Hoy no celebramos una derrota…
Hoy recordamos el día en que el Salvador se dejó clavar en una cruz por amor.
No fue obligado. No fue vencido.
Él eligió quedarse. Él eligió sufrir. Él eligió salvarte.
Imagina ese momento…
La corona de espinas, los clavos, el peso del pecado del mundo entero sobre Sus hombros.
Y aún así, no retrocedió.
¿Por qué?
Porque tú eras Su motivo.
Tu alma, tu libertad, tu eternidad… valían todo para Él.
Cada gota de sangre que cayó, gritaba: “¡Te amo!”
El Viernes Santo es el eco eterno de un amor que no se rinde.
Un amor que no mira tus fallas, sino tu valor.
Un amor que venció al pecado, al infierno y a la muerte… por ti.
“Consumado es” no fue un grito de derrota.
Fue un grito de victoria.
La deuda fue pagada. El puente fue restaurado. ¡El camino al Padre fue abierto!
Hoy, detente un momento. Mira la cruz.
No con culpa, sino con gratitud.
No con tristeza, sino con reverencia.
Porque ese madero seco fue el altar donde floreció la vida eterna.
Jesús murió por ti… para que tú vivas para Él.
Deja que este Viernes Santo no sea solo un recuerdo…
Haz que sea un renacer.
Una nueva oportunidad para abrazar el amor más puro y verdadero que existe.
¿Cuál es el verdadero significado de la Semana Santa y el Viernes Santo?
La Semana Santa no es solo una tradición.
Es la conmemoración más profunda de la historia de la humanidad, porque marca el momento en que Dios mismo descendió al dolor humano para redimirnos.
- Domingo de Ramos: Jesús entra en Jerusalén como Rey humilde (Mateo 21:9)
“¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” - Jueves Santo: la última cena, el acto de amor en el servicio (Juan 13:5)
“Luego echó agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos…” - Viernes Santo: el sacrificio supremo (Isaías 53:5)
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados…” - Domingo de Resurrección: la victoria sobre la muerte (Lucas 24:6)
“No está aquí, sino que ha resucitado.”
El Viernes Santo representa el momento en que el cielo lloró, pero el amor triunfó.
Es el corazón de la cruz: justicia y misericordia encontrándose en un solo lugar.
Conclusión: Viernes Santo es…
Hoy no es solo un día para recordar…
Es un día para responder.
Responder con gratitud, con fe, con entrega.
Porque si Jesús no se avergonzó de morir por ti, ¿cómo no vivirás tú para Él?
Que este Viernes Santo no sea solo una fecha en el calendario…
Haz que sea un antes y un después en tu caminar con Dios.
Mira la cruz, siente el amor… y decide vivir con propósito, redimido, en plenitud.
Gracias, Jesús, por no bajarte de la cruz.
Te amamos porque Tú nos amaste primero.
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