Reflexiones de Amistad Unicas

reflexiones de amistad sinceras que te harán pensar en lo mucho que necesitamos de los amigos. Algunas de ellas alegres, otras más tristes, pero sin duda cada una con enseñanzas valiosas y grandes verdades con las que estarás de acuerdo. Compartélas con aquellas personas que te han apoyado siempre y recuerda que siempre las puedes utilizar, para tener un lindo detalle con ellas.

Cuando un amigo se marcha

A veces no podemos tener el control total de las cosas que suceden. Amistades que se ven interrumpidas por la distancia o el tiempo. Amigos que se van en busca de sus propios sueños o en ocasiones, por eventos desafortunados. Cuando un amigo se marcha, abre una herida en el corazón que es difícil de cicatrizar y una vez que lo hace, la marca queda en lo más profundo del alma como un recordatorio de los momentos más felices.

Y es que aunque nos cueste seguir adelante ante un acontecimiento como este, no queda de otra que avanzar, siempre manteniendo en la memoria el recuerdo de una persona que significó lo más valioso en el pasado.

Los verdaderos amigos no esperan nada a cambio

Es fácil llamarse amigo pero serlo es una prueba que se tiene que superar cada día. Es mucho más sencillo llamar amigo a cualquier persona, pero descubrir si en verdad lo es, puede que sea una de las cosas más difíciles que nos toque vivir. Se dice que los mejores amigos son aquellos que comparten los momentos más bellos de tu vida, pero lo cierto es que no hay nada más alejado de la realidad.

Porque los mejores amigos están en los momentos más dolorosos, los más tristes y oscuros, los peores por los que uno puede pasar. Están ahí para compartir tu dolor y para no dejar que te hundas en él. Están ahí para sacarte del túnel, incluso cuando no quieres que lo hagan, porque has perdido toda esperanza en ti y en los demás. Pero ellos siempre creen en ti, hasta cuando tú has dejado de hacerlo. No les importa tu necedad, tus defectos o los errores que han cometido, aguantan el daño que con ellos les puedas hacer y te demuestran la suerte que tienes de que estén ahí.

Los verdaderos amigos nunca esperan recibir nada a cambio, más que tu propio bienestar. Generalmente, uno no puede decir que haya muchas personas con sentimientos así. Pero si cuentas con tan solo alguna, entonces definitivamente eres afortunado. Y definitivamente, ese alguien merece que correspondas su esfuerzo, aunque en realidad nunca lo espere.

Cuidar una amistad no es sencillo

Todo el tiempo le decimos a nuestro círculo de amistades que siempre estaremos juntos y que nada nos podrá separar. Lo decimos confiados y sin pensar mucho en el mañana, en realidad. Luego pasa el tiempo y se tienen que tomar decisiones. Hay promesas en donde decimos que mantendremos el contacto y que luego, poco a poco se van olvidando. Entonces uno mira a su alrededor y si tiene suerte, se da cuenta de que hay una persona o dos con las cuales jamás se cortarían los lazos.

No es sencillo cuidar de algo tan frágil como la amistad. Hay tantas cosas que se pueden interponer y tantos acontecimientos que pueden surgir. Puede que parezca algo injusto, pero así es la forma en la que trabaja la vida para poner a prueba lo que es importante de verdad. Y uno no es quién para cuestionarlo, porque de todos modos no se puede tener el control sobre cosas como esas.

Está claro que solo quienes merecen tener un amigo de verdad, son capaces de conservarlo. O de recuperarlo si han llegado a perderlo. Y nada de esto puede ser fácil pero, ¿qué cosa que realmente valga la pena lo es? La amistad es tan valiosa y muchas veces ni siquiera somos conscientes de ello.

Estar ahí para alguien que quieres

Se sabe que cuando alguien te importa de verdad, no por lo que hace o lo que tiene, sino por quien eres, tú serás capaz de ver por su bienestar sin detenerte a pensar ni siquiera en ti mismo. Cuando tienes un amigo y sabes que la amistad entre ambos es algo sincero y verdadero, lo harás sin detenerte a pensar las cosas. Muchas personas no comprenderán el porque lo haces o como es que puedes lograrlo, sin siquiera pensarlo dos veces. Eso es lo bonito de saber que has encontrado a alguien con quien puedes contar. Que él también puede contar contigo, no importa lo que pase.

La prueba más especial entre dos o más personas que comparten un vínculo, es la de estar ahí para y por la gente que quieres. No importa que te vayas a meter en problemas o incluso si después no te lo agradecen, porque están pasando por un momento difícil. Tú te quedarás y sabrás tener paciencia con ellos.

Se necesita mucho valor para hacer algo así, porque lamentablemente no muchos están acostumbrados a darlo todo sin obtener algo a cambio. Incluso si solo esperan un simple gracias. Se necesita en verdad contar con buenos amigos para sentirse capaz de hacer algo así, aunque el corazón salga lastimado. Es una prueba dolorosa, pero también de las más hermosas que existen.

La amistad es complicada pero también maravillosa.

Hasta en los malos momentos

Se dice que solo una se puede comprobar una amistad verdadera, cuando te toca compartir los instantes más amargos y difíciles. Es sencillo mantener los lazos cuando las cosas marchan tal y como lo deseamos. Pero cuando todo se vuelve en contra nuestra, hace falta tener agallas para demostrar que siempre se va a permanecer ahí, para apoyar a quien más lo necesita.

