Título: Un llamamiento que transforma vidas.
Base Bíblica: Marcos 1:16-20.
Introducción:
El ser humano de nuestro tiempo enfrenta la soledad, la tristeza, la desesperanza, el desasosiego, la depresión y la desilusión como consecuencia de su total distanciamiento de Dios. Busca muchas salidas a su situación pero no las encuentra. Su panorama luce ensombrecido. No hay aparente salida a su encrucijada.
Como consecuencia, millares buscaron el camino equivocado. Unos en las drogas o el alcohol; otros en el libertinaje; un buen grupo en el consumo de cápsulas para la ansiedad. Otros en el suicidio o en el abrigo del mal llamado ateísmo. ¿Cuál ha sido tu “camino”? Hoy te presentamos uno mejor el Señor Jesucristo. Él te llama a una vida renovada, de realización personal y espiritual.
I.- El Señor Jesucristo fue quien tuvo la iniciativa de ir en busca de aquellos que le necesitaban en sus vidas (v. 16).
“Caminando Jesús junto al mar de Galilea…”
1.- El Señor Jesucristo fue al encuentro de aquellos hombres que tenían un enorme vacío en su corazón (v. 16 a).
a.- El mundo los había desilusionado.
b.- Un trabajo estable y relativa solidez económica no llenaban su vacío.
c.- Los amigos les habían fallado.
d.- La rutina los había sumido en el estancamiento. No sabían adónde ir.
e.- Estaban desesperanzados en una sociedad individualista, en la que cada cual buscaba sus propios intereses.
f.- Les desconcertaba el que sus líderes religiosos hubiesen caído en el ritualismo.
2.- El Señor Jesucristo se acercó a la realidad de Simón y Andrés (v. 16 b).
a.- Todos veían en ellos unos pescadores corrientes.
b.- El Señor Jesucristo apreció en los dos pescadores a los siervos y ministros que llegarían a ser para la extensión del Reino de Dios.
c.- El Señor Jesucristo estaba dispuesto a brindarles acompañamiento y fortaleza en el proceso de crecimiento personal y espiritual.
II.- El Señor Jesucristo los llamó a experimentar una vida plena, diferente a la que conocían hasta ahora (v. 17).
1.- Hasta el momento de tener un encuentro personal con el Señor Jesucristo habían experimentado una vida sin propósito.
a.- Una vida en la que no eran diferentes que los demás.
b.- Una vida en la que veían pasar el día/día sin propósito alguno.
c.- Una vida incierta, desconociendo qué pasaría al día siguiente.
2.- El Señor Jesús los invitó a seguirle. Dejó abiertas las puertas. No se trató de una imposición (v. 17 a).
“Y les dijo: “Venid en pos de mí….”
a.- En nuestra sociedad hay muchas invitaciones: de los políticos, de las filosofías orientales, de la Nueva Era, del materialismo ateo.
b.- Todas las invitaciones encierran algún propósito.
3.- El Señor Jesucristo los invitó a experimentar una vida de poder (v. 17 b).
“…y yo os haré pescadores de hombres”.
a.- La vida de crecimiento y realización personal no se logra en nuestras fuerzas ni tampoco a nuestra manera, sino a la manera de Dios.
b.- Ser pescadores de hombres era posible si permanecían junto a Él.
c.- Se trataba de una vida que por lo maravillosa, estaba fuera de su comprensión y sonaba increíble.
III.- El Señor Jesucristo les invitó a tomar una decisión que marcaría la diferencia en sus vidas (v. 19, 20).
“Al instante, dejaron sus redes y lo siguieron”.
1.- Seguir al Señor Jesucristo implicó que evaluaran si querían experimentar siempre una vida sin propósito.
2.- Seguir al Señor Jesucristo implicó renunciar a una vida de pecado.
a.- Dejar de lado la autosuficiencia.
b.- Dejar de lado los paradigmas religiosos.
c.- Dejar de lado el temor al qué dirán.
3.- Seguir al Señor Jesucristo implicó tomar una decisión radical.
IV.- El Señor Jesucristo llamó a quienes anhelaban lo mejor de la vida (vv.18, 19).
1.- El Señor Jesucristo no limitó el llamamiento a Simón y a Andrés. Lo extendió a Santiago y Juan. Ellos también anhelaban lo mejor de la vida (v. 19).
2.- El Señor Jesucristo recibió una respuesta inmediata de los pescadores (v. 20).
3.- El Señor Jesucristo sigue llamando hombres y mujeres hoy día.
Conclusión:
Las vidas de aquellos hombres llamados por el Señor Jesucristo experimentaron cambio. No fueron los mismos jamás. Eran criaturas renovadas por el poder de Dios. La misma invitación la extiende el Hijo de Dios a su vida hoy. Todo puede ser diferente si le abre su corazón y recibe a Jesucristo como su único y suficiente Salvador.
© Ps. Fernando Alexis Jiménez
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