Todo en la vida, como Adoración

Romanos 12:1-2 . Ni en este monte ni en Jerusalén

En el primer mensaje sobre adoración hace tres semanas el punto principal fue, primero, que en el Nuevo Testamento hay una indiferencia asombrosa acerca del lugar y la forma externa: "Ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre, sino en espíritu y en verdad" (Juan 4:21-23) No en Samaria, sino en espíritu; no en Jerusalén, sino en verdad.

Segundo, intensificación radical de la adoración como experiencia interna; "este pueblo de labios me honra mas su corazón está lejos de mí" (Mateo 15:8). Adoración es experiencia real, auténtica, del corazón con Dios, o no es adoración.

La clave para adorar a Cristo es darle valor a El.

En el segundo mensaje hace dos semanas, intenté mostrar cuál es la esencia vital de la adoración como experiencia interna. Y el argumento, basado en Filipenses 1:20-21, consiste en atesorar a Cristo como ganancia, o estar satisfechos con Dios en todo lo que El ha dispuesto para nosotros en Jesús. Pablo dice que su esperanza consiste en poder magnificar a Cristo ya sea por vida o por muerte, porque para él el vivir es Cristo y el morir es ganancia. De modo que magnificamos a Cristo en muerte o en vida al contarle como nuestra mayor ganancia, mayor que cualquier otra cosa que el mundo pueda ofrecer. La llave para adorar a Cristo es valorizar a Cristo. Cristo es más glorificado en nosotros cuando nos satisfacemos más en él.

El servicio de adoración – servidos por Dios

Luego, la semana pasada, en Belén, no hubieran pensado que continuaríamos nuestra serie sobre la adoración, pero lo hicimos. No es de poca importancia que nuestras reuniones los domingos en la mañana sean llamados "servicios." ¿Qué queremos decir con "servicios? ¿Qué es un "servicio de adoración"? Mi punto, la semana pasada, de Hechos 17:25 y Marcos 10:45 fue que "Dios no es servido por manos humanas como si él necesitara algo, sino que él mismo da vida, aliento y todas las cosas a cada uno". Y, "Cristo no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en expiación por muchos". Cualesquier otra cosa que un "servicio" pudiera ser, en primer y primordial lugar, consiste en ser servidos por Dios.

Esta es simplemente una forma de repasar la lección de la semana anterior. Dios es magnificado cuando le atesoramos como ganancia sobre todas las cosas, y venimos a él a decirle esto y a buscar más de él. Dios nos sirve al dar vida, aliento y todo lo de sí mismo que se introduce hasta los huecos más profundos de nuestro corazón. En primer lugar le adoramos al estar sedientos y hambrientos de Dios por encima de cualquier otra cosa. Primero le adoramos al ser servidos por El. Es servicio de adoración, porque el servicio inicia al Dios servirnos, llenarnos, con aquello que desesperadamente necesitamos, esto es, El mismo. Volveremos sobre esto en las semanas que vienen.

Conectar con adoración todo en la vida

Pero esta mañana nos enfocaremos en otro punto derivado de los sermones anteriores. Es lo siguiente: si la esencia vital de la experiencia interna que llamamos adoración es satisfacción en Dios o atesorar a Cristo como ganancia sobre todas las cosas, esto explica por qué Romanos 12:1,2 describe todos los sucesos de la vida como adoración. Recordarán que la semana pasada pregunté, "Bueno, ¿en qué consiste la vida cristiana si Dios no puede ser servido por manos humanas, si Su deleite es servirnos? ¿Cómo es esta vida?" La respuesta sería que al levantarnos de mañana fijamos el corazón en Cristo. Vamos a él y renovamos nuestra satisfacción en él a través de su palabra. Y luego iniciamos el día queriendo expresar e incrementar esa satisfacción en todo lo que Dios es para nosotros en Jesús.

