Por: Pastor Benjamín Esquer Cruz. Y al Dios en cuya mano esta tu vida…nunca honraste. Daniel 5:23. No importa donde estés, no importa que es lo que piensas, no importa en que o quien creas, no vale de nada tu experiencia, ante Él no cuenta tu preparación, no importa que tan alto llegues o que tan bajo estés, el Soberano y único Señor es nuestro Dios.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:16. Tus padres estarían dispuestos a darlo todo por ti. Tus hermanos te protegerían.
2 Reyes 6:8-23. Vemos como el criado de Eliseo se perturba por su incredulidad de la situación, el no se percataba de la gloria de Dios en ese lugar, lo que simplemente veía su vista natural era que estaban sitiados por miles de millares de gentes del ejercito enemigo, sin embargo, había algo mas aya de sus ojos, el cual solo el profeta de Dios Eliseo miraba debido a su visión espiritual desarrollada.
Lucas 10:38. Anteriormente, empecé a hablar del afán que tenía Marta por el trabajo que tenía que hacer. Quiero dejar bien en claro que a Dios no le interesa la gente haragana, la Biblia dice que doce horas hay para trabajar y siete días, pero aún a veces conociendo a Dios, nos encerramos en un exceso de trabajo que puede dañarnos o dañar a nuestra familia.
“Ha pasado el invierno y se oye la voz de la tórtola en la tierra” Cantares 2:11-12. Hemos pasado por el desierto de la desesperación, quisiéramos encontrar una fuente de agua limpia y dulce, sin embargo nos topamos con rocas que tienen aguas amargas y sucias.