
LA SANIDAD DE LA IGLESIA – Parte 2

Se trataba de una cena de enamorados para parejas de todas las edades. Era una velada maravillosa, uno de esos acontecimientos elegantes tan especiales en que aun los hombres dedican un poco más de tiempo para prepararse. Las mujeres estaban bellas y radiantes con sus mejores galas y los hombres se destacaban con sus trajes y corbatas.
Eclesiastés 12:9-12 Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
Amar, instruir y disciplinar, tres acciones fundamentales que interactúan constantemente en una educación responsable y de acuerdo a los principios que Dios ha establecido de los padres para con sus hijos siendo nuestro Padre el mejor ejemplo de cómo educar a un hijo.
El libro de los Hechos cierra con una asombrosa nota. Los últimos dos versículos, muestran a Pablo en cadenas, dentro de una casa de arresto y custodiado por soldados Romanos. No obstante lea la festiva nota con la cual se describe la situación de Pablo: “Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían. Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” (Hechos 28:30-31).
En el Salmo 27, David le ruega a Dios en una plegaria urgente e intensa. Le ruega en verso 7, “¡Oye, Jehová, mi voz con que a ti clamo! ¡Ten misericordia de mí y respóndeme!” Su oración está enfocada en un solo deseo, una ambición, algo que se había convertido en algo que lo consumía totalmente: “Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré” (27:4)
Los que somos pastores o estamos involucrados en ministerios que requieren de un contacto permanente con personas, podemos fácilmente imaginar la escena que nos presenta el capítulo 18 de Exodo. Un Moisés exhausto, intentaba cubrir las necesidades del pueblo que venía a él con sus problemas.
Evaluar la salud de una iglesia por la cantidad de miembros que la forman, la variedad de ministerios que tiene puede ser una trampa. Existen ciertos factores que nos ayudan en el discernimiento de la productividad o esterilidad de una congregación. Este artículo orienta en cuanto a cómo trabajar para que nuestra iglesia crezca en productividad.
El cristiano no puede ser egoísta ni egocéntrico. Por tal razón, el cristiano que ejerce bien el liderazgo, no crea dependencia hacia su persona, sino que su mayor objetivo y su meta principal, es que todo aquel que Dios pone bajo su autoridad, aprenda cuanto antes a depender del Señor Jesucristo.