Por Felix Ramirez. Santiago 4:1-10
Introducción
Los conflictos, parte de nuestra vida cotidiana, son una expresión de que somos pecadores viviendo en un mundo de pecado.
I. UNA PERSPECTIVA EQUIVOCADA ACERCA DEL ORIGEN DE LOS CONFLICTOS
v. 1a ¿De dónde vienen las guerras y de dónde los pleitos entre vosotros?
A. Ante el conflicto, nos movemos entre creencias equivocadas. Algunas creencias equivocadas acerca del conflicto
Agresión: : “ella empezó, yo no le hice nada”
Negación: “no fue nada”
Alejamiento: “no quiero nada con él”
Autojustifiación: “yo no he hecho nada malo”
B. Tenemos una visión pasiva de las cosas: somos víctimas de las faltas y defectos de los demás y de las circunstancias. La culpa no está en mí, sino afuera, en los demás. No vemos el conflicto como algo que viene de afuera para interrumpir el buen funcionamiento de las relaciones entra las personas.
C. Un diagnóstico equivocado conducirá a acciones equivocadas. Por eso tenemos conflictos pendientes que quedan sin resolverse a pesar de buenas acciones tomadas.
II. LA PERSPECTIVA CORRECTA: Una mirada hacia nuestro interior
v.1b ¿No surgen de vuestras mismas pasiones que combaten en vuestros miembros?
A. Santiago nos invita a voltear la mirada hacia nuestra propia vida: son nuestros propios deseos (intenciones, placeres, gustos, preferencias) la verdadera causa. Los conflictos surgen como resultado de un choque de intereses y deseos.
B.v. 2 Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra. Estos deseos tienen un increíble control sobre nuestra vida: codiciar, matar, arder de envidia, combatir y hacer guerra.
C. v 3 Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastarlo en vuestros placeres. Estos deseos están presentes incluso en nuestras oraciones.
D. v. 4 ¡Gente adúltera! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. Nuestras enemistades son el resultado de nuestra enemistad principal con Dios.
1. Dios nos manda a serle totalmente fieles a Él, ese es la esencia del primero y Gran Mandamiento v. 5¿O suponéis que en vano dice la Escritura: El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente?
2. Por eso, al querer a nuestros deseos y placeres más que a Dios nos constituimos en enemigos de Él. La causa fundamental de los conflictos con nuestro prójimo (violación del Segundo mandamiento) es la violación del Primero.
3. Nunca creceremos hacia la unidad en la iglesia si pasamos por alto este entendimiento de nuestra propia pecaminosidad como causa de los conflictos.
III. UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO PERSONAL
v. 6 Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Dios nos ofrece su gracia, que es mayor que nuestro pecado. Y con base en este ofrecimiento, Dios nos llama a la acción. (10 verbos en modo imperativo)
A. V.7 Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros. Debemos volvernos del gobierno de nuestros deseos al señorío de Cristo; sólo así podemos resistir exitosamente al diablo.
B. V. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y purificad vuestros corazones, vosotros de doble ánimo. Debemos buscar al Señor de todo corazón con la esperanza de encontrar respuesta. Debemos buscar al Señor para recibir su perdón por:
a. Nuestros actos (manos)
b. Nuestros deseos (corazones)
C. V. 9 Afligíos, lamentad y llorad. Vuestra risa se convierta en llanto, y vuestro gozo en tristeza. Debemos desconfiar de nosotros mismos. No debemos sentirnos contentos y satisfechos pensando que estamos sin faltas.
D. V. 10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Debemos caminar constantemente en humildad ante el Señor, quien puede mostrar nuestra justicia. Este es el camino seguro para estar alertas.