Veamos Romanos 12:1-2, que conecta todo en la vida con la adoración:

1Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. 2Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

Un sacrificio que vive y se mueve y hace cosas

De modo que el verso uno dice que presentar nuestros cuerpos a Dios en sacrificio vivo y santo es adoración. Ahora, ¿a qué se refiere? En general, un sacrificio era un cuerpo muerto, por tanto dice "vivo" para asegurar con certeza que no significa un sacrificio humano literal. Los sacrificios se colocaban en el altar y los sacerdotes comían partes de él y ese era el final del animal. No tenía más existencia. Pero esto no es lo que Pablo quiere significar, porque al menos tres veces en Romanos 6 (versos 13, 16, 19) habla de presentar nuestro cuerpo o nuestros miembros a Dios como partes, pero en cada caso para que nuestros miembros -brazos, piernas, lenguas, ojos, orejas y nuestros órganos sexuales se conviertan en instrumentos de justicia. De modo que el sacrificio no solo está vivo, viviente, además se mueve y hace cosas en el mundo.

Entonces, ¿por qué se trata de un sacrificio? En la práctica, ¿cómo presentar nuestro cuerpo a Dios en sacrificio? Creo que la mejor respuesta es ver la conexión entre los versos 1 y 2. Mi sugerencia es que el verso 2 es la explicación realista del verso 1, más simbólico. El verso 1 habla de sacrificios y adoración. El verso 2 habla de tu mente siendo renovada y cumpliendo la voluntad de Dios.

La conexión explícita para mostrar que Pablo piensa de esta manera, es la repetición de la palabra "aceptable" en versos 1 y 2. Verso 1: "Presenten vuestros cuerpos…santo y aceptable a Dios." Verso 2: Usa tu mente renovada para comprobar cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. De modo que probablemente hay relación estrecha entre ofrendar nuestro cuerpo como sacrificio aceptable a Dios, y hacer la voluntad aceptable de Dios.

No conformados, sino transformados

Por tanto, si el verso 2 es una explicación realista del cuadro simbólico del verso 1, miremos más de cerca por un momento. Hay un mandamiento negativo y uno positivo; negativo, no os conforméis a este siglo; positivo, transformaos. No conformados, transformados. Dedica tu vida de creyente a ser cambiado. No te ancles, no permanezcas en el nivel de transformación que ya posees. ¡Oh, cuántos cristianos echan a perder su derecho de nacimiento por anclarse! ¡Sé transformado! El verbo es tiempo presente, en movimiento, en crecimiento continuo para no conformarse uno mismo al mundo.

Pero, ¿cómo transformarse? ¿Qué implica esto? ¿Significa que solo estudiemos lo que el mundo viste, ve, oye, escucha, compra y juega, para luego hacer lo contrario?

Bueno, con toda probabilidad habrá diferencia en la mayoría de estas áreas, pero no es el punto focal del verso, ¿no es así? Dice: "Transformaos mediante la renovación de vuestra mente". El enfoque no es limpiar primero la taza por fuera, sino limpiar lo de adentro. En otras palabras, transformación y no conformidad en lo externo debe fluir de un nuevo entendimiento, una nueva mentalidad. Ser transformados en la renovación del entendimiento.

Alguno podría decir "entiendo, significa que debemos aprender a pensar diferente a como el mundo piensa, y así me transformará del interior hacia afuera". Bueno, es verdad. Pero hay una palabra en el verso 2 que nos muestra que no es toda la verdad, quizás ni siquiera la verdad principal – depende lo que Usted quiera significar por "pensar."

¿Cuál es la función de la mente de acuerdo al verso 2? ¿Cuál es el propósito de una mente renovada? Pensar correcto es esencial con toda seguridad. Si piensa de manera ilógica, probablemente vivirá errado. Por ejemplo, si pensara algo como esto: "Premisa #1: La mayoría de los anuncios de televisión me tientan a desear cosas que no necesito. Premisa #2: Ver más televisión me lleva a ver más anuncios de la televisión. Conclusión: Por tanto, mientras más televisión vea, estaré menos tentado a querer cosas que no necesito." Este es un ejemplo sencillo de pensamiento ilógico que producirá un vivir equivocado, incorrecto, si no cambia y mejora su forma de pensar.

