Por Charles Spurgeon
«Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ezequiel 36:26).
Contemplemos una de las maravillas del amor divino. Cuando Dios hace a sus criaturas, creación que Él considera buena, si éstas caen de la condición en que han sido creadas, Dios, por lo general, consiente que sufran el castigo de su trasgresión, y que moren en el lugar en que han caído. Pero ha hecho una excepción: el hombre, el hombre caído
EL NUEVO NACIMIENTO
Por Charles Spurgeon
«El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.» (Juan 3:3).
INTRODUCCIÓN: La clave del sistema evangélico
En la vida ordinaria, se ocupa el hombre con preferencia de las cosas que le son más necesarias para su existencia. Por eso en tiempo de hambre o escasez, nadie encuentra extraño que el precio del pan sea el tema de todas las conversaciones; todos ven en ello una cuestión de interés vital para el pueblo; nadie piensa en lamentarse por las continuas declamaciones de todos, ni por leer constantemente en los periódicos, artículos que traten sobre la materia.
EL TRONO DE LA GRACIA
Texto: «Al trono de la gracia» Hebreos 4:16
Estas palabras se encuentran engastadas en aquel versículo lleno de gracia: «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanazar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» Son una gema en un engaste de oro. La verdadera oración es un acercamiento del alma por el Espíritu de Dios al trono de Dios. No es emitir palabras, no es solamente el sentir deseos, sino es la presentación de los deseos a Dios, el acercamiento de nuestra naturaleza a Dios nuestro Señor.
LA ELECCIÓN
«Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu fe de la verdad, a lo cual os llamó por nuestro Evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo». (II Tesalonicenses 2:13,14).
Si no hubiera otro texto más que éste en la Sagrada Escritura, creo que estaríamos todos obligados a recibir y reconocer la veracidad de la grande y gloriosa doctrina de la eterna elección de la familia de Dios.
LA ENSEÑANZA DE LOS NIÑOS
Por Charles Spurgeon.
«Venid, hijos, oídme; en el temor de Jehová os instruiré» (Salmo 34:11).Es cosa singular que los hombres buenos frecuentemente descubran su deber cuando están situados en las más humillantes condiciones. Nunca en su vida estuvo David en peor apuro que el que le sugirió este Salmo. Es, como leemos al comienzo, «Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.»
La Fe ¿Qué es? ¿Cómo se Consigue?
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe» (Efesios 2:8).
En este sermón deseo considerar especialmente las últimas palabras del texto: «por medio de la fe.» Pero llamaré antes la atención sobre el origen de nuestra salvación, el cual es la gracia divina: «Por gracia sois salvos.» Dios abunda en gracia, he aquí por qué los hombres pecadores son perdonados, son convertidos, son purificados, en suma, son salvos. Lo son debido, no a alguna cosa de ellos o que pudiera hallarse en ellos, sino al inmenso amor, bondad, compasión, misericordia y gracia de Dios.
LA INCAPACIDAD HUMANA
Por Charles Spurgeon.
«Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere» (Juan 6:44).
«Venir a Cristo» es una frase muy común en la Sagrada Escritura, y se usa para expresar aquellas acciones del alma por las que, abandonando totalmente nuestra propia justicia y pecados, corremos hacia el Señor Jesucristo para recibir su justicia, como nuestra cubierta, y su sangre como nuestra expiación.
LA INTENCIÓN DE LA CARNE ES ENEMISTAD CON DIOS
«La intención de la carne es enemistad contra Dios» (Romanos 8:7).
He aquí la gran acusación que el apóstol Pablo profiere contra la mente carnal: es enemistad contra Dios. Cuando consideramos lo que el hombre fue al principio, poco menor que los ángeles, el compañero de Dios que paseaba con Él al aire libre en el Jardín del Edén; cuando pensamos que fue hecho a la misma imagen y semejanza de su Creador. Puro, sin mancha y perfecto, no podemos por menos que afligimos por esta acusación que se hace contra nuestra raza.
LA MALDICIÓN QUITADA
Por Charles Spurgeon
«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)» (Gálatas 3:13).
La ley de Dios es una ley divina, santa, celestial, perfecta. Los que encuentran falta en la ley, o que la deprecian en absoluto, no comprenden su designio, y no tienen una idea justa de la ley misma. Pablo dice: «La ley es santa, pero yo soy carnal; vendido al pecado.»
LA MAYORDOMÍA
Por Charles Spurgeon
Amados hermanos -podría incluso decir con Pablo: «Hermanos míos amados y deseados»- me produce un intenso deleite mirar de nuevo vuestros rostros; y al mismo tiempo siento la carga de una solemne responsabilidad al tener que orientar vuestros pensamientos en esta hora, para dar la pauta de nuestra solemne Conferencia. Pido vuestras continuas oraciones para que pueda hablar como debo, diciendo lo más apropiado de la manera más acertada.