Oración ferviente para alcanzar la victoria

Título: Oración ferviente para alcanzar la victoria

Base Bíblica: 1 Crónicos 5:18-26

Introducción:

Como cristianos libramos batallas diariamente. Gran parte de los problemas que salen al paso, son producto de las acciones de otras personas en contra nuestra, de los ataques que libra contra nosotros el enemigo (Cf. 1 Pedro 5:8), y de circunstancias que se tornan adversas. En medio de las crisis, por más grandes que parezcan, es necesario volver nuestra mirada a Dios y clamar a Él. La respuesta de nuestro amoroso Padre celestial no se dejará esperar. Los guerreros de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, comprobaron lo que significa moverse en la dimensión sobrenatural a partir de la oración.

I. Dios utiliza nuestra condición de guerrero para llevarnos a la victoria siempre (1 Crónicas 5:18-22)

  1. Como guerreros de Dios enfrentamos todas las circunstancias adversas con una actitud ofensiva y no pasiva (vv. 18, 19)
  2. Nuestro principal fundamento de victoria es la oración (v. 20 a)
  3. Dios respondió a sus oraciones

            “Y fueron ayudados contra ellos…”

  1. Los enemigos se rindieron

            “… y los que con ellos estaban se rindieron…”

  1. Dios cambió las circunstancias

            “… porque clamaron a Dios en la guerra…”

  1. En medio de las crisis son fundamentales tres pilares: orar a Dios, confiar en Él y esperar en Su poder (v. 20 b)
  2. So oramos y tenemos fe, Dios pelea nuestras batallas (vv. 21, 22)

II. Dios se manifiesta con poder cuando clamamos a Él

  1. Dios nos libra de las angustias (Cf. Salmo 22:4, 5; Salmo 107:6)
  2. Dios que clamemos a Él en medio de la crisis (Salmo 50:15)
  3. Dios promet6ió que nos libraría de la angustia (Salmo 91:15, 16)

III. Apartarnos de Dios nos asegura el fracaso, la ruina y la cautividad (1 Crónicas 5:23-26)

  1. En tanto caminamos con el Señor, tenemos asegurada la victoria (vv. 23, 24)
  2. El curso de nuestra historia de victoria cambia cuando nos apartamos de Dios (v. 25)
  3. Cuando nos apartamos del Señor, los viejos enemigos –materiales y espirituales–, a los que habíamos derrotado, vuelven a cobrar fuerza (v. 26)

Conclusión:

El propósito de Dios para ayudarnos, es que clamemos a Él. No espera que sigamos luchando en nuestras fuerzas sino que dependamos de Su poder. Él nos ha prometido que escuchará nuestras oraciones y responderá con poder. Creer en Dios, orar delante de Su Presencia y esperar en Él, constituyen tres poderosos fundamentos de victoria. ¡Hoy es el día para comenzar a clamar y comenzar a movernos en la dimensión sobrenatural de Dios, a partir de una relación íntima con Él mediante la oración!

© Fernando Alexis Jiménez

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