Ayuda Para El Desalentado

1 Samuel 30:3. Introduccion: Cuando Abraham Lincoln ejercía la abogacía llegó a abatirse y dijo: Me siento el hombre más miserable del mundo. La gente grande, y también la gente común, llega a sentirse desalentada y abrumada. Juan el Bautista, Elías, Simón Pedro y otros enfrentaron días de depresión.

Los psiquiatras dicen que la enfermedad predominante de nuestros días es la depresión, que en ocasiones alcanza proporciones endémicas. Una persona de cada diez agoniza en las profundidades de la desesperación. Veinticinco por ciento sufre de depresión moderada. Cada iglesia, negocio, o sociedad, tiene algunas personas que ya no se sienten en la cumbre del mundo.

PROPOSICION: Examinemos este problema del desaliento y la depresión.

1.- PODEMOS DESCUBRIR LAS RAZONES PARA EL DESALIENTO

1.1.- Una fe débil permite que ocurra el desaliento: 1Samuel 27:1 dice: David dijo en su corazón: “Ahora bien, algún día voy a perecer por la mano de Saúl…”. El temblaba y admitía que le faltaba confianza. Dios había cuidado de él antes. Un león y un oso se habían convertido en sus trofeos. Hasta Goliat había caído a los pies de David. Se hizo más viejo, más sabio y más poderoso, sin embargo, se cuestionaba si Dios podría salvarlo de Saúl.

1.2.- Los problemas nos atacan y pueden debilitar nuestra fe: Pero, ¿no está Dios todavía con nosotros? El nos ha dado a Jesús… las Escrituras… al Espíritu Santo… y la iglesia. Y con todo, la fe a menudo parece muy frágil. En tiempos así, cuando nuestra fe se debilita, es que nos abatimos.

1.3.- Vivir con la compañía equivocada abre la puerta al desaliento: David enfrentó a Saúl diciendo: Nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos. (1 Samuel 29:1) Los filisteos eran enemigos de Dios, ¡y también de David! Sin embargo, él vivió entre ellos por 16 meses. La estrategia que David usó es peligrosa. Nos susurra: ¡Deja la iglesia! ¡Vuélvete mundano! ¿Y luego qué sucede? El resultado probable es el desaliento o la depresión. Tenemos docenas de cristianos en cada iglesia que padecen de desaliento porque han huido al campamento de los filisteos. El campamento enemigo no es lugar para el pueblo de Dios.

1.4.- Una gran pérdida o retroceso producen desaliento: Mientras David vivía entre los filisteos decidió atacar otra fuerza enemiga cercana. Mientras estaba fuera los amalecitas atacaron su campamento y se llevaron a los familiares de David y de sus hombres. El campamento de David fue quemado y él sufrió una gran pérdida.

1.5.- El desaliento nos ataca cuando perdemos lo que llamamos nuestro: Problemas financieros, separación familiar, muerte y la pérdida de la salud hacen que la gente se sienta desalentada. Las inundaciones barren las tierras agrícolas y destruyen las ciudades. El fuego devora lo que tenemos y la depresión nos sobreviene.

1.6.- La crítica trae desaliento: Los soldados de David empezaron a criticarlo cuando perdieron sus familias y sus bienes. Culparon a David por lo que el enemigo había hecho. Quisieron apedrearlo y David se angustió mucho (1 Samuel 30:6) Una manera rápida de desalentar a otro es criticándolo. Vuélvase quisquilloso… encuentre faltas… quéjese… sea negativo… enójese. Señale las faltas de los demás, ¡y entonces se hundirán! Mark Twain, un famoso humorista y autor, se casó con una cristiana radiante. El empezó a criticar la fe de su esposa, su Biblia, su iglesia. Los años pasaron. La esposa enfermó gravemente. Durante su fatal enfermedad, Mark Twain le dijo: Querida, ten fe. Confía en el Señor. ¡Cree! Ella le contestó, No puedo. ¡Hace mucho que destruiste mi fe! Seamos cuidadosos en la manera de tratar a los miembros de nuestra iglesia, a nuestras familias y a nuestros vecinos.

2.- PODEMOS DESCUBRIR UN REMEDIO PARA EL DESALIENTO

2.1.- La fe en Dios es la piedra fundamental para la recuperación: 1 Samuel 30:6 dice: Pero David se fortaleció en Jehová su Dios. Piense en la grandeza de Dios. En Su bondad, en Su poder, en Sus provisiones. Pidámosle que renueve nuestra fe y nuestra confianza.

2.2.- También podemos usar el recurso de la oración: 1 Samuel 30:7,8 dice que David le pidió a Abiatar que trajera el efod. Esa vestimenta como chaleco era usado por los sacerdotes cuando oraban. David consultó a Jehová. Nosotros también podemos. Si tenemos problemas y estamos desalentados debemos probar el sendero de la oración. Muchas personas han sido alentadas y dirigidas al camino de regreso por la oración. Como David necesitamos orar si queremos la victoria sobre la desesperación.

2.3.- Necesitamos ir a trabajar: David recibió órdenes directamente de Dios. El le dijo: Ve tras esos amalecitas que han invadido tu campamento. Un equipo de fútbol estaba perdiendo un partido. El entrenador del equipo que perdía se mantenía gritándole a sus jugadores, ¡Pásenle la pelota a Jorge! Ellos le gritaron en respuesta: ¡Jorge dice que no quiere la pelota! Todos debemos tener la pelota y entrar en el juego. El hogar necesita la cooperación de cada miembro. Un negocio necesita del apoyo de los obreros. Una iglesia necesita a todos sus miembros para contribuir a su bienestar. El trabajo es vital para recuperarse de la depresión.

Al trabajar descubrimos ayuda de fuentes inesperadas. Los 400 hombres de David cruzaron el torrente de Besor dejando atrás 200 soldados agotados. Mientras los 400 soldados perseguían a los amalecitas encontraron a un egipcio que había sido abandonado por los amalecitas para que muriera (1 Samuel 30) Le dieron agua, pan, pasas y masa de higos secos. Entonces él le dijo a los hombres de David a dónde se habían ido los hombres con toda la gente y las posesiones de David. David y sus hombres alcanzaron al enemigo y recuperaron todo lo que les pertenecía.

2.4.- Necesitamos darle la gloria a Dios: David dijo: Jehová,… nos ha guardado, y ha entregado en nuestras manos a los… que vinieron contra nosotros (1 Samuel 30:23) David le dio la gloria a Dios.

CONCLUSION: ¡La recuperación espiritual esta en camino! Tomémosla y alabemos al Señor juntos. Puesto que Dios es triunfante, podemos tener recuperación. Tenemos un camino para salir de la depresión y del desaliento. ¡Vivamos en el camino elevado de ahora en adelante!

Por: Alberto Valderrama

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Ayuda Para El Desalentado

Por Alberto Valderrama.  1 Samuel 30:3. Cuando Abraham Lincoln ejercía la abogacía llegó a abatirse y dijo: Me siento el hombre más miserable del mundo. La gente grande, y también la gente común, llega a sentirse desalentada y abrumada. Juan el Bautista, Elías, Simón Pedro y otros enfrentaron días de depresión. Los psiquiatras dicen que la enfermedad predominante de nuestros días es la depresión, que en ocasiones alcanza proporciones endémicas.

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