Los Fracasos en la Vida

Por Carlos H. Suarez. Lectura Bíblica: Mateo 26:69-74. Pedro antes de la caída. La negación de Pedro es uno de los actos más bochornosos que se relata en la Biblia después del pecado de Adán y Eva. Un hombre que fue elegido personalmente por Jesús para ser uno de sus doce apóstoles, el cual fue poseedor de grandes iniciativas, llegó a ocupar un lugar prominente entre los apóstoles, que escuchó de primera mano todos los sermones de JESUCRISTO, que por tres años y medio acompañó de cerca la vida de JESUCRISTO y llegó a conocer el carácter santo de su maestro.

Pero en especial, contempló de cerca la autoridad y poder de Cristo cuando realizó los múltiples milagros, en especial uno, la resucitación de Lázaro, después de 4 días de muerto.

Quien mejor que Pedro pudo conocer de cerca la veracidad del propósito mesiánico de su venida, y sin embargo, bajo juramento y maldición, niega haber conocido al Señor Jesús. Pone a Dios de testigo que él nunca se ha relacionado con el Maestro.

La negación de Pedro no fue un fracaso espontáneo, fue el resultado final de un proceso decante en la vida espiritual de Pedro. Fue la sumatoria resultante de una serie de descuidos, actitudes autosuficientes y arrogancia. Sigamos la travesía de las últimas semanas en la vida de Pedro:

Marcos 8:31-34 – Cuando Pedro escucha de Jesús que deber morir y resucitar, se opone tenazmente. Estaba dejando que la forma de pensar mundano lo dirigiera. ¿Cómo puedes pensar en morir tan joven, sin haber disfrutado de todo lo que la vida ofrece? Empezaba a desarrollar una actitud triunfalista, a desear los ideales mundanos y a confiar en sus propias fuerzas para lograrlos, a caminar según la sabiduría de sus criterios personales y no según Cristo. Olvidaba que la médula del ministerio cristiano es el servicio sacrificial y el amor.

Marcos 11:21 – Se maravilló de que la higuera maldita por Jesús se secó. Luego Jesús enseñó sobre el poder de la fe y a no dejar de confiar en Dios. Quizá Pedro empezaba a creer que ya tenía asegurada el resto de victorias en su crecer cristiano. Quizá empezaba a creer que después de la conversión no hay que ejercitar y desarrollar la fe cotidiana.

Mateo 26:31-ss – Pedro promete no escandalizarse. Cree tener un “favor” especial con JESUCRISTO, quien le había dicho que sobre lo que él había declarado en Mateo 16 iba a edificar su Iglesia.

Lucas 22:31-34 – Satanás pidió zarandear a los discípulos, Pedro subestimó el poder y la maldad del diablo. Creyó que la victoria espiritual dependía de sí mismo. “Iré a la cárcel, aun a la muerte”, repitiendo frases mágicas. ¿Cuánta gente en la actualidad vive un cristianismo “místico”, como poner la Biblia bajo la almohada? La victoria diaria en la vida cristiana depende de mantener una comunión viva con JESUCRISTO, en dependencia y confianza en él, permitiendo que el Espíritu Santo de Dios llene y fortalezca nuestras vidas constantemente, conociendo y obedeciendo sus mandatos.

Mateo 26:40-41 – Había descuidado la oración subestimando la seriedad y la gravedad de las tentaciones.

Juan 18:10-11 – Pedro hiere a Malco arrancándole la oreja con su espada. La respuesta típica de un cristiano que empieza a depender peligrosamente de sus armas terrenales.

Mateo 26:58 – Cuando Jesús fue aprendido dice que finalmente Pedro le siguió de lejos… Acto seguido lo vemos a Pedro al filo del precipicio… en el patio del Sumo Sacerdote. Caemos en pecado porque damos paso a la arrogancia, a la autosuficiencia, a las envidias y celos.

Pedro en la negación

Allí en el patio del Sumo Sacerdote, entremezclado con la gente, Pedro demostraba que amaba a Cristo, pero estaba en pésima condición espiritual para resistir la tentación.

Pedro después de negar a JESUCRISTO tres veces se arrepiente de tal forma que “llora amargamente”, derrama como agua su corazón por la tristeza de haber fallado a su Señor, a quien tanto amaba. Estaba terriblemente avergonzado por haber dicho tantas cosas de las cuales ahora no podía dar razón. Como explicarle a JESUCRISTO que las cosas no eran como parecían, que de veras lo amaba, que fue un lapso de pánico lo que lo impulsó a negarle, que esas palabras de juramento y maldición eran mentiras. Cómo explicarle que aquellas negaciones fueron nada más que puras palabras cobardes para librarse del problema en el que se podía meter.

Tres días después de su crucifixión se levanta victorioso de la tumba. Las mujeres que vinieron muy temprano el domingo en la mañana descubrieron el sepulcro vacío y volvieron corriendo a comunicarles a los discípulos lo que habían visto. Pedro y Juan corren al sepulcro, Juan porque era un apasionado por Cristo, Pedro porque quiere explicarle lo que pasó en el patio del Sumo Sacerdote. Pero no encuentran a Jesús. Esa misma noche Jesús se presenta delante de ellos con un reconfortante “paz a vosotros”, cuando éstos estaban encerrados llenos de miedo de los judíos. Se manifiesta a ellos para regalarles el Espíritu Santo. Pedro una vez más ve frustrado su deseo de tener una entrevista con él. Qué vergüenza admitirlo en delante de los demás.