Y es que ser un amigo de verdad es una acción que requiere de mucho valor. Tanto o más del necesario para enfrentarnos con nuestros peores miedos.

Para ser fiel

La fidelidad es uno de los valores más importantes para conservar la amistad, aunque desafortunadamente hoy en día es más difícil de encontrar. ¿En qué momento podemos dejar de preocuparnos por los amigos, para perseguir nuestros propios intereses? Este es un pensamiento que a menudo pasa por mi cabeza, y me asusta porque no quiero darle la espalda a esas personas que han estado desde siempre junto a mí.

Hacer esto supondría no solo decepcionarlos a ellos, sino a mí mismo. Después de todo, ¿cómo se puede proseguir siendo consciente de qué eres capaz de traicionar o has perdido la capacidad de agradecer? Es una perspectiva con la que presiento que me ha tocado vivir, solo para probarme que soy una mejor persona de la que creo ser.

También me pregunto y presiento que a ellos les sucede lo mismo. Supongo que para ser fiel, hace falta tener presente esta inquietud y a pesar de lo que suceda, contar con la convicción de saber como rechazarla.

Por las amistades perdidas

Es difícil comprender como un malentendido, puede ocasionar que tengas que despedirte para siempre de personas que una vez fueron incondicionales. Amistades que se quebrantan y se disuelven en el tiempo, aunque antaño prometían ser para siempre. Son solo los años quien pueden corroborar esa decisión. Es increíble como las cosas pueden cambiar de un instante a otro, en menos tiempo del que nos imaginamos.

Los días se vuelven oscuros y puedes sentir como la traición te acecha a cada paso que das, como la indiferencia amenaza con volverte insensible y las horas transcurren, recordándote que es imposible que las cosas vuelvan a ser igual que antes.

Pero es por las amistades perdidas que al final terminamos volviéndonos más fuertes y sabemos reconocer, a quién no nos defraudará. Puedes terminar diciendo adiós a un montón de gente, pero así tengas al final un par o solo un amigo que es verdaderamente honesto, sabrás que todo habrá valido la pena.

Cuando el mundo te da la espalda

Sucede. Cerramos los ojos ante las equivocaciones que cometemos, quizá para no ver como todo se desmorona a nuestro alrededor  o tal vez, porque solo tenemos miedo de aceptar lo inevitable. Entonces el mundo entero nos da la espalda y nos hundimos en un abismo que es cada vez más profundo. Voces van y vienen, pero casi ninguna de ellas es alentadora. Excepto las de quienes no nos permiten darnos por vencidos.

¿Cómo creer en uno mismo cuando la esperanza se ha perdido en el horizonte? ¿Cuándo nos damos cuenta de qué hemos fallado, aún después de tanto empeño? Solo quienes son dignos de llamarse amigos, se encargan de tener fe en ti cuando hasta tú la has perdido por completo.

Si alguna vez te sucede, considerate afortunado y ten en cuenta que no siempre existen las segundas oportunidades. En cuanto alguien te extiende su mano para que puedas levantarte, tienes que intentarlo con todas tus fuerzas. Con todo tu empeño. Porque es probable que puedas lograrlo, aún cuando no te creas capaz.

Antes de conocerte

No recuerdo en que momento fue que pase a llamarte mi mejor amigo. Ha transcurrido tanto tiempo que creo que me será imposible encontrar esa memoria. Creo que me acostumbre desde una edad temprana a considerarte de esa forma, aunque lo cierto es que tengo muy presentes todas esas ocasiones en que con hechos me lo demostraste. No pienso muy a menudo en si merezco tu atención o no, pero cuando lo hago caigo en la cuenta de que tengo mucha suerte.

Si el día de mañana tuvieramos que andar por caminos diferentes, no entiendo cual sería la manera más apropiada de seguir, porque has sido mi apoyo más importante. Creo que nunca sería capaz de andar sin tu valiosa ayuda a mi lado.

No sé lo que tiene el futuro para nosotros, solo espero que nos permita averiguarlo juntos. Y que si por alguna razón nos toca descubrirlo con distancia de por medio, está no sea lo suficientemente fuerte como para hacer que nos olvidemos el uno del otro. Porque siento que desde hoy, estás en mi mente y en mi corazón.

A pesar de las circunstancias

¿Qué se puede hacer cuando sientes que has fallado? Los seres humanos podemos ser débiles. Y es doloroso cuando estás consciente de que no hiciste lo mejor que pudiste, por el bien de un amigo. Es difícil y sobretodo, te hace sentir mal contigo mismo. Los errores pueden repararse pero no siempre es posible restablecer la confianza. ¿Y qué sucede cuándo te das cuenta de ello?

Pudimos haberlo hecho mejor. Es una afirmación que a muchos suele acompañarnos en varias circunstancias de nuestra vida. Pero bien dicen que lo hecho, hecho está. Y solo la amistad verdadera sabe perdonar las equivocaciones sin guardar rencor, dándolo todo de sí sin esperar nada a cambio. Y de hecho, esto último suele ocurrir.

Muy tarde nos damos cuenta de lo que tenemos y cuan afortunados somos. Porque si alguien se mantiene incondicional, a pesar de las circunstancias que te rodean y que te empujaron a decisiones negativas; entonces puedes decir que lo tienes todo en el mundo.

¿Te han gustado las reflexiones del día de hoy? Déjanos un comentario para conocer tu opinión y no olvides, que en Amorteca siempre tendremos material nuevo y emotivo para compartir contigo y tus seres queridos.

Por Ministros Editor