Hay oportunidad para corregir errores

Si hemos fallado con nuestra familia, es tiempo de corregir los errores con ayuda de Dios Fernando Alexis Jiménez Las playas suelen ser atrayentes, sobretodo en las mañanas cuando el sol camina perezoso hacia la cumbre y su calor comienza a bañar el cuerpo como una sábana ligera que sólo podemos percibir cuando nos cubre totalmente.             Ryan Caskey tenía en mente disfrutar la jornada al vaivén de las olas que morían en la playa, y se dejó llevar por las ondulaciones de agua salada que poco a poco lo llevaron mar adentro. Cerró sus ojos para mecerse con desgano.

EL ESPÍRITU SANTO EN LA FAMILIA (Devocional No. 080)

(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria) Pensemos por un momento cuantas veces vemos en la televisión hijos adolescentes de grandes estrellas o de familias muy ricas, siendo arrestados, encarcelados o formando parte de grandes escándalos… Lo han tenido todo, materialmente hablando, pero sus padres han sido ausentes, por tanto han sido lastimados, abusados, rechazados. Pero Dios desea familias restauradas, y tiene el poder para hacerlo

SI ALGUNO TIENE SED, VENGA A MÍ BEBA (Devocional No. 079)

(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria) Jesús ofrece agua, pero es una diferente, pues la natural sacia por un momento, pero la que el Señor ofrece produce vida eterna. El texto de hoy nos dice: “en el último día de la fiesta”, cuál? Nos habla de la fiesta de los Tabernáculos, era tiempo de cosecha, y recordaban su peregrinaje por el desierto, donde Dios les dio agua (pero recordemos que al rato tenían sed de nuevo).

Oración y milagros van de la mano

Si nos atrevemos a creer, los milagros ocurrirán Fernando Alexis Jiménez Su historia era demasiado simple; tanto que nadie medía el dolor que había arrastrado desde niño. Reía, lloraba y canturreaba.

¿Cómo cambiar y no morir en el intento?

Dios nos ayuda a experimentar el cambio y crecimiento en todas las áreas de nuestra vida Fernando Alexis Jiménez Cuando se miró al espejo, Luisa María descubrió esa mañana que en verdad había experimentado cambios. Ya no era rezongona y el ceño, por años fruncido, había vuelto a su posición normal. ¡Había paz en su mundo interior