El Señor desea que crezcas y alcances Sus promesas. ¡No lo decepciones!
Dios tiene muchas ofertas para nosotros y podemos leerlas en la Biblia. Él ha preparado promesas para nuestra vida y desea que las alcancemos. ¿Estás listo para lograrlo? A veces dudamos y nos limitamos porque no estamos convencidos de que ser hijos de nuestro Padre celestial significa recibir todo lo que desea darnos. Yo lo comparo con un crucero donde todo está incluido y si no lo sabemos, podemos desaprovechar esa ventaja. No te limites, lucha por alcanzar Sus promesas porque al aceptar al Señor en tu corazón recibes un paquete “todo incluido” que te abre las puertas a la bendición.
La idea de Dios es que crezcamos como cedros en todo lo que hagamos y que florezcamos como palmeras1. No es fácil hacerlo, de hecho es doloroso, tal como sucede durante la adolescencia cuando nuestro cuerpo se estira y duelen hasta los huesos, pero ese proceso es necesario si queremos ser más grandes y madurar. Además, crecer es una obligación para con Dios, es un reto personal y un compromiso con quienes dependen de ti, es decir tu familia y empleados, si eres empresario. Siempre debemos ir hacia adelante.
Soy agrónomo y sé que una planta deja de crecer por tres causas, las mismas que nos impiden crecer como cristianos y seres humanos. La primera razón es la falta de alimento. Te quedas pequeño cuando dejas de alimentarte de la Palabra de Dios. No permitas que tu hambre y sed del Señor se acabe. ¡Tu espíritu y tu cuerpo deben anhelar ese alimento cada instante de tu vida! La segunda causa por la cual se deja de crecer es porque algún parásito o depredador nos amenaza. Cierra las puertas al enemigo que desea detener tu crecimiento y ver que te quedas chiquito. La tercera causa para dejar de crecer es estar en el lugar incorrecto. Como las plantas que se mueren al sembrarse donde reciben más o menos luz y humedad de la que necesitan. Pero en tu caso, el crecimiento está garantizado si te encuentras junto al Señor donde puedes recibir Su Palabra y unción. Busca plantar tu ánimo donde el Espíritu Santo pueda alimentarte y hacerte crecer.
No te confundas, tú no eres un bonsái, esa especie oriental de árbol enano al que le podan las raíces para evitar que crezca. Todo lo contrario, eres una semilla destinada a dar fruto abundante, a expandirse hacia el cielo y ¡alcanzar alturas inimaginables! No temas porque nadie cortará tus raíces junto al Señor, tu llamado es crecer, romper esa maceta que te aprisiona y absorber los nutrientes para dar vida a tus sueños.
La Palabra dice que a Dios le place hacernos crecer eternamente, no durante un tiempo corto y limitado, sino día tras día y durante muchas generaciones2. Tus raíces deben expandirse hasta romper esa maceta que las aprisiona. Dios te impulsa a lograrlo, Él te hace porras y te brinda todo lo que necesitas. Atrévete a hacerlo ahora, no esperes más. levanta tus manos y extiéndete, crece tal como Él lo tiene planeado. Él es Padre bondadoso que sueña con nuestro éxito, espera que nos ensanchemos y avancemos. ¡Rompe tus esquemas y prepárate para crecer! Probablemente sea un proceso doloroso, pero vale la pena aceptar el reto.
Además de darnos todo para crecer, ¡el Señor también ofrece acompañarnos siempre3! Su presencia siempre irá con nosotros, esa ha sido la promesa desde el inicio de los tiempos4. Si quieres caminar junto a Él, solo debes aceptarlo y darle la bienvenida ya que desea habitar en tu corazón y protegerte. Dale gracias porque ha prometido librarte del fuego y de la turbulencia de los ríos5. Él te ha dado la victoria para este nuevo año 2012 y ¡para todos los años venideros!
1Salmo 92:12 promete: El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano.
2 Génesis 48:4 relata: y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad perpetua.
3 En Mateo 28:20 leemos que Jesús le dijo a Sus discípulos: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
4 En Jueces 6:16 leemos la promesa para Gedeón: Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
5 Isaías 43:2 también dice: Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Por: Pastor José Putzu