Cuando Jesús le lavó los pies de sus discípulos, él estaba más que limpiando un poco de sucio. Fue un acto deliberado que dejo mucho que decir a todos en la sala–y que todavía nos sigue hablando hoy en día.
En los tiempos de Jesús, había sirvientes para que les lavaran los pies a los invitados porque todo el mundo usaba sandalias y los caminos eran muy polvorientos y sucios.
Me imagino que esos sirvientes eran considerados los más bajos de lo bajo, aún entre todos los sirvientes de la casa. Pero Juan 13:4 dice que Jesús «se levantó de la mesa, se quitó su manto, y tomando una toalla [de los sirvientes], la colocó alrededor de su cintura.»
Sorprendente, ¿no es así? Quiero decir, deben de haber habido muchos boquiabiertos alrededor de la sala. Pero Jesús se fue directo a hacer lo que estaba haciendo. El versículo 5 dice: «Luego echo agua en la vasija del lavabo y comenzó a limpiar los pies de los discípulos y a secarlos la toalla [de los sirvientes] que tenía en la cintura estaba.»
Lo que es aún más sorprendente es que Jesús lavó los pies de todos-incluyendo los de Judas.
¿A Los Pies De Quién Está Usted Dispuesto a Lavar?
Muchos de nosotros estamos dispuestos a lavar unos pies, pero otros no.
Permítanme explicarle.
En una reciente conferencia en Texas, yo tenía tres personas conmigo en el escenario para un lavado de pies. Uno de ellos era un famoso líder de adoración. No fue muy difícil para mí lavar sus pies. Después de todo, él es un tipo genial y la mayoría de las personas a la primera oportunidad que tuvieran saltarían para pasar tiempo con él. Y además es fácil hacer cosas para la gente que uno quiere impresionar, pero aquí está la cosa: Dios quiere que tratemos a todos por igual.
La segunda persona en la línea fue alguien que no conocía y que quizás nunca más volvería a ver de nuevo. Cuando se trata de llegar a la gente como esa, estamos mucho más propensos a pensar: Bueno, ¿por qué me debería involucrar?
Seguramente tienen amigos o familiares que pueden ayudarlos. Pero tenemos que ser muy cuidadosos de no hacer caso omiso de los extranjeros que Dios pone en nuestro camino.
Ahora, hay una categoría más de gente que sentí que tenía que tratar, y esa es nuestra propia familia. Así que proseguí a delante y le lave los pies a mi esposo también. Yo quería dejar claro que si estamos dispuestos a servir en un ministerio en la iglesia, tenemos que estar igualmente dispuesto a servir a nuestra familia a puerta cerrada.
Hay muchos matrimonios que fracasan porque la gente llega a ellos pensando, mi esposo va hacerme la vida más fácil. Pero Dios quiere que vayamos a todo tipo de relación pensando en que es lo que podemos hacer para hacerle sus vidas más fáciles.
Jesús dijo: «Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti» (Lucas 6:31). Creo que podemos cambiar las cosas en nuestro pequeño rincón del mundo si simplemente damos los primeros pasos.
Lo Que Es Bueno Para Dios Es Bueno Para Usted
En Juan 13, cuando Jesús había terminado de lavar los pies de los discípulos, les dijo: “Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”. (Vea Juan 13:14-15 NVI).
En otras palabras, él está diciendo, «Porque yo he sido un siervo, ustedes también deben serlo».
Naturalmente nuestra inclinación podría ser la de ocuparnos primero de nuestras propias necesidades, pero la Biblia comparte un secreto importante con nosotros. En Juan 13:17, Jesús dijo: «Si saben estas cosas, bienaventurados, felices y les envidiarán si es que las practican [y actúa como corresponde y si lo hacen realmente].»
Vea, lo que a menudo no nos damos cuenta es que si simplemente hacemos lo que podamos para satisfacer las necesidades de los demás, seremos bendecidos y felices. Así que hoy les reto a que se salgan de su zona de confort y que sean creativos. Piense en algunas de las maneras en que usted puede ayudar a los diferentes tipos de personas que Dios pone en tu vida.
Le puedo decir por experiencia, que cuando usted vive para amar y ayudar a otros usted será una persona mucho más feliz.
Por Joyce Meyer. Colaboradora de Christian Post.
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Joyce Meyer es autora de éxitos del New York Times y fundadora de los Ministerios Joyce Meyer, Inc. Ella ha escrito más de 80 libros, incluyendo La Batalla de la Mente y La Revolución de Amor (Hachette). Ella es anfitriona del programa de radio y de televisión, Disfrutando la Vida Diaria, el cual se transmite por cientos de estaciones alrededor del mundo. Para más información, visite www.ministeriosjoycemeyer.org
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