Probar y aprobar

Pero el énfasis del verso 2 no es éste. Hay una palabra crucial que debemos entender con propiedad. La Nueva Biblia Americana Standard (NASB) dice que el entendimiento renovado es para que podamos "comprobar, verificar, cuál sea la voluntad de Dios." La palabra clave es "probar." Es una palabra tremendamente importante. Tiene dos implicaciones: una, la idea de probar o evaluar el valor de algo; dos, la idea o la capacidad de verificar y aprobar un valor cuando se estudia. En el idioma inglés es muy difícil mostrar ambas ideas con una sola palabra. De hecho, la Nueva Versión Internacional (NIV) emplea dos palabras. Se refiere a la renovación del entendimiento, luego dice: "entonces serás capaz de evaluar [probar] y verificar [comprobar] cuál es la voluntad de Dios." La idea completa. Evaluar y comprobar.

Entonces, ¿cuál es la raíz del tema en el verso 2? La raíz es más que pensar correctamente. Es valorar correctamente. No solo probar correctamente, sino comprobar correctamente. No sólo probar correctamente, sino valorar.

Veamos si puedo ayudarles a ver la diferencia: es posible enseñar una persona no educada a reconocer una veta de oro pero sin que sepa cuán valioso es. Le darían el oficio de recoger pepitas de oro en un río y pagarle un dólar por hora mientras prueba de manera precisa las piedras amarillas, y llena el bolso de pedazos de oro cuyo valor es de miles de dólares.

Este no es el tipo de renovación que describe Pablo. El no dice: lee suficientes libros o escucha suficientes casetes o sermones para que puedas detectar una buena obra cuando la veas y luego te disciplines para hacerla. Lo que Pablo dice es: sea tu mente renovada de manera tan profunda, para que no solo evalúes y detectes oro cuando lo veas, sino que también ames el oro – apruebes el oro, valores el oro. Eso es lo que la palabra significa. (Vea Romanos 1:28; 14:22; 1 Corintios 16:3)

Ahora pueden ver que la renovación implicada es más que una lección de lógica. Si quieres saber si cierto material es dulce, podrías razonar lógicamente: bueno, es marrón, pegajoso, se obtiene de colmenas, se cristaliza al agregarle agua y los ojos de un niño de dos años se iluminan si lo untas en pan tostado. Por tanto, infieres, debe ser miel; la miel es dulce. Esta no es la manera principal como Romanos 12:2 pretende que encuentres la voluntad de Dios. El modo de saber si el material es dulce es probar su sabor, no mediante ideas lógicas.

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Renovado en el Espíritu de tu mente

Efesios 4:23 contiene el paralelo más próximo a este versículo, Pablo dice: "y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente". Esta es una frase muy extraña: el espíritu de vuestra mente. Pienso que significa algo así como la capacidad de tu mente de saborear el espíritu de una cosa. Una razón por la cual algunas personas simples, no educadas, viven vidas más santas y rectas que algunos cristianos altamente educados es que sus mentes están más profundamente renovadas. Esto es, tan renovadas que pueden probar, o podríamos decir oler, la putrefacción de una tentación mucho antes que otros y apartarse antes que ocurra la más mínima contaminación. Y pueden probar y oler una bella oportunidad de amar y hacer el bien antes que otros la puedan percibir.

En otras palabras, renovación de mente es un cambio espiritual profundo de cómo la mente evalúa y valora las cosas.

En Efesios 4:18 Pablo dice que la ignorancia (de mente) se fundamenta en la dureza de corazón. De modo que, si la mente ha de ser sabia y discernir la voluntad de Dios, el corazón ha de ser tierno y susceptible a la realidad espiritual. En otras palabras, la renovación que Pablo exhorta es profunda, más profunda de lo que cualquier esfuerzo mental pudiera obtener. Por esto orar es extremadamente esencial. La oración constante del creyente es: "Abre mis ojos para que vea" (Salmo 119:18); "Que los ojos de mi corazón sean iluminados" (Efesios 1:18); y "Hazme, oh Señor, probar y ver que tú eres bueno" (Salmo 34:8). En otras palabras, Dios debe hacer la renovación a través de su palabra y Espíritu.

Una mente profundamente renovada

De vuelta atrás, examinemos ahora Romanos 12:1,2 con esta perspectiva. La raíz de la vida cristiana en el verso 2 es una mente profundamente renovada. No sólo piensa con claridad, sino que evalúa en verdad, valora con precisión, aprueba con firmeza, atesora con pasión lo que es bueno, aceptable y perfecto.

