiera ser parte del gozo de Sus seguidores al estar cerca de Él. Debiéramos estar alegres por la alegría de Jesús en la gloria del Padre. Parte de nuestro gozo en Jesús es en el gozo de Jesús en Su Padre.
«Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre» (Juan 14:28). Así que nuestro gozo no es el gozo del mundo. ¡Oh cuán diferente es el fundamento del gozo del cristianismo! Dios da un gozo a su pueblo, un gozo diferente al gozo que da el mundo. Nuestro gozo tiene raíces infinitas. Es una participación en el mismo gozo de Dios en Dios.
Absolutamente dependientes de él
Y recuerde, fue principalmente en la cruz que Dios nos mostró este amor entre el Padre y el Hijo. Versículo 31: «Para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago». De modo que esto significa, prácticamente, que antes de ir a la cama cada noche usted dice: «Padre, te alabo por el amor que existe entre Tú y el Hijo Jesús. Te alabo por el gozo que tienen el uno por el otro. Y me percato de que por este amor y por este gozo, fue que Cristo sufrió la cruz (Hebreos 12:2). Y por tanto, de él dependen absolutamente, mi perdón, mi justificación, mi vida. Así que estoy alegre en Tu alegría en Jesús y en la Suya en Ti. Gracias por darme una probada de este gozo».
Paz
Fe. Gozo. Paz. Finalmente, versículo 27: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo».
En las últimas horas de Su vida, Jesús está ayudándonos a volvernos personas temerarias y pacíficas. La paz que tiene en mente puede incluir la paz suprema de todas las cosas en el cielo nuevo y la tierra nueva. Pero no es en eso en lo que Él se enfoca aquí. Lo sabemos porque dice: «No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo». Tiene en perspectiva nuestro corazón, y la paz de nuestro corazón, y la temeridad de nuestro corazón, y las aguas apacibles de nuestro corazón. Quiere que Su pueblo sea libre de la ansiedad, ahora.
No la paz de las circunstancias de Dios
Y sabe que el único tipo de paz de corazón que puede dar el mundo es la paz mental basada en las buenas circunstancias. Si el mundo puede quitar nuestros problemas, mediante el seguro médico, o las cuentas de retiro, o la protección contra inundaciones, o los albergues antibombas, o los dispositivos que ahorran trabajo, entonces el mundo puede dar algo de paz mental.
Pero Jesús dice (a mitad del versículo 27): «no os la doy como el mundo la da». Quiere decir que Su paz no está basada en las buenas circunstancias. Es dada, y sostenida, a pesar de las malas circunstancias. Así es como Jesús lo dice en Juan 16:33: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo».
Su paz, no la nuestra
En otras palabras, nuestra paz no tendrá sentido para el mundo. Es por eso que Pablo, en Filipenses 4:7, la llama «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”. El entendimiento humano no puede producirla, o aferrarse a ella. ¿Por qué no?
La razón suprema es que no es una paz humana. Es la paz de Dios. La paz entre Jesús y Su Padre: Versículo 27: «La paz os dejo, mi paz os doy”. Mi paz. No estoy creando la paz de ustedes. Estoy compartiendo, con ustedes, mi paz. Estoy trayéndoles a mi paz.
¿Tu paz, Jesús? Están a punto de matarte. ¿Qué tipo de paz es esa? Paz perfecta, con mi Padre. Mañana iré a la cruz, y allí abriré la puerta para que mis ovejas entren a Mi paz con Mi Padre. Satisfaré Su justicia, y adquiriré el perdón de ustedes, y proveeré para la justicia de ustedes. Y les traeré a la misma paz que disfruto con Mi Padre.
Y nada, y nadie, será capaz de quitársela a ustedes. «Mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27).
Reciban Mi fe que tengo en la soberanía de Mi Padre sobre Satanás. Reciban Mi gozo que tengo en la grandeza de Mi Padre. Y reciban Mi paz que tengo sobre el favor de Mi Padre.
Fe. Gozo. Paz: La Suya y de ustedes. Tenemos un maravilloso Salvador, y una gran salvación.
Por John Piper. ©2013 Desiring God Foundation. Website: ministros.org