«PARA EL QUE CREE TODO ES POSIBLE»Tenemos dos opciones la primera: Creer en tus fuerzas, La segunda: CREERLE A DIOS. Cual escojes tu?
INTRODUCCIÓN:Cuando leemos en las escrituras que para Dios no hay nada imposible. Podemos ver lo grande que es nuestro Dios, sin embargo. Cuando observamos la vida de muchos cristianos, no se entiende por que hay tantas imposibilidades en ellos.
QUÉ CLASE DE AMOR ES DIOS
La práctica del amor incondicional es muy difícil si no hay consciencia de ello. Lo primero que debes estar consciente es que el nombre del amor es ¡Jesucristo!. El es la esfera del amor incondicional, es la dimensión perfecta. Cuando tú estás en el Cristo del amor incondicional, entras a esa esfera y se acaba dentro de ti los celos, el criticismo, la división, el cuestionamiento y la duda, ¿Por qué? el amor elimina todo eso dentro de ti. Cristo es la esfera y la dimensión del amor perfecto. Si estás en El estás perfecto.
CAMINO HACIA EL EXITO – Primera Parte
El éxito depende del valor que estemos dando a lo que tenemos hasta hoy y no de lo que pretendemos tener mañana; porque partiendo de lo que hoy tenemos es lo que podemos ver y anhelar para el mas tarde o para el mañana; porque tu construcción comienza con los materiales que tienes ahora, luego forma tus planos y finalmente fija tu visión, lo que probablemente te hace falta hoy solo requiere de tenerle paciencia a Dios, El sabe cuando, como, donde, porqué, para qué y a través de quien te mandará la bendición, no corras tanto por la vida que llegues a olvidar no sólo donde has estado sino también a donde vas, por eso es que la Biblia dice que no te apresures en hacerte rico, teme a Jehová y apártate del mal.
Una Lenta Recuperación
Mientras mas grande haya sido el daño que te causaron o causaste, requerirá un mayor tiempo de recuperación…. Había un hombre llamado Hipócrates que se le llama el padre de la medicina este hombre escribió muchos libros con respecto a su área, un día este hombre dijo en unos de sus libro que curarse es un asunto de tiempo, aunque el lo veía de una forma física, al cuerpo, también podemos llevar este pensamiento a lo que son las heridas del alma, las cosas que podemos vivir, las dificultades, y sin duda estoy segura que este año todos los que estamos acá sin excepción alguna hemos vivido cosas que nos han dañado que nos han causado pena, esta es una gran realidad,
Dios puede restaurar su hogar
¿Separarse? Esa idea jamás pasó por la mente de María Angélica hasta esa mañana en la que, después de tomar el café, su esposo la enfrentó con decisión, el ceño fruncido y aspereza en sus palabras: —Esta relación ya no funciona—le dijo.
Disfrute los bienes que Dios le otorga
Montevideo lucía festiva con decenas de luces de colores adornando las calles, los árboles y los puentes, evidenciando una ciudad en período navideño.
¿Yo culpable? No, fue aquél…
El jarrón lucía imponente sobre la mesa de sala. Era una reliquia familiar que había pasado de generación en generación desde cincuenta años atrás cuando lo trajo la bisabuela, Marcela, desde Italia. Era de alabastro blando, color marrón, primorosamente labrado.
Dios se glorifica en los milagros
Sus días fueron nublados desde que tomó conciencia de todo cuanto le rodeaba en su remota niñez. Su madre, al caer la tarde en la calurosa ciudad, le describía con ternura y en los mejores términos –cuidando que pudiera comprenderlos–, cuál era la forma de los árboles, qué ocurría con el rumor del mar y qué dimensión tenían las olas o quizá la fisonomía de los camellos que pasaban por las callecitas polvorientas.
¡Es posible cambiar con ayuda de Dios!
Raúl pensó que jamás lo lograría. Un nuevo rapto de ira le llevó a sostener una fuerte discusión con su esposa, en la mañana; un altercado con sus dos hijitos que demoraban en levantarse para ir a la escuela; un intercambio de palabras con el conductor del autobús, y un alegato que pasó a palabras mayores con un compañero de trabajo.
Vivir para siempre es posible
Como de costumbre desde cuando abandonó las pandillas y gracias a Jesucristo se liberó del hábito de las drogas, guardó el Nuevo Testamento en un bolsillo de la camisa. Era pequeño, azul, de papel fino. Solía llevarlo a todas partes y entretenerse leyendo las Escrituras cuando debía hacer alguna espera. Esa costumbre, aquella mañana calurosa en Santiago de Cali, le salvó la vida.