Esto es muy relevante a nuestro diario vivir porque el 95% de las cosas que hacemos durante el día, las realizamos sin ninguna reflexión lógica sobre el particular. Actuamos en espontaneidad, según el espíritu de la mente que se halla en nosotros (Efesios 4:23) -o como Jesús dijo, de la abundancia del propio corazón (Mat. 12:34). Para vivir con autenticidad la vida cristiana, hemos de estar en el proceso de renovar a profundidad nuestra mente, más allá del simple pensar lógico.

Luego, el verso 2 señala que tal renovación profunda del cómo aprobamos, evaluamos y valoramos la realidad, nos conduce a una vida transformada que no se conforma a este mundo. Ahora bien, esta no-conformidad no es mera apariencia, sino interna, natural y libre. Fluye de nuevos valores y juicios, de saber donde está nuestro tesoro. Pero nos cambia en lo externo y nos aparta de conformidad con el mundo. Nos encontramos haciendo cosas que Pablo llama "la voluntad de Dios." Dios tiene un patrón de vida al cual nos llama a vivir, armónico con el nuevo poder de aprobar lo que es bueno, hermoso y verdadero, que armoniza con nuevos valores y nuevos tesoros. Hay cosas buenas, cosas aceptables y cosas perfectas – maneras diferentes de hablar sobre lo que Dios nos llama a hacer en diferentes circunstancias.

Ahora, ¿cómo se relaciona esto con el versículo 1? ¿Cómo se relaciona con el sacrificio vivo de nuestros cuerpos ofrecidos a Dios, el cual es nuestro culto racional?

Pienso que es simplemente una manera de describir la ofrenda del sacrificio. El versículo 2 describe un sacrificio vivo porque en la renovación de nuestras mentes, muere toda forma mundana de probar, evaluar, aprobar, valorar y atesorar. Estamos, como dice Pablo: "crucificados para el mundo y el mundo para nosotros" (Gálatas 6:14). La renovación es un morir a los viejos valores y el nacimiento de otros nuevos. Es el morir de hábitos pasados como el valorar televisión, comida y dinero; y el nacimiento de otros nuevos deseos espirituales.

Dios es el tesoro que me satisface en todo

Así, adoración espiritual es venir cada día a Dios y decirle: "Dios, no deseo nada más que aprobar lo que es más digno, valorar lo que es más valioso, atesorar lo que es más precioso, admirar lo que es más hermoso y odiar lo que es más maligno, aborrecer lo que es más odioso. Me considero muerto a todo lo anti-espiritual, inmundo y adormecedor a mi alma. Renuévame, Señor. Despierta mi capacidad espiritual de discernimiento correcto." "Y tómame, cuerpo y alma, hazme instrumento de tu Gloria en el mundo. Que la renovación que trabajas dentro de mí se muestre en el exterior. Esta es mi adoración espiritual. Mostrar al mundo que Tú eres mi Único tesoro, que me satisface en todo".

Ahí está. De vuelta en el principio. La esencia de la adoración es estar satisfechos en Dios y atesorar a Cristo como ganancia. Romanos 12:1,2 no dice algo diferente. Esto es lo que significa tener el entendimiento renovado. La mente renovada percibe, aprueba y valora, atesora la voluntad de Dios (y transforma todo en la vida) porque primera y principalmente percibe, aprueba, valora y atesora a Dios.

Y el hacer la voluntad de Dios es el resplandecer de Dios en su gloria. "Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16). Todo en la vida es el resplandecer de lo que realmente valoras, aprecias y atesoras. Por tanto todo en la vida es adoración. Adoración a Dios, o a cualquier otra cosa.

Sé pues transformado en la renovación de tu entendimiento. Atesora a Dios en todas sus obras y caminos. Considera tu vieja mente muerta y ofrece tu ser a Dios en sacrificio vivo, que él pueda colocarte en exhibición al resplandecer su dignidad y valor en tu vida. Adórale con tu vida.

By John Piper. © Desiring God. Website: ministros.org

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