Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para
hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe
El valor de la integridad
Lávate en la sangre del Cordero para que seas renovado y puedas recibir Sus promesas. Nuestra vida debe reflejar la integridad que hemos aprendido del Señor. Él debe santificar completamente nuestro espíritu, alma y cuerpo para que seamos irreprensibles y santos1. Hemos sido creados como vencedores y debemos demostrarlo siempre para decir como Pablo: “He …