¿Hay respeto mutuo en la relación de pareja?

Dios tiene como propósito que nos comprometamos en la unidad de la familia Fernando Alexis Jiménez Cierto hombre se quejaba de lo difícil que era mantener una buena relación con su esposa. “Es grosera”, me dijo

En la Cruz el Señor Jesús venció a las tinieblas

Jesucristo nos hace vencedores en medio de las tinieblas Fernando Alexis Jiménez Satanás iba de un lado a otro, visiblemente preocupado. Estaba tan de mal humor, que ni siquiera los demonios atrevían a acercarse, bien para hacerle alguna pregunta o para adularle. Todos sabían que el ambiente era pesado, tan pesado, que se podía palpar con las manos.

Evaluando y corrigiendo errores en familia

Es importante evaluar si hay errores en familia, para corregirlos con ayuda de Dios  Fernando Alexis Jiménez Todos los seres humanos somos diferentes. Tenemos una forma distinta de ver la vida, de reaccionar ante la vida y, en cierta medida, de compartir la vida

La Gran Comisión (Mt. 28:19) y el participio πορευθέντες (“id”), una vez más

En este artículo estoy reexaminando la traducción y la gramática de la Gran Comisión. La versión Reina-Valera traduce correctamente el participio aoristo pasivo plural πορευθέντες como el imperativo plural “id”. Pero, me llama la atención la existencia de una interpretación muy difundida la cual sostiene que el participio πορευθέντες debe traducirse como el gerundio “yendo” y que tiene la idea casual de “mientras estéis yendo”

"Consumado es" τετέλεσται (Juan 19:30)

«Consumado es» τετέλεσται (Juan 19:30) es el perfecto indicativo pasivo de τελέω que significa “completar una actividad o proceso, llevar a su fin, finalizar, completar”[1]. Este verbo se usa con frecuencia en el NT (28 veces: Mt. 7:28; 10:23; 11:1; 13:53; 17:24; 19:1; 26:1; Lc.

Saliendo en victoria del valle de sombras

Dios nos ayuda a atravesar en victoria por el “valle de sombras” Fernando Alexis Jiménez Si alguien enfrentaba problemas y consideraba que el mundo se estaba cayendo a pedazos sobre sus hombros, era Lucía. A sus veintiséis años sabía lo que era lo doloroso de un divorcio, enfrentar sola la crianza de un niño, tener deudas de servicios básicos y la renta del apartamento, y además, el que su padre estuviera gravemente enfermo en el Hospital. “Padre, creo que no puedo soportarlo”, le dijo a Dios al comenzar la mañana