Ocho días después, es decir, el domingo siguiente se presenta nuevamente delante de los discípulos, pero esta vez viene por Tomás. Pedro se preguntaba si JESUCRISTO volvería a tener interés en él, si volvería a amarlo como lo había hecho antes. Ya se ha presentado dos veces y no me ha dicho nada. Ha de estar muy enojado y decepcionado de mí. Y me lo merezco, por bocón y cobarde. De plano Él ya no me ama, ya me ha desechado, él nunca se imaginó eso de mí, él pensó que yo le seguiría fielmente, sin fallarle, hasta la muerte.

Pedro después de la caída: la restauración

Lectura Bíblica: San Juan 21:1-19

Pedro al negar a JESUCRISTO experimentó el peor fracaso en su vida. Churchill dijo una vez: “ Todos mis éxitos han sido construidos sobre un fundamento sólido de fracasos”. Cada año en los Estados Unidos, 8000 ministros abandonan el ministerio por diversos fracasos. Y en Guatemala no deja de ocurrir lo mismo. Pastores, obreros, líderes y hermanos/as en general, abandonan el ministerio por dejarse persuadir por el diablo que Dios ya canceló los planes para sus vidas. Alguien dijo: “Está bien fracasar, siempre que se fracase hacia delante”. Cómo necesitamos aprender a manejar nuestros fracasos de forma que no nos derriben totalmente.

Pedro decide regresar a su antigua ocupación, la pesca. No sabemos si para matar su melancolía o para dar rienda suelta a su decepción. Sigue siendo un líder, arrastra consigo a los demás discípulos. Y después de estar toda la noche intentándolo, no pescaron nada. ¿Cuántos se encuentran en esa misma situación, convencidos que no les queda otra cosa qué hacer el resto de sus vidas, halando y halando sin pescar nada?

Jesús se presenta por tercera vez a sus discípulos, pero esta vez, va por Pedro. JESUCRISTO nos ama con amor eterno e inmutable. Que no es proporcional a lo que producimos. No es condicional a nuestra espiritualidad. No nos ama menos cuando caemos en pecado. Y esta es una excelente oportunidad para recordarte que Jesús te ama, no te ha desechado, que está interesado en que continúes en su servicio. Ese es el mensaje de reconciliación que la Iglesia Cristiana ha enviado por siglos, que tenemos un Cristo amante y perdonador, bueno y bueno en gran manera.

Jesús les ordena que echen la red a la derecha de la barca y la red se llena de pescados. En este día Jesús te dice que dejes de luchar en tus propias fuerzas. Deja de seguir escuchando las mentiras del diablo que ya no sirves para nada. Deja de invertir el resto de tu vida, tus fuerzas y tus dones en empresas improductivas. Escucha hoy la voz del Señor que te dice: “echa tu red a la derecha de la barca”. En otras palabras, levántate, vuelve a caminar y depender en mí. Deja que mi santo Espíritu te restaure, te limpie y te sane. Deja que mi Espíritu ministre tu corazón herido y te devuelva el gozo de tu salvación. Permite que haga efectivo tu ministerio una vez más.

Pero Pedro necesita encarar su fracaso. La Biblia dice: “El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia” (Pr. 28:13). No ganas nada justificándote, echando la culpa continuamente a los demás, eso nada más te hace girar en círculo vicioso.

Jesús nos acepta en nuestro lugar de fracaso. Se sienta a comer con sus discípulos y se dirige a Pedro específicamente: Pedro me amas con amor ágape y Pedro le responde que le quiere con amor filos. Entonces el Señor lo usa en el lugar de su fracaso. Nuevamente le hace la pregunta si le ama con amor ágape, entonces Pedro le responde que le quiere con amor filos, y nuevamente Cristo le encomienda que pastoree sus ovejas. Por tercera vez, Jesús le pregunta si le quiere con amor filos, y Pedro le dice que le quiere con amor filos, y enseguida le dice que apaciente sus ovejas.

Pedro quisiera amar a Jesús como éste desea, pero ahora reconoce que tiene limitaciones, que sus fuerzas propias son escasas y vanas. Qué maravilloso es JESUCRISTO que acepta nuestro amor aunque sea imperfecto. No es cierto que muchas veces ha hecho la decisión de ser un mejor cristiano, de trabajar más duro, de ser más ferviente, y pronto ha descubierto que ha fallado nuevamente. Anímese este día, Jesús acepta la calidad del amor que es capaz de dar.

Pero Jesús quiere llevarnos más allá de nuestro fracaso. Él no quiere dejarnos tirados en el camino, eso no le lleva gloria. Quiere llevarnos de victoria en victoria. Los ángeles celebran día a día por la eternidad: la sabiduría, el poder y la misericordia de Dios para con sus hijos. El diablo, los amigos y aun hermanos podrán decir que ya no sirves para nada, pero JESUCRISTO te dice que no, que aún tiene muchas maravillas para hacer en tu vida. Días después de este pecado tan feo, Pedro lleno del Espíritu Santo, se ponde de pie en el día de Penteostés y lanza un mensaje de tanto poder que 3,000 personas se convirtieron en aquel día. Días después, Pedro nuevamente predica la Palabra y 5,000 personas aceptaron a Cristo como Señor y Salvador. Esa es la restauración que JESUCRISTO quiere hacer en tu vida si tú por desgracia has caído en pecado.

Pedro, aunque no pudiste permanecer firme ante la acusación de una criada, te llevaré ante un emperador para que testifiques de mí. Y así pasó, la tradición cuenta que Pedro murió crucificado pero boca abajo, por considerarse indigno de morir como su Señor.

Ministración al final del mensaje

Invitar a las personas a reconciliarse con el Señor, a levantarse y cobrar ánimo en él.


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