Como vimos en el anterior trabajo, son pocas las mujeres mencionadas en las Sagradas Escrituras que siendo obedientes son usadas por el Señor para su gloria. Hay otras que fueron, junto con los apóstoles, seguidoras de Jesús y además otras pocas en su desobediencia tuvieron su paga.
Pero de estos dos grupos nos referiremos en otra ocasión.-
En este caso hablaremos de algunas de las que siendo fieles y probadas en la voluntad de Dios, les fue concedido el anhelo de su corazón.-
Ana (la madre de Samuel)
1º Samuel:
“1:11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
1:12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.
1:13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.
1:14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
1:15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
1:16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
1:17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
1:18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.”
Ana tenía un propósito en su vida. Ser la madre de Samuel, quien sería profeta de Dios en Israel y uno de sus jueces.
Pero hablemos de Ana. A esta mujer se le permitió que tuviera una aflicción. Ella era esposa de Elcana. El cual tenía una segunda esposa y con hijos. Pero Ana no podía concebir.
Cuando Ana oró al Señor, El pudo obrar en aquello que ya tenía dispuesto para su vida.
Este es un ejemplo donde Dios permite una aflicción, un problema, una tribulación, para después darnos la solución.-
La viuda de Sarepta
1º Reyes Cap. 17 y 18:
“17:10 Entonces él (el profeta Elías) se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.
17:11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.
17:12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.
17:13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.
17:14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.
17:15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.”
En este caso Elías es enviado por Jehová a visitar a una mujer en Sarepta de Sidón (hay más casos como éste, pero lo usaremos como ejemplo).- Ella era menesterosa y su respuesta resulta lógica. ¿Cómo va a alimentar a alguien más, si no tiene provisión ni para ella ni para su hijo?.-
Pero el Señor, tenía un propósito. Un aspecto de su propósito era que El es el Dios proveedor de todas las cosas. Y las ofrendas entregadas a su voluntad, son multiplicadas y sobreabundantes.
Elías debía hallar a una mujer en estas condiciones para dar gloria a Dios a través de señales y milagros.-
La Iglesia: La última “mujer” de la Biblia
Cantares 4:7 “Toda tú eres hermosa, amiga mía,
Y en ti no hay mancha.
4:8 Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía;
Ven conmigo desde el Líbano.”
2º Corintios 11:2 “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.”
1º Tesalonisenses 4 :4”… que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;…”
Ap. 19:7 “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.”
Ap 21:2 “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.”
Ap 21:9 “Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.”
En todo el Libro de Cantares los dos enamorados: esposo y esposa son descriptos en sujeto singular.-
Antiguamente cada familia en Israel, como en otros pueblos se usaba que el varón tuviera varias esposas. Aún los reyes tenían esposas y concubinas.-
Con la llegada de Jesús eso cambia. Pero el Señor recién lo manifiesta a través de la persona de Pablo, su apostol.- ¿Por qué?
1 – Comencemos por el Libro del Cantar de los Cantares. Aquí el Señor a través de Salomón nos muestra los anhelos mutuos de los esposos. Pero en verdad el esposo es una representación de Jesucristo y la esposa, de su iglesia.-
2 – Luego de comenzado su ministerio Pablo ante la imposibilidad de visitar a las distintas iglesias comienza a mandar sus cartas a los pastores donde plasma la voluntad de Dios acerca de toda la doctrina cristiana, ministrada por el Espíritu Santo.-
En ella, una de las reglas era tener una sola esposa, así como Cristo tiene una sola esposa, que es la iglesia.-
3 – En el libro de las Revelaciones o Apocalipsis, el apostol Juan hace referencia a las visiones que recibe sobre los eventos futuros, y entre ellos la unión de los novios, o sea “las bodas del Cordero”.-
Pero esta esposa (como lo he escrito en el trabajo “Prostituirse o entronizar a Dios”) debe pasar por el desierto, un desierto espiritual de necesidad, de aflicción para ser librada del mal y limpiada de sus impiedades.(“ para presentaros como una virgen pura a Cristo.”)
Hoy, estamos en un tiempo de gracia, donde todavía podemos buscar del Señor y hallarle. Hoy es el tiempo. Es el “año agradable del Señor”. Porque habrá un tiempo donde el Espíritu Santo ya no descienda sobre la tierra y se producirá la Gran tribulación y muy pocos resistirán.
Que el Señor nos encuentre unidos en una sola iglesia, que es el cuerpo de Cristo.-
Amen y amen.-
Bendiciones. Beatriz.-